Historia

"Los Andes", la provincia argentina que no fue, pero que tuvo 22 gobernadores

El caso perdido en la historia, consumidos todo el tiempo por un eterno presente. Un sector del país que nació con pujanza en la búsqueda de ser provincia, en la Puna de Atacama, pero que sucumbió por falta de habitantes.

miércoles, 22 de mayo de 2019 · 09:58 hs

Respaldada en la sección norte de la cordillera andina pudo existir una provincia denominada "Los Andes", del lado argentino, en territorios que hoy son de Catamarca, Salta y Jujuy, pero no sucedió. El territorio nacional de Los Andes tuvo una larga vida e historia, guerras y obras públicas y hasta 22 gobernadores y dos capitales, pero sucumbió por falta de habitantes.

En MDZ publicamos hace unos días un mapa de los ferrocarriles argentinos en 1913/14 y en ese mapa aparecía delimitado ese estado que llamó la atención de los lectores. Efectivamente, hasta se conservan en archivos nacionales documentación de cómo fue administrada esa provincia que no llegó a serlo, con lujo de detalles.  Félix Alberto Montilla Zavalía es uno de los pocos autores que ha indagado sobre el tema. Abogado, es profesor e investigador en la Facultad de Ciencias Jurídicas y Sociales de la Universidad del Norte "Santo Tomás de Aquino'', Tucumán. Los datos consignados en este trabajo fueron extraídos de: "Registro Nacional'', tomos correspondientes a los años 1899-1911; "Anales de Legislación Argentina, la ley'': Apéndice 1889-1919, ``Album del Centenario de 1810'', "Album del Centenario de 1916'', "El Orden'' de Tucumán año 1909, y publicaciones varias.

La historia

Detalle de la Puna de Atacama en Carta Jeografica del Desierto i Cordilleras de Atacama de Francisco J. San Román en 1892 previo al Laudo de Buchanan.

De acuerdo con lo publicado en Salta sobre el tema, puede conocerse una aproximación a la historia que indica que a partir de la Organización Nacional (1853), el gobierno federal comenzó a desarrollar su política de límites, con el objeto de fijar el territorio sobre el cual Argentina iría a ejercer su jurisdicción soberana. La tarea fue ardua, ya que según la teoría del "Uti posidetis iuris'', de derecho internacional, a la Confederación Argentina le correspondía todo el territorio del viejo Virreinato del Río de la Plata. Obviamente que, a esa altura del siglo, nuestro país ya había reconocido la independencia del Paraguay, Chile -con el territorio avasallado al Río de la Plata- y del Alto Perú, con quien quedaba pendiente la provincia de Tarija, la cual había sido anexada por Bolivia. A causa de la posesión de este último territorio (el de Tarija), la Confederación Argentina marchó en 1838 a la guerra contra la Confederación Peruano-Boliviana para recuperar lo que estimaba le pertenecía. Tres batallas bastaron para que el ejército patrio fuera desarmado (en Iruya, Humahuaca y Montenegro), y que las tierras tarijeñas quedaran en poder de los vencedores. No obstante, perdida la guerra, Argentina mantuvo sus pretensiones territoriales sobre Tarija, la que fue resuelta recién mediante la firma del tratado del 10 de mayo de 1889 entre las repúblicas de Bolivia y Argentina, modificado en 1891.

Por el mismo, nuestro país renunciaba a la posesión de Tarija y Bolivia, en compensación, cedía los derechos que tenía en la zona de la Puna de Atacama, que por entonces se encontraba en poder de los chilenos, ya que se la habían arrebatado luego de la Guerra del Pacífico (1879-1880). Por lo tanto se le otorgaba a la Argentina soberanía sobre un territorio de que de hecho estaba en manos de chilenos. La región atacameña constituía una potencial fuente de ingresos económicos, ya que la calidad y cantidad de minerales que, se estimaba, albergaba el territorio, serían suficientes como para enriquecer a una nación.

Por ello, y por su ubicación estratégica -límite entre Bolivia y Argentina-, el tamaño interés que tenían los chilenos. La república trasandina se negó terminantemente a entregar los territorios cedidos por Bolivia a nuestro país, por lo que ambas partes decidieron someter la cuestión al arbitraje internacional. El laudo del juez arbitral, el diplomático estadounidense William Buchanan, en 1899 otorgó a la Argentina el 75 % del territorio que reclamaba, y el 25% restante a Chile sin que en realidad le correspondiera un solo metro cuadrado.

Desde aquel momento la Puna de Atacama pasó a ser plena propiedad de nuestro país. Entonces el Gobierno central, presidido por el general Julio Argentino Roca, decidió crear un territorio nacional gobernado por autoridades federales, de modo que la región atacameña no quedara desguarnecida de las posibles invasiones por parte del ejército chileno.

Territorio de Los Andes

El territorio de Los Andes en el siglo XX.

Por la Ley General 3906 del 9 de enero de 1900 el Congreso Federal organizaba el Territorio de Los Andes, cuyo gobierno se encomendaba a un gobernador nombrado por el Poder Ejecutivo Nacional con acuerdo del Senado por un período de dos años. La ley, asimismo, imponía al poder administrativo a designar un secretario de la Gobernación, fedatario que debía ser abogado y, además, ejercer las funciones de presidente del Tribunal de Apelaciones en las causas de las jurisdicciones de los jueces de paz.

Por la ley 3906, la Provincia de Los Andes dependió directamente del Ministerio del Interior de la Nación. Inmediatamente el gobierno central nombró, mediante decreto del Ministerio del Interior del 31 de enero del 1900, a los funcionarios de la Provincia _o Territorio_ de Los Andes: gobernador al general de brigada don Daniel Cerri, y secretario al doctor Arturo Dávalos, y seguidamente reglamentó la ley de creación de Los Andes (decreto del 30-1-1900).

A continuación, por un nuevo decreto, el 12 de mayo de 1900, el Poder Ejecutivo Nacional decidió dividir al Territorio de Los Andes en tres departamentos administrativos: el de "Susques o del Norte", que limitaba al Este con la Provincia de Jujuy, cuya cabecera sería el poblado de Susques; el departamento de "Pastos Grandes o del Centro", lindante con la Provincia de Salta, y el departamento de "Antofagasta de la Sierra o del Sur", confinado por la Provincia de Catamarca. El primer asiento de las autoridades se ubicó en Susques, aunque al poco tiempo la Provincia de Salta cedió _a pedido del Gobierno central_ el departamento de La Poma, cuya ciudad principal, San Antonio de los Cobres, por Ley Nacional 4059 de 1902, registrada erróneamente con el número 4069, fue designada capital de la Provincia de Los Andes. La ley fue reglamentada por decreto del Ministerio del Interior del 26 de septiembre de 1902. El terreno dado por Salta pasó a denominarse "departamento de San Antonio de los Cobres", y la gobernación alcanzó su mayor extensión (5.696.000 hectáreas aproximadamente). Por la ley federal 4061, la Nación aceptó la donación efectuada por Fermín Grande para que, en solares de su propiedad, se establecieran los edificios públicos en la capital de Los Andes. A todo esto la Gobernación tenía nuevo secretario. Desde el 12 de septiembre de 1900 ejercía tal función el doctor Delfín Leguizamón, y como gobernador mandaba el teniente coronel Nicolás Menéndez, nombrado por decreto del Ministerio del Interior del 29 de enero de 1902.

Un lento crecimiento

Para aquella fecha la población era muy escasa, ya que los crudos inviernos y los vientos de altura permanentes, sumado a la falta de agua y a la sequedad ambiental impedían que la inmigración _que en aquellos momentos estaba en su apogeo_ decidiera instalarse en tan remotos parajes. Se calculaba que para 1905 habitaban en la Gobernación de Los Andes entre 2.500 a 3.000 personas que se encontraban diseminados a lo largo de la extensa región.

Antofagasta de la Sierra, hoy.

Las ciudades más importantes eran Antofagasta de la Sierra (a 3.500 m sobre el nivel del mar), Catua (a 4.000 m sobre el nivel del mar), Pastos Grandes (a 3.000 metros de altura), Incahuasi (a 3.800 m de altura), Susques, y su capital: San Antonio de los Cobres. Se explotaba la minería en pequeña cantidad, ingeniándoselas para producir oro, plata, cobre, cinc, bórax, azufre, y sal en gran cantidad (ya que allí se encuentran los más grandes salares de Argentina, como ser El Rincón, el de Arízaro, el de Antofalla, etc.).

El tren de las nubes por San Antonio de los Cobres.

Vencido el mandato del teniente coronel Menéndez, el Gobierno federal decidió nombrar, por decreto del 25 de octubre de 1904, gobernador de Los Andes a don Ricardo Isasmendi. El 2 de noviembre de 1906, el presidente doctor José Figueroa Alcorta renovó por un nuevo período de dos años la titularidad de la gobernación a Isasmendi y nombró secretario de Los Andes al doctor Pedro Aguilar.

Poco y nada era lo que el Territorio progresaba. La cantidad de habitantes fue creciendo lentamente pero hasta 1910 no llegó a 3.200 habitantes. Las actividades comerciales, como la venta de lanas, la minería y la cría de ovinos aportaban insignificantes ingresos a los ciudadanos, los que se dedicaban _para poder vivir_ a los cultivos de subsistencia. La capital, San Antonio de los Cobres, avanzaba paulatinamente. Las construcciones _casi todas ranchos de adobe con techos de paja_, iban estilizándose y mejorándose. Las vías de comunicación eran deficientes, ya que los cerros y quebradas impedían la llegada del "progreso" que traerían por las vías de fierro que habían unido a todo el país (ello se alcanzará recién durante el gobierno de Juan Perón, en 1948, cuando San Antonio de los Cobres ya no era la capital de la Gobernación, por haber sido dispuesta su desintegración en 1943.

El 2 de noviembre de 1908, caducado el mandato de don Ricardo Isasmendi, se designó, interinamente, titular del Poder Ejecutivo al doctor Pedro Aguilar (secretario, hasta entonces). Su interinato fue muy corto, ya que el 8 de enero de 1909 se dictó un decreto del Ministerio del Interior nombrando al sargento mayor don Brígido Zavaleta gobernador de Los Andes. Su gobierno se extendió hasta 1913, ya que el 20 de junio de 1911 fue confirmado por la Nación por un segundo período.

Un mapa antiguo de la zona.

Aquella Gobernación, ubicada en el confín Norte de la Nación Argentina, se mantuvo rezagada respecto al resto del país, ya que para los centenarios de 1810 y 1816 las provincias florecían en abundancia, ayudadas por el progreso mecánico, la inversión financiera y las tierras bondadosas.

Uno por uno, sus gobernadores

  1. Daniel Cerri (1900-1902)
  2. Nicolás Menéndez (1902-1904)
  3. Ricardo Isasmendi (1904-1908)
  4. Pedro Aguilar, interino (1908-1909)
  5. Brígido Zavaleta (1909-1917)
  6. Juan Tomás Frías, interino (1917)
  7. Domingo Torino (1917-1918)
  8. Juan Tomás Frías, interino (1918-1919)
  9. Pablo Saravia (1919-1921)
  10. Juan Tomás Frías, interino (1921-1922)
  11. Carlos Outes (1922-1925)
  12. Luis Diez (1925-1928)
  13. Ricardo N. Messone, interino (1928-1929)
  14. Luis E. Langou (1929-1930)
  15. Rafael De Giaccomo (1930) interventor nacional
  16. Silverio Chavarría (1930-1934)
  17. Benjamín Dávalos Michel, interino (1934-1935)
  18. Juan Esteban Cornejo Arias (1935-1938)
  19. Benjamín Dávalos Michel, interino (1938-1939)
  20. Jorge A. Vélez (1942)
  21. Abelardo Ruiz, interino (1943)
  22. Julio S. Storni (1943)3

La Argentina completa, con la provincia que no fue

El territorio de Los Andes en el mapa.