La noche de Luján

Violencia en un boliche: una paliza, muchas incógnitas

El sábado, Juan Cruz Sosa Gabrielli (25) fue atacado dentro del boliche hasta quedar inconsciente. Le quebraron la mandíbula y el tabique y además le sacaron dos dientes. Sin embargo, creer que hay un solo culpable podría ser un error.

Facundo García
Facundo García lunes, 2 de marzo de 2020 · 18:08 hs
Violencia en un boliche: una paliza, muchas incógnitas
El incidente del sábado abre varias incógnitas.

Boliche. Música. Sábado a la noche. Juan Cruz Sosa camina entre la gente que baila en el poco espacio disponible. De pronto, choca con un hombre y -quizá- le vuelca el trago. La respuesta es una trompada que lo noquea. Es el principio de la golpiza que le quebrará la mandíbula, el tabique y dos dientes, además de dejarlo tendido, sin consciencia, en el piso de la discoteca. A dos días del hecho, los investigadores de la oficina fiscal 15 están buscando al agresor o los agresores, pero Rubén Ansaldi, el abogado de Sosa, asegura que podría haber otros responsables.

Así quedó Sosa Gabrielli luego de la salvaje paliza del sábado.

En principio, hay que deslindar qué papel les cabe a los "locales bailables", que desde hace mucho son el eje de diversos hechos de sangre. "Se está intentando conseguir las cámaras del boliche, para ver si identificamos a quienes golpearon a Juan", explica el letrado. "Y tenemos que analizar la responsabilidad de este establecimiento, porque cuando uno asiste a un evento se supone que cuenta con cierta protección. De ahí surgen algunos interrogantes. Por ejemplo: ¿había ahí adentro una cantidad de gente razonable?".

La respuesta de los patovicas al verlo herido fue...sacarlo a la calle.

Pero eso no es todo, ya que -según testigos- lo que hizo el personal de seguridad al ver que la víctima estaba sangrando e inconsciente fue...sacarlo a la calle. El problema afuera. ¿Qué tipo de seguimiento debería realizar un "patovica" con los jóvenes que saca del boliche? ¿Deberían haberlo asistido, aunque fuera de un modo básico? ¿Por qué no llamaron a una ambulancia? Son incógnitas que empezarán a responderse en las próximas jornadas.

¿Y la Policía?

Cuando Juan salió a la calle, seguía sangrando. Sus amigos estaban con él y había, a un costado, un móvil policial. Ansaldi afirma que hay que deslindar qué rol cumplieron los agentes, "porque los amigos de Juan habrían señalado a los agresores y sin embargo los uniformados no actuaron".

Fueron los amigos quienes llevaron a Juan a un hospital. Hoy el chico, que trabaja y estudia administración, no puede seguir con su rutina porque está internado. Le están haciendo tomografías para ver si tiene algún daño cerebral, y mañana lo operan para ver si es posible reparar su mandíbula quebrada. Habrá que ver cómo le queda el tabique e intentar reponer dos o tres piezas dentales.

El abogado de Sosa Gabrielli irá por todo. "Acá hubo lesiones graves y eso es un delito penal que tiene responsables. Y nos tenemos que preguntar: ¿qué nos pasa como sociedad, que cualquier roce en mitad de una fiesta se convierte en pelea?".

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