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Hambre en las aulas: "Me da pena que mis compañeros no puedan comer"

Se trata de una dura realidad con la que deben trabajar cada día los docentes mendocinos en un barrio de Capital. Mientras los padres denuncian que la estructura de la escuela se cae a pedazos, los chicos y los vecinos describen un problema aún mayor: hay niños que llegan sin desayunar y las meriendas que provee la DGE no alcanzan para abastecer a todos. Qué dicen desde el Gobierno. 

miércoles, 19 de junio de 2019 · 09:32 hs

Testimonios que duelen. En la Escuela de Nivel Primario “Cerro de la Gloria”, ubicada en el barrio La Favorita, Ciudad de Mendoza, los chicos se reparten la merienda que llevan desde sus casas para ayudar a aquellos compañeros de su curso que llegan al aula sin haber desayunado. Entre tanto, el contexto que atraviesan es sumamente difícil: la institución donde estudian presenta desde problemas edilicios hasta falta de abastecimiento de raciones alimentarias.

Desde la Dirección General de Escuelas (DGE) reconocen el problema y admiten que están trabajando para solucionarlo. Eduardo Andrade, delegado Regional Norte, explica que en ambos conflictos -el que tiene que ver con la alimentación y el referido a al mantenimiento estructural de los edificios- el Gobierno está haciendo lo posible para brindar una respuesta.

"Todos los días estamos salvando situaciones y algunas son más emergentes que otras", admite Andrade para dar cuenta de que lo que ocurre en esta escuela de La Favorita no es algo presente en una única institución y agrega que, sobre todo, "es grave la situación de los chicos que llegan sin comer".

Si bien desde la DGE no cuentan con números precisos sobre la cantidad de chicos que presentan problemas de desnutrición dentro de los establecimientos escolares, se sabe que la cantidad de niños afectados por esta situación producto de la extrema pobreza está lejos de ser un conflicto marginal. De hecho, según el último informe de la Encuesta de la Deuda Social Argentina, elaborado por la UCA, Mendoza se encuentra entre las provincias con mayor pobreza infantil, junto a Córdoba y Tucumán, con un 50% de los chicos entre 3 y 7 años viviendo en condiciones de pobreza.

Y lo cierto es que los vecinos de la zona no desconocen este flagelo. Sin ir más lejos, la semana pasada madres y padres convocaron -mediante las autoridades del SUTE- a una conferencia de prensa frente a las puertas del establecimiento para denunciar, por un lado, las malas condiciones edilicias del lugar y, por otro, la baja en las raciones de meriendas escolares.

Según Andrades, ambas problemáticas van por vías separadas pero se confluyen en una misma crisis que afecta, no a la totalidad, sino a un porcentaje de la población escolar total.

"Respecto a la meriendas, estas se distribuyen a partir de los pedidos relevados por la Dirección de cada escuela", indica el delegado regional y asegura que siempre que el director o la directora percibe que son necesarias más raciones, las mismas se entregan. Sin embargo, admite que el hecho de que haya niños que llegan a las aulas sin haber desayunado es una realidad que existe y una muestra de que "el sistema educativo está afectado por una situación estructural de pobreza".

Sobre los problemas del edificio, el funcionario explicó que la escuela "Cerro de la Gloria" es una de las 10 escuelas que están dentro de "un programa de prioridad para que en las próximas semanas comiencen hacerse las obras de mejora edilicia". "Todos los días estamos salvando situaciones -subrayó Andrades-. La cantidad de escuelas con estos problemas es inferior al 5% y el resto de las escuelas están funcionando a pleno".

Pero más allá de lo que se hace o se deja de hacer, lo cierto es que los problemas persisten. Y al momento de los hechos, no son solo las madres, los padres y los docentes los que buscan soluciones, sino también los mismos niños, que ven a sus compañeros llegar con hambre y declaran sentir "pena" por ellos y lo entienden con palabras claras: "está mal", dicen.

"Me siento mal por mis compañeros y me da pena", declara Celeste, de 11 años, antes de ingresar a clases y cuenta: "a veces a algunos les he dado merienda mía". Mirá el informe completo en el video.