10 años de pontificado

Francisco y sus hermanos judíos

El pontificado de Francisco ha sabido dar continuidad y nuevos frutos a la tarea iniciada con lucidez y coraje por Juan Pablo II: restañar la herida profunda ocasionada al pueblo judío por el antisemitismo cristiano. Santiago Kovadloff es ensayista y reflexiona sobre el Santo Padre.

Santiago Kovadloff sábado, 11 de marzo de 2023 · 13:05 hs
Francisco y sus hermanos judíos
Foto: Sn..

Esa labor de comprensión progresiva de lo judío y de los judíos ganó, de la mano de Francisco, un formidable impulso. Gracias a ella siguió ensanchándose el campo de una reparación finalmente reconocida como imprescindible. La hermandad judeo-cristiana debe seguir afianzándose en un mundo que demanda incontables reconciliaciones. Francisco ha dado y sigue dando, en esta primera década de su pontificado, pruebas esenciales de cercanía fraternal con el pueblo judío. Todas ellas se nutren en una comprensión renovadora y ciertamente auspiciosa de su propia fe cristiana.

No solo de sus raíces históricas y teológicas indisociables del judaísmo. También de los desafíos que a la vivencia religiosa le plantea una realidad en la que la secularización extrema empieza a dar signos de agotamiento a través de la crisis de las ideologías, los dilemas espirituales que la tecnolatría no puede resolver y una crisis medioambiental que compromete el porvenir del hombre en la tierra.

Francisco y uno de sus mejores amigos, el rabino Abraham Skorka. 

Es muy cierto que de esta formidable disposición de Francisco al diálogo con quienes durante tanto tiempo han sido desoídos, no solo se han beneficiado los judíos. También lo han hecho y lo siguen haciendo todos los credos a los que el Papa ha sabido acercarse. Incluso a aquellas corrientes que dentro del universo cristiano expresan posicionamientos de distinta orientación y que durante siglos han permanecido distanciadas del catolicismo tanto como éste de ellas.

Así es como van llegando a su fin viejos enconos mutuos signados por la intransigencia del prejuicio y sórdidos intereses que han desfigurado hasta lo irreconocible el significado de la auténtica religiosidad. En lo relativo al vínculo entre católicos y judíos podemos afirmar que, al ir reconciliándose con los judíos, la Iglesia también se ha ido reconciliando consigo misma.

Es por ello tan indispensable como fecundo que no solo la Iglesia siga ensanchando su vivencia fraternal de lo judío, sino que también nosotros, los judíos, abramos más y más nuestro corazón a la riqueza de la fe cristiana, esa que, representada y ejercida en estos últimos diez años por el papa Francisco, nos rescata, a unos y otros, de la trágica inmovilidad del pasado.

Santiago Kovadloff, ensayista, poeta, traductor de literatura de lengua portuguesa y autor de relatos para niños.

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