Elecciones 2025: cayó disfrazado del Joker y no lo dejaron votar
En una escuela de El Palomar, un hombre caracterizado como el Joker se presentó a votar, pero le exigieron retirar el maquillaje para confirmar su identidad.
Quiso votar vestido del Joker y no lo dejaron votar.
La mañana avanzaba con normalidad en El Palomar hasta que una imagen llamó la atención en la puerta de la Escuela N.º 5 Teniente Benjamín Matienzo. Un hombre apareció con la cara pintada, el cabello teñido y ropa que imitaba al villano de historietas conocido como Joker.
Quería votar. No hubo gritos ni empujones. Sí miradas de sorpresa y una consulta inmediata a las autoridades del establecimiento. En el exterior ya trabajaba personal de la Dirección de la Unidad Táctica de Operaciones Inmediatas (UTOI), asignado a la cobertura de seguridad en el perímetro. Lo que siguió no fue un show. Fue un intercambio breve y, para muchos, inesperado en plena jornada cívica.
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Mira el episodio del Jocker
La delegada de mesa, identificada como María Alejandra Korol, le explicó al votante que debía acreditar su identidad sin elementos que alteraran su fisonomía. El planteo fue directo: sin retirar el maquillaje no era posible confirmar que la persona del documento fuera la misma que estaba frente a la mesa. La verificación visual es un paso básico del proceso. No hay margen para dudas cuando se coteja el rostro con el DNI. La indicación fue clara y se mantuvo en todo momento el respeto por el derecho a votar, siempre y cuando se cumpliera con ese requisito mínimo. No se trató de un capricho. Es el modo en que se resguarda la transparencia del comicio y se evita cualquier cuestionamiento posterior sobre la identidad de quien emite su voto.
Intervención fuera del edificio
El operativo de seguridad permaneció en el exterior, como marca el protocolo. No hubo irrupciones en el salón ni escenas que alteraran el trabajo de las autoridades. El hombre, que llegó acompañado por otra persona que registraba la situación con un teléfono celular, escuchó la explicación y se mantuvo unos minutos en el pasillo. La conversación no pasó a mayores. No hubo resistencia ni discusiones subidas de tono.
Los efectivos observaron, tomaron nota y preservaron el flujo normal de ingreso y egreso de votantes. La prioridad fue que las mesas siguieran funcionando, que la fila avanzara y que la escena no contaminara la calma de una elección que transcurría sin incidentes hasta ese momento.
Sin episodios y sin identificación
Finalmente, el personaje de Joker decidió retirarse del establecimiento. Quedó en claro que, si hubiese quitado el maquillaje para facilitar la identificación, habría podido completar el trámite ante la mesa. No lo hizo. Tomó la puerta y se fue junto con su acompañante. Los efectivos consignaron un dato relevante: no lograron establecer la identidad de ninguno de los dos. No hubo detención ni apertura de un sumario por desorden.
Tampoco un enfrentamiento. Solo el registro de un episodio singular, con impacto visual, que duró pocos minutos y terminó en un retiro voluntario. En el aula, la votación continuó al ritmo habitual. En los alrededores, la seguridad mantuvo el despliegue previsto.
La escena deja varias lecturas. La elección es un acto público con reglas simples: documento en mano, verificación de identidad y emisión del voto. Ir caracterizado no está prohibido, pero puede impedir el cotejo facial y, por lo tanto, demorar o impedir la acreditación si no se colabora. La decisión de retirarse cerró el caso sin escándalo y sin afectar el funcionamiento de la escuela.
El personal de la UTOI, asignado a la cobertura perimetral, no debió intervenir más allá de observar y resguardar el orden. La delegada de mesa sostuvo el criterio que se aplica en situaciones similares. La jornada siguió su curso, con el detalle pintoresco de un “Joker” que pasó por la escuela y dejó una postal tan breve como elocuente: el voto exige identidad comprobable, aun cuando la anécdota quiera colarse con cara blanca, labios rojos y una sonrisa que no forma parte del padrón.

