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Desde Malargüe al Pacífico: qué playas de Chile se pueden visitar cruzando por el Paso Planchón-Vergara

Este paso estival conecta Malargüe con Chile y ofrece una ruta escénica hasta playas poco concurridas del Pacífico.

La Piedra de la Iglesia en la costa de Constitución es uno de los grandes atractivos de Chile para quienes cruzan por el paso del Planchón.

La Piedra de la Iglesia en la costa de Constitución es uno de los grandes atractivos de Chile para quienes cruzan por el paso del Planchón.

Wikipedia

Tras su apertura este lunes, el paso internacional Planchón-Vergara se consolida como una de las rutas más atractivas para cruzar de Mendoza a Chile durante el verano. Ubicado a 2.164 metros de altura, conecta Malargüe con la Región del Maule y ofrece un recorrido distinto, cargado de paisajes que parecen sacados de una postal.

Se trata de un cruce cordillerano que muchos viajeros eligen no solo para llegar a Chile, sino también como parte del viaje. Motociclistas, aventureros y turistas buscan esta ruta por su entorno volcánico, los caminos de ripio y la sensación de estar atravesando una cordillera todavía poco intervenida.

Una vez habilitado en temporada estival, el paso internacional permite unir Argentina con Chile a través de la Ruta Nacional 145 y la Ruta Provincial 226. Del lado chileno, el acceso continúa por la ruta J-55, que baja hacia el valle central siguiendo el curso del río Teno.

Paso Planchón-Vergara
Desde el 15 de diciembre, el Paso Internacional Planchón-Vergara vuelve a habilitarse para vehículos altos y promete dinamizar el vínculo turístico y productivo con Chile.

Desde el 15 de diciembre, el Paso Internacional Planchón-Vergara vuelve a habilitarse para vehículos altos y promete dinamizar el vínculo turístico y productivo con Chile.

Pueblos, ríos y paisajes: el camino del lado de Chile

Tras cruzar la frontera, el recorrido atraviesa pequeños pueblos cordilleranos como Los Cipreses y Los Queñes, donde el ritmo es pausado y la montaña sigue siendo protagonista. Más adelante, el camino pasa por la planta de cementos Bio Bío, uno de los puntos de referencia antes de comenzar el descenso definitivo.

La ruta continúa bordeando el río Teno y luego el río Claro, en un tramo muy valorado por quienes viajan en moto o en vehículos altos. Curvas, vistas abiertas y vegetación que va cambiando acompañan el trayecto hasta llegar a Curicó, una de las ciudades más importantes de la Región del Maule.

Los Queñes - Paso Fronterizo Vergara- El Planchón - Cedric en Moto
El paso por el pueblo de Los Queñes en Chile.

El paso por el pueblo de Los Queñes en Chile.

Curicó funciona como nodo central: desde allí se accede tanto a la Ruta 5 Sur como a los caminos que conducen directamente hacia la costa del Pacífico. Es el punto donde el paisaje de montaña empieza a dar paso a valles agrícolas y rutas más transitadas.

Del paso internacional al océano Pacífico

Desde Curicó, el viaje hacia el mar abre varias opciones de playas, que pueden servir como alternativas menos masivas que otros destinos chilenos. Entre las más cercanas aparecen Iloca, Los Junquillos y Rancura.

Un poco más al sur se encuentra Constitución, uno de los destinos más conocidos del Maule costero. Allí se combinan playas amplias, formaciones rocosas como la Piedra de la Iglesia y una oferta turística más desarrollada, con restaurantes y alojamientos.

Paso internacional Vergara - Nómades Sobre Ruedas
El paso internacional Planchón - Vergara visto desde el lado argentino.

El paso internacional Planchón - Vergara visto desde el lado argentino.

En total, el viaje completo desde Malargüe hasta la costa del Pacífico puede demandar entre 8 y 10 horas de manejo efectivo, sin contar paradas largas. Por eso, muchos viajeros optan por dividir el recorrido y descansar en Curicó o en localidades intermedias.

Por su relieve volcánico, su clima seco de montaña y sus paisajes únicos, el Planchón-Vergara no es solo un cruce fronterizo, sino una experiencia de viaje en sí misma. Para muchos mendocinos, representa una forma distinta de llegar al mar: menos apurada, más escénica y con la cordillera como compañera permanente.