Inteligencia artificial y realidad: los "modelos de mujer" que ilustra la Vendimia y la evolución real
Mendoza aún elige reina con "atributos" antiguos, mientras hubo revoluciones que permitieron cambiar roles. Cómo ilustra cada época la Inteligencia Artificial y qué pasa en la realidad.
Agostina Saua tiene 23 años, se recibió de profesora de inglés y trabaja como docente. Está en la edad de mayor tensión para las mujeres en Mendoza, pues ellas son las que más sufren el desempleo a pesar de ser mayoría entre quienes estudian y logran mejor rendimiento. Agostina es, también, una deportista de élite. Nada y, como si fuera poco, disfruta de deportes aventura en la nieve y el agua. Es una mujer independiente. Agostina es, también, Reina Nacional de la Vendimia y debe usar capa, una corona con joyas y exhibirse con un protocolo impuesto. Esos objetos, mencionados coloquialmente como "atributos", se mantienen y, quizá, no representan del todo lo que Agostina y el resto de las mujeres mendocinas son.
El de Mendoza es un caso extraño. Desde 1936 se elige a una mujer como representante dentro de la fiesta de la cosecha que es la Vendimia. Con el correr del tiempo se escindieron los caminos entre la imagen de la mujer que se construye desde la Vendimia, con la vida cotidiana, el acceso a derechos y el progreso para achicar la desigualdad.
Al consultar un "estereotipo" de mujer de cada época, la respuesta de Inteligencia Artificial es sorprendente. La imagen que construye, en base a su información, de una "mendocina de 1936" tiene bastantes semejanzas a la imagen que tenía de la primera reina nacional de la Vendimia, Delia Larrive Escudero.
En cambio, al comparar las imágenes entre una "mendocina de 2024" y la de Agostina como Reina de la Vendimia 2024, las diferencias son enormes.
El ejercicio se hizo con un programa profesional de Inteligencia Artificial. Se empleó esa metodología para achicar el margen de arbitrariedad.
Mucho más que una imagen
Los cambios en el acceso a derechos y roles de la mujer entre 1936 y 2024 son revolucionarios. En la época de la primera Vendimia las mujeres no tenían acceso a la educación superior, los trabajos a los que podían postular eran siempre subordinados y de baja calificación y, sobre todo, tenían suprimida el derecho a elegir. En lo político, no tenían ni voz ni voto. En los bailes, los hombres las "elegían" con la intermediación familiar. De ahí viene el primer concepto relevante: ser elegidas por otros.
En la primera Vendimia no estaba previsto que hubiera elección de reina, pero surgió, dicen, de manera espontánea. Delia Escudero estaba vinculada al mundo de la vitivinicultora, como ocurrió con otras reinas posteriores. La imagen de una figura con corona, capa, cetro y elegida por sus atributos estéticos; no se corresponde con la de una profesional, trabajadora, deportista, artista que es, en realidad, Agostina.
Mirá el video: todas las reinas de la Vendimia y su evolución
Desarrollo de IA: Walter Moreno. Video: Rodrigo D'Angelo
La evolución del acceso a los derechos de las mujeres fue vertiginoso en algunas épocas y ralentizado en otras. Siempre los avances fueron partes de procesos y épocas. "Los cambios que se produjeron y se producen responden a épocas, a contextos y muchos factores que confluyen. En la época de la primera Vendimia las mujeres no votaban, casi no podían estudiar y tenían trabajos de servicios secundarios. Hubo dos momentos clave como el derecho al voto y el acceso masivo de las mujeres a la educación superior, ocurrido en la década de los 60. En la dictadura se volvió al concepto de 'la mujer en la casa', la subordinación. Y con el retorno de la Democracia hubo leyes, como la del divorcio, y hechos relevantes para retomar el camino de los derechos ", explica Valeria Fernández Hasan, investigadora del CONICET y especialista en género. La científica explica que las representaciones de la mujer cambian y la reina de la Vendimia, como figura, se ha quedado en el tiempo. "La figura de la Reina se mantiene y en definitiva es un concurso de belleza. Si no cambia o se ajusta a los tiempos seguramente irá perdiendo interés", asegura.
El acceso al voto y los derechos políticos, la posibilidad de estudiar y trabajar con mayor libertad, la píldora anticonceptiva, el divorcio vincular, la patria potestad compartida, la educación sexual integral, el reconocimiento de la violencia de género en todos los ámbitos. Hitos en la historia de las mujeres desde la primera elección de reina, hasta ahora. Igualmente la reina de la Vendimia es casi una excusa: a pesar de los avances y los discursos, las desigualdades se profundizan.
El desempleo en mujeres jóvenes de Mendoza, por ejemplo, duplica al de los hombres. Es decir, todas las mujeres en edad de postularse a reinas sufren más los problemas para conseguir trabajo. Puertas adentro de los hogares, esa situación es peor. Las mujeres ocupadas le dedican 06:07 horas a tareas de cuidado, mientras que los hombres solo 03:30 horas. Incluso los hombres desocupados le dedican menos tiempo a cuidados y tareas propias de una familia que las mujeres que tienen trabajo: 4 horas contra más de 5.
No solo reinas
Sofía Haudet es licenciada en relaciones públicas. Y, como le ocurre a las mujeres en Mendoza, le cuesta más desarrollarse profesionalmente. "Es una profesión que hay que trabajar mucho para hacerse reconocida. Veo como una desventaja ser mujer, pero por ahí las temáticas de perspectiva de género no convocan todavía. Hay puestos de trabajo que se pagan mejor a alguien por ser hombre y menos por ser mujer. A mí me pasa como profesional. Tenés que demostrar que hacés el trabajo mejor. Hay como una necesidad de demostración permanente de que sos buena", explica. Incluso, hay problemas en la vida privada que aún son difíciles de superar. "También es muy fuerte aún cómo se delegan las tareas de cuidado. Convivo hace seis meses con mi compañero y él está comprometido. Pero hay cargas mentales que son de las mujeres y como nos han criado así, cuesta mucho salir de ese esquema. Hay muchas horas que las termino destinando a las tareas de cuidado. Los hombres de desligan y no tienen la prioridad", explica Sofía.
Ella, además, fue reina de la Vendimia y ahora, una década después de su "reinado", puede ver las cosas con otra perspectiva. "El rol de la reina ha cambiado mucho porque los debates de las mujeres ha evolucionado. Hay otras cosas que antes no se hablaban, como la violencia simbólica y política. En su momento si me preguntabas si me consideraba cosificada, te iba a decir que no. Pero ahora, problematizando las cosas y viendo en perspectiva entiendo que sí hemos pasado algunas violencias, pero sobre todo por dónde se pone a esa mujer en distintos lados. A mí me cuestionaban porque opinaba de temas incómodos; como que debía ser la persona que sonreía y no opinaba de nada", opina Sofía. "El rol de la reina es político en su esencia. Es una gran relacionista pública. En muchos momentos sentía mucha presión sobre mi imagen y más de una vez tiré una lágrima por no verme como creía o como otros querían que me viera. Hay una presión por sobre eso, por los protocolos, que han quedado viejos. No podemos pedirle a alguien lo mismo que alguien que salió en 1980. Ha cambiado lo que las pibas quieren o eligen ser", agregó.
Reinas mujeres, el poder en los hombres
El llamado "techo de cristal" se reproduce en Mendoza. En casi un siglo, Mendoza tuvo más de 80 reinas de la Vendimia, pero ninguna gobernadora y pocas intendentas, Hoy, de hecho, hay una sola de 18 comunas y curiosamente también fue reina de la Vendimia. Las mujeres son mayoría en tribunales, pero en toda la historia hubo solo dos juezas en la Suprema Corte y las cámaras son lideradas por hombres. En el ámbito privado, el techo de cristal está más blindado y opaco aún: ante una misma tarea la brecha salarial supera el 20% y el acceso a cargos jerárquicos está restringido. "Si sos mujer, sentís que todo el tiempo tenés que estar demostrando algo; que sos mejor, que podés. Todo el tiempo a prueba", asegura Sofía.
"Antes las mujeres se dedicaban a los cuidados solamente, no tenían su propio sueldo, no podían votar y allí surge el estereotipo de ser la elegida, la más bonita, todo para que un hombre te elija. Ahora las mujeres recuperamos muchísimo espacio en lo público, pero no tanto en lo privado", explicó Laura Fiochetta, comunicadora especializada en temas de género.
Así como las mujeres son designadas como "reinas", también hay estereotipos de tareas establecidas. "Esta segregación se corresponde con los estereotipos de género vinculados a la división sexual del trabajo, en donde el trabajo productivo aparece como una continuación de las habilidades femeninas relativas al cuidado del hogar y el cuidado de otros. De esta manera, el trabajo en hogares, la enseñanza y la salud humana son los sectores con mayor presencia de mujeres para fines de 2013. Con tasas de feminidad de 95,7%, 76,1% y 65,9% respectivamente. Estos tres sectores representan cerca del 37,3% de la ocupación femenina, mientras que sólo significan el 6% de la ocupación masculina", indica el informe elaborado en la Plataforma de Información para Política Públicas de la Universidad Nacional de Cuyo. Esa realidad se resume en un concepto repetido: los hombres "ayudan" en las tareas de crianza y cuidado.