Crisis habitacional

González Catán: en qué consiste la estafa donde casi todos son víctimas y victimarios

Construyen en lotes ajenos, pero que compraron. Pagan "obra pública" de su bolsillo a privados. Cómo funciona el sueño de la casa propia que terminó a los tiros y con cinco muertos.

Milagros Moreni
Milagros Moreni martes, 16 de enero de 2024 · 12:11 hs
González Catán: en qué consiste la estafa donde casi todos son víctimas y victimarios
Así comenzó la balacera del domingo en González Catán. Foto: Captura Video

El motor de los crímenes de González Catán, ocurridos el domingo durante una reunión vecinal, no fue una toma de terrenos. Las víctimas no eran usurpadores tal cual se definirían según diccionario ni los sicarios propietarios. Detrás de los cinco muertos que dejó el feroz tiroteo en la localidad bonaerense del partido de La Matanza, entre los que se cuenta un adolescente de 16 años, hay una trama de negocios irregulares que funciona de modo sistémico y que necesita de muchas patas para sostenerse. Dice el refrán que la ocasión hace al ladrón, y de eso se trata este circuito de acuerdos económicos ilícitos donde casi todos son víctimas y victimarios a la vez.

El domingo, cerca de las 15.30, en inmediaciones de una tosquera abandonada del barrio 8 de diciembre, cerca del cruce de Debussy y Vega, se desató una balacera en medio de una reunión vecinal de la que participaron miembros de una comunidad boliviana, algunos ciudadanos peruanos y otros argentinos. Estaban ahí junto a los "delegados" de la zona, de nacionalidad paraguaya, para acordar un plan de trabajo de obras en el barrio. Esos "delegados", además de ser quienes llevan adelante los tendidos de redes eléctricas o de agua, por ejemplo, o la realización de calles, son quienes vendieron los terrenos a aproximadamente mil familias. 

El encuentro con una dinámica similar a la de una reunión de consorcio o a la puesta en común para un desarrollo inmobiliario terminó en una discusión por dinero, con tiros, al menos ocho heridos, cinco muertos y sin detenidos hasta la media mañana de hoy. El conflicto se desató por el hartazgo de los habitantes de las tierras en discusión. Ellos no son propietarios, pero compraron lotes de una masa de tierra que fue dividida por los "delegados" o "punteros", que tampoco son los dueños de los terrenos que venden, pero que operan y se comportan como si lo fueran.

Hubo ocho heridos y cinco muertos. Foto: captura de video.

En qué consiste la estafa

Una asociación ilícita se ocupa de detectar hectáreas desocupadas, que tienen un dueño, un privado, que no son municipales, provinciales ni nacionales y por las que nadie va a reclamar. Por ejemplo, las tierras pueden corresponderle a una persona de la tercera edad que quedó sola y no tiene la capacidad de gestión administrativa que necesita para estar al día respecto a su propiedad. También pueden pertenecerle a un gran número de herederos que no conocen de la existencia de ese predio o que no cuentan con los recursos económicos para hacer una sucesión. En cualquiera de los casos, el oro negro no es la tierra sino el tiempo. 

Los timadores se enteran de la existencia de esos terrenos, lotean y venden predios. Una vez que negociaron con los "compradores", sugieren construir. Cualquier cosa, aunque sea algo pequeño. Con el paso de algunos meses en esos lugares aparecen las primeras construcciones. Los que no tienen plata para edificar, cortan el pasto, plantan árboles, tienden alambrado, hacen pequeñas tareas de mantenimiento que los sostiene como "dueños". 

Mientras tanto, alguien vinculado al real propietario de esos lotes intentará por vía judicial reclamar lo suyo. Deudas de impuestos, faltantes de algunas firmas, convocatorias a herederos o papeles extraviados pueden ser factores que demoren el proceso para que los dueños se hagan de sus tierras. Para cuando lo logran, ya existe y funciona un barrio, por lo que se debe avanzar en pedidos de desalojo. La Justicia debe expedirse y ordenarlo, pero esto puede demorar hasta seis años. Por lo que para cuando pasó todo ese tiempo, las dos, tres o cuatro manzanas en cuestión están prácticamente perdidas. 

Por otro lado, son los mismos "delegados", aquellos que vendieron los lotes, los que ofrecen a los vecinos el mantenimiento del barrio y otras obras para su desarrollo: tendido eléctrico, tendido de red de agua, luminaria urbana y hasta espacios verdes. Por todo esto cobran pequeñas cuotas que pueden oscilar entre los $50.000 y los $120.000, según contaron víctimas de la estafa a MDZ. Ese fue el detonante del tiroteo del domingo. Los "delegados" pedían más plata a los vecinos, pero ellos ya no quieren seguir pagando. Además, avanzaron en algunas obras por su cuenta o con otros "contratistas", lo que desató que días atrás hubiera un "ajuste de cuentas" que no fue denunciado. Ese episodio incluyó disparos al aire y el incendio de algunas casas, pero no salió a la luz porque la desprolijidad y lo ilegal del entramado es lo que mantuvo a los hechos lejos de los medios hasta que los cinco muertos y al menos ocho heridos del fin de semana convirtieron al episodio y su estructura en algo insoslayable.

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