Duro mensaje de la Iglesia contra la trata de personas
Jorge Ignacio García Cuerva condenó enfáticamente la trata de personas y la "mercantilización" de los seres humanos.
El arzobispo Jorge Ignacio García Cuerva apuntó contra la trata de personas, una realidad que atraviesa a toda la población argentina. Con una complejidad en su articulación, este crimen ya había sido catalogada por el papa Francisco como "un crimen contra la humanidad; es un crimen mafioso y aberrante”.
García Cuerva celebró la misa por la trata de personas, en Plaza Constitución, y se remitió a palabras del actual papa cuando era el arzobispo porteño: "A Buenos Aires le hace falta llorar. Porque al llorar, fabricamos lágrimas, y con las lágrimas limpiamos la mirada y vemos más claro". En 2005, Jorge Bergoglio expresó que a la ciudad le hacía falta llorar para que Dios la purificara, tras la tragedia de Cromañón.
El primado argentino llamó entonces "a llorar tanta desigualdad; a llorar tanta exclusión; a llorar a tantos hermanos que deambulan por nuestras calles; a llorar a tantos hermanos esclavos del negocio de la droga; a llorar a tantos hermanos víctimas de la precariedad del conocido como 'trabajo esclavo'; a llorar a quienes son víctimas de la trata, 'ese crimen que hace de las personas mercancía'; a llorar a quienes ofrecen su cuerpo obligados por necesidad a sobrevivir".
En tiempos en que monseñor García Cuerva ofició como obispo en la Diócesis de Río Gallegos, parte de su ministerio se centró en ayudar a personas transgénero a integrarse laboralmente y salir de las redes de prostitución y trata de personas. En la homilía de la misa celebrada en Constitución, citó a Francisco: "El verdadero mal social no radica tanto en el crecimiento de los problemas, sino en el declive de la atención”.
La línea va en sintonía con parte del trabajo de los curas villeros, tarea con la cual se identifica a Jorge Ignacio García Cuerva, que llevan adelante la obra "Hogar de Cristo". Estos centros de recuperación se centran en las personas que sufren adicciones, que en muchos casos también se vinculan con la trata de personas; los mismos, trabajan reiteradas veces en la idea de que el hombre "no puede quedar de brazos cruzados y tiene que mirar al que está tirado", recordando también que en esas personas la vulnerabilidad frente a la trata aumenta.
En base al Evangelio del día, que habla del buen samaritano que ayuda al judío medio muerto al costado del camino y es ignorado por un sacerdote y un levita de su mismo pueblo, remarcó: "Hoy, víctimas de las distintas formas modernas de esclavitud y trata de personas, hay hermanos, hay ciudadanos todavía “medio vivos”, que piden que los miremos con los ojos llenos de lágrimas porque hacemos nuestro su dolor; que nos acerquemos, que vendemos sus heridas con ternura, con escucha, y con un compromiso profético, que una vez más y desde esta plaza, triste reflejo de la injusticia y la marginación gritemos sin miedo que seguiremos luchando por una sociedad sin esclavos ni excluidos".
La trata y los Derechos del Niño
La trata de personas en Argentina no es algo aislado ni ligado solo a la prostitución, como el caso de Marita Verón, sino también algo que atraviesa distintos tipos de actividades lucrativas legales e ilegales. No es noticia para nadie la existencia de los "soldaditos" en el mundo del narcotráfico, como así tampoco la reducción a la servidumbre en tareas rurales y de manufactura.
En muchos casos, las principales víctimas de este tipo de trata suelen ser niños, lo que no está de más recordar en las "vísperas" del Día Nacional de los Derechos de los Niños y Adolescentes. Estos buscan garantizar que los menores tengan acceso a un desarrollo sano de su infancia, priorizando su salud, el juego y su educación. Al mismo tiempo, los Derechos del Niño contemplados por la Ley 26.061 habilitan al trabajo de los adolescentes siempre y cuando este no ponga en riesgo la salud del menor.