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La particular casa en la que vivió Victoria Ocampo, que mezcla la tradición y la modernidad

Un recorrido por Villa Ocampo, una de las casas de la escritora Victoria Ocampo que es una historia viviente de una época de la Argentina y el mundo.

Villa Ocampo, la casa donde vivió VIctoria Ocampo. Foto: Facebook Like Zona Norte. 

Villa Ocampo, la casa donde vivió VIctoria Ocampo. Foto: Facebook Like Zona Norte. 

Imponente como era ella, pero a la vez con la simpleza de quien entendió de qué se trata el transcurrir de la vida. Victoria Ocampo, la mayor de las hermanas, poseía una actitud segura de sí misma, fue pionera en la literatura, la música, la arquitectura y la lucha de los derechos de las mujeres, y además, se destacó por su gran estatura física. Su casa, a la que se muda en un momento particular de su vida hasta su muerte, fue reacomodada a su imagen y semejanza: la de una mujer que se construyó a sí misma. De acuerdo a su mirada de la vida: libre y transgresora. Su amiga Virginia Woolf, dirá quizá que llevó adelante su cuarto propio. Tal vez Victoria amplió esas fronteras.

Por Villa Ocampo que fue construida por su padre, pero ella vivió luego junto a su hermana Angélica, pasaron los máximos exponentes de la literatura y la historia argentina de los años 30, 40 y 50. A unos a unos 20 kilómetros de la ciudad de Buenos Aires, en el municipio de San Isidro, se encuentra la casona que heredó la escritora, ensayista y traductora argentina. Fue donada por ella y su hermana la Unesco en 1973- 6 años antes de su muerte- y puesta en valor recién en 2005. Se la puede visitar, tomar un té, comer algo rico, y escuchar con oídos atentos, a través de quienes guían, la historia de Villa Ocampo y de Victoria, que no es lo mismo, pero es casi igual.

Era una adelantada para su época, una visionaria. Nacida en una familia de la aristocracia, como sus hermanas, fue educada por institutrices, aprendió francés como primer idioma, luego inglés y finalmente español. Fue la primera mujer argentina en tener un carnet de conducir. La impulsora de la Unión de Mujeres Argentina, un grupo que será fundamental para lo que será la lucha por los derechos del género en el país y en el resto del mundo. Se casó, pero se separó en secreto- no existía el divorcio- y tuvo un amante, con quien no se atrevió a tener hijos por el qué dirán, de acuerdo narran las paredes de la casa. Ese amor duró 11 años y estuvo mezclado con las letras y el arte que tanto amaba.

Villa Ocampo refleja su rebeldía pero también ese lazo entre lo moderno que va a inaugurar de muchas maneras Victoria en la Argentina de la época y de lo antiguo que no termina de desaparecer. En diálogo con MDZ, el arquitecto Fabio Grementieri, especialista en patrimonio y uno de los restauradores de las casas de Victoria, sostiene que Villa Ocampo: "Es autobiografía sensorial de un personaje clave de la vida argentina. Es testimonio tangible del protagonismo sudamericano en la arquitectura posmoderna, cuna de la literatura latinoamericana en el mundo. El lugar, su tradición y su espíritu poseen significados culturales, históricos, estéticos, arquitectónicos y paisajísticos notable".

Villa Ocampo, patrimonio

En el libro "Patrimonio en el Siglo XXI, el caso Villa Ocampo", que escribieron Grementieri y Nicolás Helft se consigna su interés sobre el patrimonio y la vinculación con la vida de la escritora."Pionera de la arquitectura moderna en la Argentina, diseñó la primera casa cúbica, lisa y blanca en Mar del Plata, donde compartió veraneos con Julián Martínez, provocando un escándalo estético y moral. Poco después azuzó a Alejandro Bustillo, al tiempo que Le Corbusier le realizaba un proyecto para su residencia racionalista en Palermo Chico, que el maestro suizo-francés alabó al visitarla en 1929. A principios de los años cuarenta, recicló Villa Ocampo con la sutileza y seguridad de quien conoce, valora e interviene, restaurando, renovando y poniendo valor en función de la jerarquía histórica y estética de cada parte, sin dejar de ver la armonía del todo", sostienen los autores.

En 2003, Helft fue nombrado director ejecutivo del proyecto Villa Ocampo y ejercició durante diez años ese cargo recreando- algo que ahora no se hace- los conciertos que había en la época cuando vivió Victoria, entre otras gestiones. Con Grementieri, escribieron el libro que habla de la casa- el arquitecto fue uno de los encargados del plan de restauración de la misma y de su vivienda de Palermo - pero que a la vez inevitablemente narra la vida de Victoria.

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La casa desde abajo

La casa desde abajo

Victoria y la posmodernidad

Grementieri explica que cuando Victoria se muda a Villa Ocampo, no toca la parte de afuera, la deja como la había hecho su padre, al estilo victoriano. Sin embargo, cambia los colores- pinta las paredes de blanco- y el estilo del interior de la casa, "mezcla lo antiguo con lo moderno", define. En ese sentido, se puede ver una chimenea del siglo 19 con lámparas que parecen vendidas en una tienda del 2025. De hecho, Ocampo quita las tradicionales arañas de la época.

"Universalidad y particularidad, tradición y vanguardia: en suma, modernidad rioplatense. Ocampo es pionera en la arquitectura posmodera, que es la mezcla de la tradición con la modernidad", suma.

La casa y Sur

Por la casa también pasaron los máximos exponentes de la literatura latinoamericana y mundial, a través de una creación de la propia Victoria: Sur, una editorial y revista creada en 1931 en la que se destacaron Jorge Luis Borges, Silvina Ocampo, Adolfo Bioy Casares, Julio Cortázar, Francisco Luis Bernárdez, Alejandra Pizarnik, Manuel Mujica Lainez y extranjeros, como José Ortega y Gasset, Ramón Gómez de la Serna, Rafael Alberti, Juan Ramón Jiménez, Juan Carlos Onetti, Roger Callois, André Malraux, Gabriela Mistral, Virginia Woolf, Rabindranath Tagore, Andre Gide, Graham Green.

Villa Ocampo da nota de esos encuentros. Las bibliotecas en varios lugares de la casa, extensas, variopintas, interminables. La impecable máquina de escribir donde firmaron los autores sus textos de Sur pero también los libros que editaron y que se convertirán en los máximos exponentes literarios del siglo 20. No sólo de Argentina, sino del mundo.

En ese sentido, en el libro "Ideas sobre patrimonio..." los autores aseguran: "Las sillas de paja del comedor representan una reacción contra las nuevas clases ricas en cuyas casas todo es de lujo; hay que leer el relato que Victoria Ocampo hace de su encuentro con Coco Chanel en París para compren esto- Victoria quiere decir de esta forma que una Ocampo no necesita ostentar; por el contrario, puede permitirse lo rústico, porque el apellido alcanza. Otra manifestación de este significado: las sillas y sillones diferentes, que no hacenjuego, y que sin embargo Victoria Ocampo tapizó de igual manera para conformar así un conjunto".

Además, agregan: "El mensaje que hay que descifrar: esos muebles provienen del altillo, no de la tienda de un anticuario, porque para una Ocampo lo heredado vale más que lo adquirido. Dicho de otra forma: los ricos se podrán comprar muebles, pero no pueden comprar la historia o la tradición", dicen.

MDZ descubrió en la casa de San Isidro que quien recorra sus rincones, podrá percibir las discusiones que se daban, con personas referentes de distintas ideologías y que se reflejaba en la mesa que dispuso Victoria: extensa para albergar mucha gente pero con una característica perceptible a simple vista: sin jerarquías. Quitó las sillas grandes de la cabecera - esas que marcan la autoridad- para encargar un mobiliario que daba cuenta de cómo llevaba a su vida cotidiana sus razonamientos,todos somos iguales".

A diferencia de su hermana menor, la reconocídisima Silvina Ocampo, Victoria no escribió ficción sino ensayos sobre la realidad por eso los debates político- sociales eran fundamentales en su hogar, eran de todas las horas.

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Una casa con objetos que hablan

En Villa Ocampo cada objeto cuenta una historia. No sólo las sillas y la mesa extensa, sino también los portarretratos de sus visitantes. Los libros de sus amigos, un tapiz de Picasso, un piano. Por eso, la música era otra excusa para las extensas jornadas en el lugar.

Cada cosa dispuesta para decir, para ir hacia adelante. Quizá Victoria fue pionera en saber que el patrimonio para los gobiernos que vendrían no sería una prioridad. Y se encargó de dejar todo listo para que los objetos hablen y con sus palabras nos transmitan la historia de la argentina exportada al mundo.