Violencia en un boliche: una paliza, muchas incógnitas
El sábado, Juan Cruz Sosa Gabrielli (25) fue atacado dentro del boliche hasta quedar inconsciente. Le quebraron la mandíbula y el tabique y además le sacaron dos dientes. Sin embargo, creer que hay un solo culpable podría ser un error.
Boliche. Música. Sábado a la noche. Juan Cruz Sosa camina entre la gente que baila en el poco espacio disponible. De pronto, choca con un hombre y -quizá- le vuelca el trago. La respuesta es una trompada que lo noquea. Es el principio de la golpiza que le quebrará la mandíbula, el tabique y dos dientes, además de dejarlo tendido, sin consciencia, en el piso de la discoteca. A dos días del hecho, los investigadores de la oficina fiscal 15 están buscando al agresor o los agresores, pero Rubén Ansaldi, el abogado de Sosa, asegura que podría haber otros responsables.
En principio, hay que deslindar qué papel les cabe a los "locales bailables", que desde hace mucho son el eje de diversos hechos de sangre. "Se está intentando conseguir las cámaras del boliche, para ver si identificamos a quienes golpearon a Juan", explica el letrado. "Y tenemos que analizar la responsabilidad de este establecimiento, porque cuando uno asiste a un evento se supone que cuenta con cierta protección. De ahí surgen algunos interrogantes. Por ejemplo: ¿había ahí adentro una cantidad de gente razonable?".
La respuesta de los patovicas al verlo herido fue...sacarlo a la calle.
Pero eso no es todo, ya que -según testigos- lo que hizo el personal de seguridad al ver que la víctima estaba sangrando e inconsciente fue...sacarlo a la calle. El problema afuera. ¿Qué tipo de seguimiento debería realizar un "patovica" con los jóvenes que saca del boliche? ¿Deberían haberlo asistido, aunque fuera de un modo básico? ¿Por qué no llamaron a una ambulancia? Son incógnitas que empezarán a responderse en las próximas jornadas.
¿Y la Policía?
Cuando Juan salió a la calle, seguía sangrando. Sus amigos estaban con él y había, a un costado, un móvil policial. Ansaldi afirma que hay que deslindar qué rol cumplieron los agentes, "porque los amigos de Juan habrían señalado a los agresores y sin embargo los uniformados no actuaron".
Fueron los amigos quienes llevaron a Juan a un hospital. Hoy el chico, que trabaja y estudia administración, no puede seguir con su rutina porque está internado. Le están haciendo tomografías para ver si tiene algún daño cerebral, y mañana lo operan para ver si es posible reparar su mandíbula quebrada. Habrá que ver cómo le queda el tabique e intentar reponer dos o tres piezas dentales.
El abogado de Sosa Gabrielli irá por todo. "Acá hubo lesiones graves y eso es un delito penal que tiene responsables. Y nos tenemos que preguntar: ¿qué nos pasa como sociedad, que cualquier roce en mitad de una fiesta se convierte en pelea?".