Javier Milei: un libro busca develar detalles de su pasado y su infancia

En su último libro, “Milei: Una historia del presente”, Ernesto Tenembaum revela facetas desconocidas del presidente Javier Milei, entre ellas, los episodios de violencia doméstica que marcaron su infancia. Este relato plantea una interrogante crucial: ¿Pueden las experiencias traumáticas de abuso, como las vividas por Milei, ser un factor de riesgo para desarrollar conductas antisociales o delictivas? A partir de este caso particular, exploraremos la relación entre el maltrato infantil y la criminalidad en la edad adulta.

Abuso infantil y criminalidad

El vínculo entre el abuso infantil y la criminalidad es indiscutible y ha sido objeto de numerosos estudios en criminología. Las experiencias traumáticas en la infancia, como el abuso físico, emocional y sexual, alteran significativamente el desarrollo cerebral, generando dificultades en la regulación de emociones, el control de impulsos y la capacidad de empatizar. Estas deficiencias, combinadas con trastornos de personalidad y dificultades en la socialización, incrementan notablemente el riesgo de involucrarse en conductas delictivas en la adolescencia y la adultez. La normalización de la violencia en el hogar no solo exacerba este riesgo, sino que también moldea patrones de comportamiento antisociales que los niños pueden internalizar y reproducir.

Sin embargo, es crucial destacar que, aunque el maltrato infantil es un factor de riesgo poderoso, no es determinante en todos los casos. Factores adicionales, como el entorno social, la presencia de figuras de apoyo, y la participación en programas de intervención temprana, pueden desempeñar un papel fundamental en mitigar estos efectos. Las consecuencias del maltrato infantil pueden persistir a lo largo de la vida, manifestándose en una variedad de problemas psicológicos y comportamentales. Además, es importante reconocer que las niñas y los niños pueden experimentar diferentes consecuencias debido a factores socioculturales y de género, lo que exige un enfoque sensible y personalizado en las intervenciones.

Maltrato y criminalidad: un vínculo complejo

• Ciclo de la violencia: tanto hombres como mujeres que han sido víctimas de maltrato pueden repetir patrones de violencia en sus relaciones futuras, convirtiéndose en perpetradores o víctimas nuevamente. Este ciclo perpetúa la violencia y crea un entorno propicio para la criminalidad, donde las experiencias traumáticas se reciclan y amplifican a lo largo del tiempo.
• Mecanismos de afrontamiento: las personas que han sufrido maltrato pueden desarrollar mecanismos de afrontamiento disfuncionales para lidiar con su trauma. Entre estos mecanismos se encuentran el uso de sustancias, la violencia y la delincuencia. Estas respuestas no solo agravan su situación personal, sino que también contribuyen al incremento de la criminalidad, ya que buscan aliviar su dolor a través de comportamientos destructivos.

Desigualdades de género

Las desigualdades de género en la sociedad influyen significativamente en la manera en que hombres y mujeres experimentan y responden al maltrato. Las mujeres, por ejemplo, enfrentan mayores barreras para denunciar el maltrato y obtener ayuda, lo que incrementa su riesgo de victimización repetida. Estas barreras pueden incluir el miedo a la retribución, la falta de recursos y apoyo, y la discriminación institucional. En contraste, los hombres pueden enfrentar estigmatización y falta de comprensión en contextos donde se espera que sean los protectores y no las víctimas.

Superación y resiliencia: Javier Milei y el maltrato infantil

La historia de Javier Milei subraya la complejidad de cómo las experiencias de abuso infantil pueden influir en la vida de una persona. Milei podría haber seguido un camino muy diferente hacia la criminalidad, dadas las circunstancias de su infancia. Sin embargo, su resiliencia, determinación y factores protectores clave lo llevaron a convertirse en una figura prominente en la política argentina.

La historia de Milei es un poderoso testimonio de que, aunque el abuso infantil puede aumentar el riesgo de comportamiento delictivo, no define el destino de una persona. Su capacidad para superar los desafíos y alcanzar el éxito destaca la importancia de proporcionar un entorno de apoyo y recursos adecuados a las víctimas de abuso. Es fundamental que la sociedad reconozca y fomente la resiliencia, ofreciendo herramientas y oportunidades que permitan a estos individuos construir vidas resilientes y productivas, lejos del crimen y llenas de contribuciones positivas.

* Lic Eduardo Muñoz. Criminólogo y criminalista. Especialista en prevención del delito. Consultor de seguridad integral

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