Congestión vehicular en Mendoza: “La prioridad la tiene que tener el transporte colectivo”

Tiempo. ¿Cuánto de su tiempo tiene que invertir una persona en trasladarse de un lugar a otro dentro de una ciudad? El concepto y el interrogante que surge de él deberían ser guías a la hora de planificar la movilidad urbana. Así lo considera Sergio Pensalfine, presidente de la Asociación Unida de Transportes del Automotor de Mendoza (Autam), quien agrega a su reflexión que el ordenamiento del tránsito es vital ya que “ese tiempo es calidad de vida”.

El colapso en los principales accesos en las primeras horas de la mañana se traslada a las calles del microcentro mendocino cada día y se padece por todos ya sea que se movilicen en un auto particular, en el transporte público o en medios alternativos.

Parte de esta problemática quedó reflejada en algunos datos que se dieron a conocer en el último año. Primero, gracias al Censo, se pudo confirmar que las familias ya no privilegian los centros urbanos para radicar su residencia, sino que optan por áreas que históricamente estuvieron ligadas a las actividades productivas, como Luján o Maipú.

Por otra parte, encuesta de Movilidad Provincial, determinó que los autos particulares son el medio de transporte más utilizado por los mendocinos que son cerca de 200 mil los vehículos que se movilizan a diario por los accesos.

A partir de estos números se hace evidente que la infraestructura vial en la provincia ha quedado desfasada y no alcanza a responder a la creciente demanda vehicular. Algunos entendidos en el tema señalaron que, en comparación con otras provincias, Mendoza no cuenta con obras clave que colaboran a despejar el tránsito en los cascos urbanos, como los anillos de circunvalación, un sistema que existe desde hace años en Buenos Aires, Santa Fe, Córdoba y hasta San Juan.

Más allá de las obras: priorizar lo colectivo

Pensalfine suma una perspectiva particular a la discusión basándose en las experiencias de otras grandes urbes. “Si todo se redujera a la infraestructura, ciudades como París, Londres o Madrid tendrían un tránsito fluido. Pongo estos ejemplos porque son ciudades que tiene una infraestructura puesta a disposición de la gente monstruosa, que nosotros estamos a años luz de tenerla”, detalla.

El empresario coincide en que Mendoza ha quedado retrasada respecto a la realización de obras viales que faciliten el tránsito particular, pero –retomando su primera reflexión- cuestiona la idea de privilegiar lo individual por sobre lo colectivo: “Cuando no hay recursos tenemos que seguir pensando la movilidad sobre la base del tiempo, del reloj. Es decir, cómo podemos hacer con los recursos que tenemos para que una persona se desplace desde un punto a otro en el menor tiempo posible. Y, lamentablemente para la opinión de muchos, la prioridad la tiene que tener el transporte público, porque es el único medio que puede hacer traslados masivos de personas”.

Teniendo en cuenta este planteo es que se han realizado varias propuestas, por parte de Autam a las diferentes gestiones. Entre ellas la exclusividad de carriles en algunas calles para los colectivos, una idea que ya se aplicó sobre San Martín, en Godoy Cruz, o Bandera de los Andes, en Guaymallén, y que provocó resistencia por parte de los comerciantes y vecinos.

Articulación y planificación 

Pensalfine asegura que es importante que se produzca un cambio a la hora de pensar en la movilidad en la ciudad y, para que tenga éxito, la articulación entre las diferentes formas de transporte es la clave del éxito.

“No hace falta que los micros circulen por todas las calles del microcentro ni que paren en todas las cuadras. Una persona no puede pretender que el colectivo lo deje en la puerta de su casa o a una cuadra del trabajo. Pero sí es fundamental que ingrese y salga rápido de la ciudad. De esta forma mejora su eficiencia en varios aspectos incluyendo hasta en lo ambiental”, explicó y sumó que la realización de ciclovías es una buena idea para cubrir lo que se denomina “transporte de última milla”.

Según el dirigente, parte de la solución depende de una decisión política, aunque expuso que esto se da en medio de una puja de intereses: “Este choque entre el interés público y el interés privado hace que las decisiones también sean difíciles de tomar. Cada cosa que yo haga en favor de un sector perjudico al otro y obtengo quejas de la comunidad”.