Infancia y tecnología

Por qué exponer a los hijos en las redes puede ponerlos en riesgo y cómo evitar el ciberacoso

Una gran cantidad de padres y madres suele exponer fotos e información privada de sus hijos en sus redes, perfiles y grupos de mensajería sin saber que con ello se vulneran derechos y se hace una sobreexposición. Aquí, una guía para evitar ponerlos en riesgo.

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MDZ Sociedad viernes, 24 de febrero de 2023 · 13:00 hs
Por qué exponer a los hijos en las redes puede ponerlos en riesgo y cómo evitar el ciberacoso
Es fundamental proteger a los menores respecto de la exposición en las redes sociales. Foto: archivo

El fenómeno de exponer información privada de los hijos en Internet recibe el nombre de "sharenting", que deriva de las palabras en inglés sharing (compartir) y parenting (criar). También existe el "oversharing", en los casos donde nos encontramos con que hay una sobreexposición de los menores. Al menos el 42% de los menores que han sido “ridiculizados” en internet pueden llegar a sentirse avergonzados por las publicaciones en las que se convirtieron en protagonistas sin haber brindado su consentimiento, de acuerdo con una encuesta llevada a cabo por Microsoft. 

"Nosotros mismos tenemos que ser más cuidadosos con lo que publicamos en nuestras redes sociales. Cuando publicamos una foto o un video de nuestro hijo estamos exponiendo su intimidad sin pensar en el impacto que va a tener en el futuro toda esa información personal online”, explica Pablo Lima, director de Ventas del Cono Sur de VU, compañía global especializada en protección de la identidad y prevención del fraude.  

Sobre esta problemática UNICEF remarca la necesidad de proteger la privacidad y la identidad de los niños en línea. “Ningún niño será objeto de injerencias arbitrarias o ilegales en su vida privada, su familia, su domicilio o su correspondencia ni de ataques ilegales a su honra y a su reputación. El niño tiene derecho a la protección de la ley contra esas injerencias o ataques”, afirma el Artículo 16 de la Convención de las Naciones Unidas sobre los Derechos del Niño.

El ciberacoso es un grave delito contra niños, niñas y adolescentes.

 “Es importante entonces en caso de querer subir fotos de los chicos a Internet, procurar tener las cuentas privadas y extremo cuidado con quiénes son las personas que pueden tener acceso a ese grupo controlado y cerrado, además de bloquear la posibilidad de que nuestros contactos compartan estas publicaciones”, señala Lima. 

¿Cómo proteger a los hijos del ciberacoso? 

Teniendo en cuenta la protección que hay que hacer desde las propias manos maternales y paternales, también siempre hay posibilidad de que los chicos que ya tienen acceso a las redes y a Internet sufran ciberacoso. “El ciberacoso incluye tácticas como publicar comentarios maliciosos (incluyendo mensajes de texto), divulgar rumores, hacer amenazas, incitar al suicidio, hacerse pasar por otra persona al utilizar una cuenta falsa y crear una cuenta en las redes sociales para acosar a alguien”, explica Lima. 

Tipos de delitos  

Grooming: Es un delito en el cual un adulto se hace pasar por un joven para engañarlo, a partir de lo cual se establece un lazo de confianza y empatía para obtener información, datos personales, fotos o videos que luego son usados para extorsión o acoso. Estas conversaciones pueden durar incluso semanas o meses y comienzan, muchas veces, en salas online como juegos. Esta relación puede trasladarse a un encuentro presencial con un desenlace que puede ser muy traumático para el niño y su entorno.  

Si hay pruebas de extorsión, ya existen mecanismos legales dentro de las webs y plataformas para canalizar denuncias, por eso se recomienda no eliminar chats o cualquier elemento probatorio. 

Cyberbullying: Consiste en compartir contenido que puede ser vergonzoso para otro niño o niña. Algunos ejemplos de cyberbullying son: difusión de fotos; hackeo de cuentas para suplantar la identidad; acoso con mensajes o intentos de comunicación no deseada; amenaza con material sensible que podría ridiculizar a la víctima; discriminación; apartamiento masivo de redes, juegos o Whatsapp sin motivos aparentes. 

Lo cierto es que muchas veces el impacto del ciberacoso se minimiza por la idea de que no hay una amenaza física: el acosador no está ahí y los chicos simplemente podrían evitar entrar a la red. Sin embargo, los expertos coinciden en que los jóvenes igualmente sienten el impacto real cuando las fotografías y los rumores en línea sobre ellos se propagan en su escuela, por ejemplo. 

“Aunque ha habido un cambio de mentalidad en cuanto a cómo abordar el ciberacoso y algunos estados han promulgado legislaciones más estrictas, todavía es un problema generalizado y varían los enfoques para combatirlo. Las escuelas cada vez más seguido están lidiando con el acoso con un enfoque de resolución de conflictos”, afirma Lima.  

Responsabilidades de los padres

  • Reconocer las señales de alerta: Más de la mitad de los chicos, según estudios internacionales, no hablan del acoso. Por eso hay que estar atentos si parecen tristes o enojados cuando están en línea; si se produce un aumento o reducción brusca de sus ratos en Internet; si se vuelvan retraídos o se ponen ansiosos o cambian de ventana o apagan la computadora cuando el padre se acerca. 
  • Monitorear la actividad en Internet: Revisar con regularidad la actividad de los chicos en internet y la configuración de privacidad de sus cuentas en las redes sociales. 
Los padres deben estar atentos a lo que sus hijos ven en las pantallas.

Además, hay cinco pautas que no se deben perder de vista a la hora de acompañar a los niños y niñas durante su travesía en línea. Por eso es indispensable conversar con ellos sobre la importancia de: 

  • No compartir datos personales (nombre real, lugar de residencia, edad, establecimiento educativo, horarios, actividades extraescolares, etcétera). 
  • No compartir fotos de ninguna clase. 
  • No exponer contraseñas por ninguna vía. 
  • Habilitar múltiples factores de autenticación en todos los sitios, aplicaciones y juegos. 
  • Advertir sobre los posibles peligros que pueda tener algún descuido. 

También es fundamental que las familias no descuiden aspectos fundamentales como la confianza y la reflexión para que los hijos sientan un ámbito de apertura en el que reciban las recomendaciones y que ellos se sientan con posibilidad de contar qué hacen o qué le puede estar pasando a un par. Esto incluye evitar la vergüenza a la hora de mostrarle el celular a los adultos de su mayor confianza. También es importante atender a la seguridad de dispositivos. Es clave por ejemplo, desactivar el rastreo de ubicación de todas las aplicaciones y sitios como así también se debe realizar una revisión de políticas de protección de datos. 

También es importante para resguardar su integridad, conocer en qué aplicaciones, juegos y sitios navegan, qué información solicita y qué características tiene (chat, imágenes, comunicación por voz o y/o video). Esto incluso requiere de la identificación de los logos e isotipos de las aplicaciones. 

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