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400.000 pesos en el limbo: dos meses de reclamos a Ualá por un monto que no reaparece

Marcos contó a MDZ Ciudadano que lleva más de 60 días pidiendo que le devuelvan 400.000 pesos que salieron de su cuenta de Ualá y nunca reaparecieron.

Marcos sigue sin poder recuperar su dinero y nadie le da una respuesta concreta. Imagen ilustrativa.

Marcos sigue sin poder recuperar su dinero y nadie le da una respuesta concreta. Imagen ilustrativa.

Hay historias que no deberían durar más que un trámite. La de Marcos empezó un martes al mediodía y se extendió dos meses. En aquel momento tenía un plan simple: mover 400.000 pesos desde su cuenta de Ualá a una cuenta propia del Banco Entre Ríos. Ese día, a las 12:15, la app le dio el mensaje que la operación había sido realizada con éxito.

Marcos, oriundo de Paso de los Libres, Corrientes, contó a MDZ Ciudadano que: "Dos días después, fui al cajero a retirar parte de ese dinero y el sistema me dijo que no tenía ese monto disponible. Volví a mi casa y llamé al banco. Me informaron que mi cuenta estaba cerrada desde el 30 de junio". La transferencia se había hecho el 2 de julio. Si la cuenta no existía, ¿adónde fue a parar la plata?

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La primera vuelta: rebotó, pero nadie la ve

El banco le pidió paciencia. Tal vez el envío se revertía solo. Esperó 48 horas. Nada. "El 7 de julio, el Banco Entre Ríos, ahora Bersa, me aseguró que realizó la devolución a la cuenta emisora y me entregó un comprobante", dijo Marcos a MDZ.

Con ese papel, consultó a Ualá. Allí, cuenta él, que recibió una frase repetida en distintos correos: “estamos analizando”. Le pidieron números de referencia y capturas. Las mandó. La respuesta que me dieron me descolocó: "No encontraban esa transferencia en sus registros. Me sugirieron volver al banco y verificar el camino del dinero. La pelota empezó a viajar de un lugar a otro, mientras que mi dinero sigue sin aparecer en mi saldo", afirmó Marcos.

La segunda vuelta: oficinas, correos y un ahorro inmóvil

Cansado de idas y vueltas por teléfono, Marcos se presentó en una sucursal del Banco Entre Ríos. Allí revisaron su caso y ratificaron que la devolución se había emitido hacia Ualá. “Ellos tienen que resolverlo”, le dijeron a Marcos, quien agrega: "Con esa confirmación, volví a escribir a la billetera digital, pero la respuesta fue parecida a las anteriores: 'tu caso está con el área correspondiente'. Así pasaron más de 60 días".

En el medio, se acumularon correos, números de gestión, capturas de pantalla y conversaciones. Lo único que no se movió fue su dinero. Cuatrocientos mil pesos que, no aparecen y que son indispensables para su vida cotidiana.

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Capturas de la conversación que Marcos mantuvo con Ualá

Capturas de la conversación que Marcos mantuvo con Ualá

Lo que revela el caso de Ualá: método, plazos y trazabilidad

La experiencia de Marcos expone un problema que se repite cuando el destino de una transferencia está cerrado o inactivo. La regla es clara: el dinero debe volver al origen. Ese “rebote” tiene que quedar asentado con fecha, hora y código. Si hay comprobante, el emisor debería poder rastrear el ingreso, incluso si la imputación contable se demora. La trazabilidad no es un lujo: es la única forma de que el usuario no quede atrapado entre dos versiones que se contradicen.

De un lado, “ya devolvimos”; del otro, “no figura”. En el medio, un cliente que espera y no sabe a quién creerle. No es una discusión técnica. Es la confianza cotidiana en servicios que usamos para pagar, cobrar y guardar lo que nos cuesta ganar.

El paso de las semanas también deja una enseñanza práctica. Los canales de atención necesitan protocolos más claros para casos de devolución. No alcanza con derivar. Hace falta que alguien tome el expediente, siga el recorrido del dinero y cierre la historia con una constancia formal.

Un mapa que explique qué ocurrió y cuándo. Si el banco emitió la reversión, tiene que poder mostrarla. Si la billetera la recibió, debe acreditarla o justificar, con precisión, por qué no está visible en la cuenta del usuario. La información existe. Lo que falta es que llegue a tiempo y con nombre y apellido de quien asume la resolución.

Marcos no pide un trato especial. Pide que le devuelvan lo que es suyo y que alguien explique qué pasó. Señala dos fechas: 2 de julio, cuando hizo la transferencia; 7 de julio, cuando el banco dice haber devuelto los fondos. Con esos datos, reclama a Ualá y al Banco Entre Ríos —Nuevo Bersa— una confirmación escrita del circuito completo y la acreditación efectiva.

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Por ahora, sigue insistiendo en los canales formales y guarda cada respuesta como prueba. Hizo lo que muchos harían: contar su experiencia en tuQuejaSuma y pedir ayuda para visibilizarla. La meta es sencilla y urgente. Que el dinero vuelva a su cuenta y que nadie tenga que pasar, otra vez, por la misma odisea. Porque detrás de una “transferencia exitosa” hay una persona que paga el costo cuando el sistema falla. Y ese costo, hoy, se llama 400.000 pesos.

Podés leer el caso de Marcos en tuQuejaSuma o bien publicar tu propio reclamo hacia esta u otra empresa de forma gratuita en esa plataforma.

Si tienes un reclamo o una mala experiencia como consumidor, comunicalo a [email protected], con una breve explicación del hecho ocurrido y un teléfono o correo electrónico para que luego podamos contactarte.