Anhedonia social: el síntoma que prevalece en una sociedad “desganada”
“La anhedonia es un síntoma por el cual uno se desconecta de todo (falta de hedonismo) y no encuentra placer en nada”, describe el médico psiquiatra y neurólogo, Enrique De Rosa Alabaster. Y asegura que el pulso social que se percibe en el país es el de “una sociedad que no tiene esperanza”.
“Estamos sin duda ante una sociedad que está desganada y que no tiene esperanza”, describe el médico psiquiatra y neurólogo, Enrique De Rosa Alabaster, consultado por MDZ sobre el pulso social en el marco de este año electoral.
Como una especie de anhedonia social, muchos argentinos muestran algunas actitudes similares a la de este síntoma que se caracteriza por e sensación de no sentir placer en ninguna actividad que emprenda. “Es como si todos los días, una persona fuera hasta una caramelera y nunca encuentre caramelos. La gente termina perdiendo las expectativas de encontrar caramelos. Esa misma sensación de no sentir placer, evita al menos la frustración prolongada. Justamente esa es la función de la anhedonia. Porque uno no genera expectativas en nada. Pero al menos no siente esa frustración crónica del argentino de, por ejemplo, estar mirando el valor del dólar todo el tiempo para ver cuándo aumentó, aun cuando no lo pueda comprar”, graficó el psiquiatra.
Otro de los ejemplos que dio el profesional fue el de aquel hombre que intenta seducir a una chica que lo rechaza. Intenta con otra, y tampoco le presta atención da bolilla. Y, finalmente, tras varios intentos termina convenciéndose que cortejar a una mujer le lleva “mucho esfuerzo”, y se resigna a no seducir a nadie más. “Su libido desaparece, pero también desaparece su frustración por los fracasos reiterados. Lo que pierde, es justamente esa angustia que provoca la frustración que, si somos capaces de sostenerla, nos obliga a movilizarnos para buscar una solución”, explicó.
“Lo mismo ocurre si fracasa en su intento de comprar dólares a un precio barato en medio de una crisis. Cualquiera sea el ejemplo, si la angustia la puede sostener, se vuelve más racional. Porque logra darse cuenta que en esa acción puede fracasar, pero que puede encontrar placer en otra cosa. Pero si muestra el síntoma de la anhedonia, no se moviliza, se desconecta de todo y no encuentra placer en absolutamente nada”, describió el psiquiatra.

En este sentido, aseveró que en el actual contexto social “es muy frecuente ver este síntoma”. “Pero hay que aprender cuál es su trasfondo. Esto de caer en la paralización, de no buscar una salida, puede ser inclusive un instrumento de manejo político. La anhedonia está muy asociada también a la temática del miedo. Por ejemplo, que desde distintos espacios políticos apunten a que ´si asume tal o cual como presidente, puede ocurrir esto otro” , continuó.
“Como la anhedonia es la paralización del goce, en la política, el decirle a alguien: ´Mire, usted ya sabe que no va a gozar, pero por lo menos puede evitar que esté peor´. Entonces el enganche de la política del miedo es empujar al elector a pensar que ´entre dos malos, es mejor elegir al menos malo´. De esta forma, le da la falsa sensación de que con ´el menos malo´, la va a pasar mal, pero por lo menos no va a haber un colapso social, desmanes o saqueos”, analizó De Rosa Alabaster.
Un síntoma, muchas patologías
Anhedonia (del griego an- ‘falta de’ y hedoné ‘placer’) es la incapacidad para experimentar placer, la pérdida de interés o satisfacción en casi todas las actividades.
“Es la falta de ganas, de deseo, de gusto, en general, por cualquier actividad de la vida; un síntoma que puede estar presente en cualquier cuadro que implique un grado de depresión o un proceso degenerativo, como una demencia o el Alzheimer. Pero además, se pueden tener episodios anhedónicos ante un consumo frecuente de estupefacientes que genere un estado de aletargamiento”, manifestó el psiquiatra.
“La anhedonia es un síntoma como puede ser la fiebre o la tos, que se pueden asociarse a varias patologías. Como tal, esta falta de ganas puede producirse por una situación de agotamiento producto de una situación orgánica -por un hipotiroidismo, una anemia, alteraciones en el hierro, alteraciones metabólicas y demás-; o por un proceso de envejecimiento patológico. Es decir, un infinidad de cuestiones pueden causar anhedonia que debe leerse dentro de un contexto junto a otros síntomas que lleven a un diagnóstico general. Si quien muestra este síntoma atraviesa un cuadro de depresión, un proceso degenerativo – Alzheimer o demencia- o, inclusive, si es causado por tumor frontal, una atrofia o una alteración en el lóbulo frontal”, describió De Rosa.

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