Opinión

Las métricas de vanidad y la adicción a la dopamina

En un mundo donde la información y los datos se encuentran al alcance de un clic, es fácil dejarse llevar por indicadores que nos hacen sentir bien.

Silvio Leguía miércoles, 22 de enero de 2025 · 10:54 hs
Las métricas de vanidad y la adicción a la dopamina
Las métricas de vanidad son un espejismo del éxito. Foto: Freepik

Las métricas de vanidad, aquellas que parecen reflejar el éxito pero en realidad no nos brindan información útil para la toma de decisiones estratégicas, están más presentes que nunca, especialmente en los negocios digitales.

Qué son las métricas de vanidad

Las métricas de vanidad son indicadores que, aunque pueden verse atractivos a simple vista, no proporcionan un valor real en términos de toma de decisiones o en la consecución de objetivos estratégicos. Estas métricas pueden hacernos sentir bien, ya que muestran cifras positivas, pero no reflejan el verdadero impacto de nuestras acciones.

En el ámbito digital, las métricas de vanidad son particularmente comunes. La cantidad de seguidores en redes sociales, el número de visitas a una página web, o incluso las ventas, pueden ser métricas engañosas si no se analizan a fondo. Sin un contexto adecuado, estos números no dicen nada sobre el comportamiento real de los usuarios ni sobre la calidad de la interacción.

Las métricas de vanidad son indicadores que, aunque pueden verse atractivos a simple vista.

Métricas accionables: la verdad desnuda

Por otro lado, las accionables son aquellas que, efectivamente, nos dan información relevante para tomar decisiones informadas. Estas métricas reflejan situaciones reales y permiten comprender lo que está funcionando y lo que no. Por ejemplo, en lugar de centrarse solo en la cantidad de visitas a una página, se debe analizar el tiempo de permanencia de los usuarios o la tasa de conversión de esos visitantes en clientes.

Lo mismo ocurre con las métricas de negocio tradicionales. Un alto volumen de ventas no siempre es un buen indicador si el margen de rentabilidad es bajo o si dependemos demasiado de un número reducido de clientes. En estos casos, la cantidad de ventas es solo un número vacío, sin reflejar la verdadera salud financiera del negocio.

Cuándo se vuelve vanidoso un indicador

Es importante aclarar que todas las métricas pueden ser de vanidad. No se puede determinar de antemano si un indicador es de vanidad o accionable sin considerar los objetivos estratégicos de la empresa o el proyecto. Una métrica puede ser válida en un contexto y vanidosa en otro. Por ejemplo, si el objetivo de una campaña de marketing es generar notoriedad de marca, las visitas a la página o los seguidores en redes sociales pueden ser métricas adecuadas. Sin embargo, si buscamos aumentar las ventas, esas mismas métricas serán irrelevantes si no se correlacionan con un aumento real en las conversiones.

Un alto volumen de ventas no siempre es un buen indicador si el margen de rentabilidad es bajo.

El lado personal de las métricas de vanidad

Las métricas de vanidad no solo se aplican al mundo empresarial, sino que también están presentes en nuestras vidas personales. En una sociedad tan conectada a las redes sociales, es fácil caer en la trampa de medir nuestro éxito a través de la cantidad de “likes” que obtenemos, los bienes materiales que poseemos, o el círculo social con el que nos rodeamos.

El problema es que estas métricas no reflejan la satisfacción interna o el verdadero bienestar. A menudo, perseguimos estándares sociales que nos alejan de lo que realmente queremos o de lo que nos hace felices. ¿Realmente necesitamos impresionar a los demás con lo que mostramos en las redes sociales? ¿O estamos buscando algo más profundo y significativo?

La adicción a la dopamina

Este deseo constante de validación externa está estrechamente relacionado con lo que se conoce como adicción a la dopamina. La necesidad de satisfacción instantánea nos lleva a buscar continuamente estímulos que nos hagan sentir bien, sin importar si estos estímulos tienen un impacto real en nuestro bienestar a largo plazo. Esta búsqueda constante de gratificación puede generar una insatisfacción perpetua, ya que cada satisfacción requiere de algo más grande para producir el mismo nivel de placer.

El problema es que estas métricas no reflejan la satisfacción interna o el verdadero bienestar.

Cómo identificar las métricas de vanidad

Aquí algunas preguntas clave para reflexionar

  1. ¿Qué decisión puedo tomar basada en este dato? Si no podes tomar una acción concreta a partir de la métrica, probablemente sea de vanidad.
  2. ¿Este indicador refleja la realidad o es solo una ilusión de éxito? Asegurate de que las métricas estén alineadas con los resultados que realmente importan.
  3. ¿Este dato me acerca a mi objetivo estratégico? Si la métrica no contribuye directamente a alcanzar el objetivo, no es accionable.
  4. ¿Este indicador se puede manipular fácilmente o tiene un impacto real? Las métricas de vanidad a menudo son fáciles de inflar sin que eso se traduzca en un cambio real o significativo.
  5. ¿Qué impacto tiene este dato en el largo plazo? Reflexioná si lo que estás midiendo tiene consecuencias sostenibles en el futuro.

Conclusión

Las métricas de vanidad son un espejismo del éxito. Nos hacen quedar bien ante terceros, pero no nos permiten tomar decisiones informadas ni nos acercan a la verdadera satisfacción. Para avanzar de manera efectiva en el mundo digital, los negocios o incluso en la vida personal, es crucial centrarse en métricas accionables que reflejen la realidad y nos ayuden a tomar decisiones estratégicas. Solo así podremos alcanzar un éxito verdadero y duradero, basado en datos que realmente importan y que nos permitan crecer tanto personal como profesionalmente.

Silvio Leguía.

* Silvio Leguía. Licenciado en Comercialización y MBA en IAE Business School. Posee una amplia experiencia en
empresas de consumo masivo, principalmente alimentos y bebidas, en el área comercial, marketing y exportaciones.

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