Día del cornudo, por qué se celebra y quién fue el primero
Cada 11 de noviembre, se celebra el Día del Cornudo en honor a San Martín de Tours, un obispo que representa a quienes han sufrido infidelidades.
Cada 11 de noviembre, una curiosa festividad llama la atención en varias regiones: el Día Internacional del Cornudo. Por extraño que parezca, esta fecha tiene como propósito conmemorar a aquellos que han sufrido infidelidades en sus relaciones, un homenaje inspirado en San Martín de Tours, el patrono de los “cornudos”. Este santo cristiano, quien fue obispo y es venerado como defensor de los engañados, preside esta fecha que mezcla ritos antiguos y simbolismos inusuales.
La tradición comienza con la elección del "gran cornudo del año", una persona que porta unos grandes cuernos, símbolo de infidelidad, y encabeza una especie de procesión rodeada de música medieval. Juglares narran historias de desventuras amorosas y, en un ambiente de humor y burla, el "cornudo del año" se convierte en protagonista de esta particular celebración. La festividad se realiza cada año el domingo más cercano al 11 de noviembre, reuniendo a quienes encuentran en esta fecha una forma de aligerar el peso de haber sido engañados.
El origen de esta fiesta tiene raíces profundas y se remonta a los antiguos celtas. Durante noviembre, los celtas celebraban el fin de año con una prolongada fiesta que duraba 12 días. Durante estos días de festejos, las infidelidades eran, según la leyenda, algo frecuente. La asociación entre los cuernos y las traiciones proviene de la apariencia de los animales presentes en esas ferias, que solían mostrar grandes cuernos en sus cabezas, simbolizando la traición en la cultura popular.
También hay una conexión con la época romana. Cuando los soldados regresaban de largas campañas militares, muchas veces descubrían que sus esposas habían encontrado "nuevos amores" en su ausencia. Al llegar, los guerreros recibían de regalo dos grandes cuernos llenos de monedas, que además de simbolizar victoria, terminaron siendo asociados con las infidelidades sufridas en su ausencia. Desde entonces, el término "cornudo" se utilizó para referirse a quienes sufrían este tipo de engaños.
Uno de los relatos más curiosos sobre esta celebración nos transporta a la antigua Roma, donde se cuenta que en la víspera del 11 de noviembre, algunos amigos, en tono de burla, decoraban la puerta de aquellos a quienes consideraban "cornudos felices", es decir, personas que sabían de las infidelidades, pero las aceptaban sin oponerse. Esto se detalla como uno de los primeros episodios más importantes de Roma, a Luigi Zanazzo.
En estas "decoraciones", se colocaban flores, cuernos y hasta poesías satíricas dedicadas a la persona engañada. Esta práctica no solo incluía símbolos como las cintas y las flores, sino también representaba un juego de mofa que, según los relatos, terminaba por convertirse en una especie de "broma cruel".
La frase popular “de los cuernos y de la muerte no se salva nadie” parece entonces reflejar un pensamiento compartido desde tiempos remotos, en el que los cuernos se asocian con la infidelidad y la resignación. Hoy en día, el Día del Cornudo puede parecer extraño, pero su historia nos muestra cómo antiguas culturas incorporaron el simbolismo y las bromas para sobrellevar la desdicha de una traición.
Así, este homenaje a San Martín de Tours se convierte en una fecha peculiar que recuerda que, aunque las infidelidades causen dolor, muchos encuentran en esta celebración una manera humorística de lidiar con ello y de revivir tradiciones de siglos pasados.