Opinión

Alberto Fernández: qué es el "terrorismo psicológico" de la denuncia por violencia de género

Sale a la luz algo que sospechábamos o quizás conocíamos, pero ¿de qué manera intervenir dada la característica de los participantes? El Doctor Enrique De Rosa hace un análisis en MDZ.

Enrique De Rosa Alabaster viernes, 9 de agosto de 2024 · 07:00 hs
Alberto Fernández: qué es el "terrorismo psicológico" de la denuncia por violencia de género
No todos los días sale a la luz, un caso concreto de la compañera de un mandatario nacional, de un presidente hacia su pareja. Foto: NA

Todos los días intervenimos en cuanto a nuestra practica profesional en el área de la psiquiatría forense y la medicina legal o nos enteramos a través de otros o de los medios de algún caso de violencia doméstica. Sin embargo, no todos los días sale a la luz, un caso concreto de la compañera de un mandatario nacional, de un presidente hacia su pareja. En nuestra historia reciente los casos en los que ello se sospechaba o conocía no han escaseado, desde los rumores entre el matrimonio Kirchner, hasta las publicas desavenencias del presidente Menem con su esposa,  inclusive en la actualidad las referencias a cierto comportamiento del actual presidente respecto a las mujeres. Sin embargo, quizá nunca esto se sustanció en una causa judicial.

El caso de Fabiola Yáñez, de la cual nos enteramos que oficialmente es ya la expareja del ex presidente Alberto Fernández, no deja de sorprender quizás por lo obvio que representa la cantidad de caso de violencia doméstica, pero que en alguna parte del imaginario, si bien sabemos que la asimetría de poder en uno de los miembros de la pareja es un factor cardinal en este tipo de procesos, quizás creemos que si el poder es extremo ello no ocurrirá, o quizás deseamos que esto no debería ocurrir.

En nuestra historia reciente los casos en los que ello se sospechaba o conocía no han escaseado, desde los rumores entre el matrimonio Kirchner, hasta las publicas desavenencias del presidente Menem con su esposa. Facebook Fabiola Yañez

Esa ambigüedad es lo que quizás vuelve a este caso en emblemático y a la vez expone la razón por la cual esta es una oportunidad más para generar la disputa entre bandos contrarios, en la cual hace unos días se criticaba la tarea del actual presidente en cuanto a carencia de política para esta problemática y se ensalzaba la figura de Alberto Fernández por haber impulsado estructuras para ello…pero unos días después nos enteramos que mientras la impulsaba, aparentemente practicaba lo opuesto. Eso ilustra quizás esa cuestión de fondo que es lo que hace a un cuento de Carlos Fuentes “Vieja moralidad” en la que se expone a la hipocresía en cuanto a juzgar la moral ajena de una manera y a la propia de otra y opuesta, o simplemente lo que la sabiduría popular conoce como la paja en el ojo ajeno. Paradigmática causa y que permite aprender quizás por esta razón entre otras, ya que  tendemos a ser buenos críticos y hasta a veces muy ácidos de las “fallas morales” de los otros, pero justificamos con fervor , banalizamos o simplemente ignoramos las propias. Si embargo lo sabíamos. Esa doble moral en la cual se ordenaba a la población a permanecer en sus domicilios mientras se celebraba “fiestas” , por usar un término retorico quizás, en Olivos.

Al mismo tiempo en esas fiestas se publicaban listas de invitadas muy particulares que entre otras particularidades tenían la característica de ser amigas de la “querida Fabiola”, que a su vez era “torpe” responsable de invitar mujeres de ciertas características. Sin embargo, la población y en especial una parte tiene esa especie de laxitud o desconexión moral que hemos mencionado en otra nota , respecto al termino acuñado por Albert Bandura en el cual por momentos nos desconectamos de la moralidad reinante establecida en una sociedad como la norma, en la medida que se ajusta a nuestra conveniencia. El tema es tener un relato que permita conservar la idea que uno tiene de si mismo. El poeta “maldito” Rimbaud en el siglo XIX en Francia decía que la moral es una forma de enfermedad cerebral, y de esa manera buscaba sacudir a la sociedad. En estos caso ese reversos de la medalla de la moral, esa sombra o contracara de la moral publica y publicada , expuesta, se expresa de manera a veces muy terribles.

Las víctimas de esto no solamente sufren el terror, sino que imaginan que su existencia será sinónimo del mismo terror y que quizás lo único que se puede hacer con el carcelero, es evitar enojarlo. En eso consiste el terror, en un estado psicológico en el que nuestras defensas ya han sido vencidas y comenzamos a operar en un modo de supervivencia (survival mode de la neurobiología) en el cual todo es aceptable, para conservar un bien colocado en un lugar que escape al desastre. Ese bien ultimo a salvaguardar, puede ser el estatus social y/o económico , evitar el castigo de todo tipo, incluido el físico extremo, o hasta la vida de una familiar o aún más un hijo.

Las víctimas de esto no solamente sufren el terror, sino que imaginan que su existencia será sinónimo del mismo terror.

Fabiola utiliza aparentemente en su denuncia la palabra o la expresión “terrorismo psicológico”, y es interesante, a los fines criminológicos desde ya, que el terrorismo es eso, impregnar la mente de una persona o un grupo social, una población de un estado anímico que lo paralizada y lo vuelve dominable. Ese estado emocional, psicológico hace que la víctima no solo entienda que la forma de sobrevivir es buscando calmar la ira del victimario, sino que implica un brutal recorte de cualquier recurso cognitivo o comportamental de ayuda, eso explica inclusive porque muchas mujeres simplemente no pueden huir y por esa razón a veces se repite, que “ ella se lo busca” así como otras formas de revictimización.

Un último factor en una tema que es inagotable de todas maneras, es el de la asimetría de poder, pero en este caso en particular, como esa asimetría no es algo imaginario sino algo muy concreto. En el caso cuando intervenimos con mujeres en este tipo de situación en las cuales sus parejas/victimarios, son efectivamente hombres con externos y concretos recursos, es muy complicado porque las amenazas habituales, contra ella, contra su familia de origen, pero muy frecuente contra sus hijos, no son metafóricas sino muy concretas. Ellas los han acompañado y asistido cuando aplicaban ese castigo a otros y saben de qué se trata. En estos casos es donde la justicia debe intervenir y en donde a veces el maneje de instancias psicológicas debe actuar con mucho cuidado porque cualquier situación que ignore el hecho concreto, puede desencadenar en consecuencias terribles. Los femicidios en este marco son en algunos casos la respuesta en individuos que entienden que su poder no tiene límites y desde ya una perimetral o un dictamen pericial es algo que a ellos no solo no los limita sino los motiva.

La temática de violencia doméstica, violencia de genero debe ser abordada desde una perspectiva amplia, desprovista de juicios apriorísticos que nos alejan de la situación , ya que a veces los espectadores racionalizamos y hasta justificamos el mal, porque nos da temor el imaginar que esto pueda ocurrir en la realidad y que nosotros también podamos ser víctimas. No se trata de una noticia sino de una hecho real, concreto y profundamente dramático que puede dejar huellas en el resto de la vida.

Entender que la víctima es alguien como nosotros es el inicio del camino.

Enrique De Rosa Alabaster.

Enrique De Rosa Alabaster es psiquiatra forense médico legista MN 63406
Presidente Asociación  Argentina de Victimología
IG. @enriquederosa

Archivado en