Arena, sol y ausencias locales: cómo se vive una tarde en la playa de Luján
A orillas del río Mendoza, la playa de Luján recibe cientos de turistas que buscan alivio al calor, mientras los locales parecen mirar hacia otro lado.
Una tarde de verano en Mendoza puede sentirse como un desafío para cualquiera. Con temperaturas que suelen superar los 35 grados, la búsqueda de alivio se convierte en una misión diaria.
Entre las posibilidades disponibles para hacerle frente al calor, la playa de Luján se alza como una opción atractiva, seduciendo a turistas de diversos destinos, pero con la particularidad de una notoria ausencia de mendocinos.

¿Cómo es un día en la Playa de Luján?
Desde temprano, el movimiento es constante. Familias, parejas y grupos de amigos llegan cargados de mantas, heladeritas y ganas de refrescarse. Entre ellos, una pareja oriunda de Buenos Aires, que compartió con MDZ su entusiasmo: "Hace 15 años que venimos a Mendoza y esta playa siempre nos enamora. Es ideal para combatir el calor". La limpieza del lugar y la entrada sin cargo para personas con discapacidad también fue destacada por ellos como un gesto de inclusión que valoran.
La playa cuenta con sanitarios ubicados cerca del estacionamiento, espacios con sombra y vigilancia permanente. El horario de acceso comienza a las 9, y las actividades se extienden hasta las 21. Las tarifas varían según la temporada, pero en promedio rondan los $3.000 por persona y también hay beneficios como entradas gratuitas para personas con discapacidad.
Las jornadas en la playa transcurren entre chapuzones, charlas y descanso bajo el sol. Luego de un día a orillas del río, alrededor de las 20 el lugar comienza a despoblarse.

Por otro lado, Dorange, una colombiana que lleva 11 años viviendo en Mendoza, confesó que era su primera vez en el lugar. "Está bueno, ayuda a combatir el calor y por el costo y la comodidad vale la pena". Con un precio de 13 mil pesos para su familia de cuatro personas, reconoció que la experiencia que cuenta con la posibilidad de refrescarse y la comodidad de contar con carpas y sombra es más que razonable.
Por otro lado, turistas de San Luis describieron la experiencia como "un escape al calor", destacando la belleza del lugar y la posibilidad de desconectarse. Además, la playa no solo atrae a familias, sino también a grupos de amigos y parejas que buscan desconexión. Tres chicas de distintos puntos del país (Tucumán, Chaco y Buenos Aires) que visitaron el lugar coincidieron en que el río y el entorno ayudan a sobrellevar el calor de una manera distinta a la humedad porteña y el calor norteño al que están acostumbradas.

Según Matías, uno de los guardavidas del lugar, el panorama está claro: "Los fines de semana recibimos unas 500 personas, en su mayoría turistas. Vienen de Buenos Aires, San Juan, San Luis, y hasta de Chile y Europa. Pero los mendocinos casi no vienen, prefieren Potrerillos u otros lugares".
Mientras los turistas disfrutan y descubren este rincón mendocino, queda latente el interrogante: ¿Qué lleva a los locales a ausentarse de un espacio tan singular? Quizá la respuesta esté en las preferencias culturales o en la variedad de opciones que ofrece la provincia. Lo cierto es que la playa de Luján se presenta como un destino para quienes buscan desafiar al calor y llevarse un pedacito de Mendoza en su memoria.

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