Vicuña for export: una empresa italiana compra en Catamarca la lana más cara del mundo
A través de una firma con el gobernador Raúl Jalil se exportará la materia prima. No es la primera vez que se lleva adelante la rúbrica de este convenio.
Una empresa italiana que comercializa prendas confeccionadas a base de fibra de vicuña firmó un convenio de colaboración con el gobernador de Catamarca, Raúl Jalil. El objetivo del documento es beneficiar a los productores de ambos países y fortalecer las economías regionales.
"Es muy importante que una firma internacional del prestigio de Loro Piana tenga un convenio internacional con las comunidades. Esto no va a ser una competencia entre lo artesanal y lo industrial, es una complementación, es la sinergia que necesitan las comunidades. Nosotros solamente ayudamos a que las comunidades se desarrollen. La relación comercial va a ser directamente entre la empresa y las comunidades", explicó a Radio Nacional el gobernador Jalil.
"Esto surge de un viaje que hicimos a Italia, ahora volvemos a viajar con los gobernadores. Estuvimos en Italia conversando con el anterior embajador e hicimos un zoom con Milán, porque la sede de esta empresa está en Milán. Se interesaron por Catamarca, nos dijeron que Catamarca tiene una fibra muy buena y que tal vez sea la mejor del mundo y también que Catamarca tiene mucho potencial”, agregó.
Catamarca es una provincia líder en producción de fibra de vicuña en el país. Son las comunidades originarias de la Puna las que llevan adelante las esquilas con prácticas que se han ido mejorando y conservando a través de siglos.

La lana más caras del mundo
La vicuña es un animal emparentado con la llama y el guanaco. Habita el noroeste del país y desde hace años su lana se convirtió en una de las más caras del mundo. Un kilo de este producto puede oscilar entre los 300 y los 500 dólares.
Según un estudio de la Universidad de Buenos Aires, "tras siglos de ser cazadas por su fina y valiosa lana, la especie pasó de 3 millones a 10.000 individuos y quedó al borde de la extinción. Por ello, en la década del ‘60 se generaron convenios para regular su explotación y comercialización. Con el éxito de los tratados y el consecuente crecimiento de la población de vicuñas, los pueblos originarios le reclamaron a instituciones estatales capacitación para recuperar y actualizar el chak’u, una práctica de encierro y esquila en silvestría que realizaban sus antepasados, y para continuar avanzando en sus derechos como nativos".
La principal población de vicuñas se encuentra en la Argentina, Bolivia, Chile, Ecuador y Perú.

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