Tecnologías del desarrollo: una delantera goleadora
Uno de los anhelos que más me desvela es encontrar una fórmula que permita lograr un acuerdo de desarrollo sostenido, sostenible y durable, para mi país.
Tenemos todos los recursos naturales: los climas, los paisajes y las fuentes de energía fósiles y renovables, con costos competitivos. Contamos con profesionales altamente capacitados, como los que integran Conicet, Invap, Cnea, Instituto Balseiro, Inta, UTN y otros. Ellos demuestran, día a día, que están en el primer nivel en el mundo y que, con más recursos disponibles podrían sobresalir mas aún.
En el exterior, hay depositados, en Bancos extranjeros, cuatrocientos mil millones de dólares de argentinos. Ese capital, bien usado, puede impulsar y financiar una recuperación científica, tecnológica y productiva que saque adelante a nuestro país. Están todos los ingredientes necesarios para armar un equipo que impulse el desarrollo y sea ganador, ubicándonos entre los primeros del mundo.
El desarrollo se consigue con la unión perfecta de ciencia y tecnología, capital y recursos naturales. Está todo a nuestra disposición, pero ¿por qué no podemos articular un acuerdo nacional, que nos aglutine a todos en un proyecto común?. Porque la política, que es el factor encargado de realizar este acuerdo, perdió la base fundamental para lograrlo, el respeto, la credibilidad y la confianza de todos los sectores involucrados.
Recuperar a la política de Estado, desde donde estamos situados hoy, va a ser muy difícil. Está estancada desde hace años en los mismos actores, varias veces fracasados, como consecuencia de su reputación personal y de la gestión política, a nivel del piso. Hay que romper con la gerontocracia que domina los factores de poder en el país, para dar lugar a nuevos actores, con ideas innovadoras y confianza renovada.
Un acuerdo de desarrollo como el planteado requerirá un gran esfuerzo y sacrificio de todos los sectores sociales en juego, por un largo tiempo. Para que el acuerdo comprenda el máximo de las posibilidades de crecimiento, quien lo proponga debe representar un ejemplo de honestidad, esfuerzo, perseverancia, generosidad y capacidad, reconocida y admirada por todos. Un indiscutible.
Quizás esa fórmula que me desvela pueda alcanzarse a través del ejemplo de estos referentes en el mundo y su llamado de atención sobre los puntos clave de crecimiento para nuestro país, acompañándolos.
El fútbol es un amor común para todos los argentinos
La figura de Lionel Messi reúne todas las cualidades mencionadas para poder comunicar, con el ejemplo, a los sectores de la política y del capital, cuál es el camino a seguir para lograr desarrollar el país. Entonces, quiero a Messi gritando los goles de Rabinovich, en su laboratorio y con sus descubrimientos sobre cómo el sistema inmunológico puede mejorarse para combatir el cáncer y las enfermedades autoinmunes, que es sensación a nivel mundial, hoy.
Ellos deben usar parte de su capital, notoriedad e influencia social para ayudarlo a hacer sus investigaciones y buscar aplicaciones tecnológicas y comerciales, útiles para sus descubrimientos de ciencia básica. Sólo por intermedio de las acciones públicas de sus referentes nacionales más respetados, se puede lograr que la sociedad comprenda que los científicos y tecnólogos, con sus trabajos y estudios, pueden sacarla del estancamiento económico y social, abriendo los caminos del desarrollo nacional.
- Quiero a Ángel Di María: jugando para el Invap, publicitando sus satélites tan preciados y respetados, a nivel mundial.
- Quiero al Dibu Martínez: atajando para la CNEA, así pueden llegar a la final del mundo, con su nuevo reactor nuclear de pequeñas dimensiones, único en el mundo y que abre las puertas a una energía nuclear menos contaminante y más segura.
- Quiero a Julián Álvarez: haciendo goles para el Conicet, con su nueva vacuna para el Covid 19 y todos sus proyectos de investigación.
Quiero al campo unido con la ciencia-tecnología, donde ambos se respeten y admiren incondicionalmente, como amantes adolescentes. Quiero que la política, con los mejores hombres de los que disponga en todos los partidos políticos, apoye regulatoria y financieramente este acuerdo, liderado por el fútbol, el capital y la ciencia-tecnología. Hay sobradas pruebas en el mundo de que los acuerdos de capital, ciencia-tecnología y referentes sociales instrumentado por la política, generan las condiciones para el desarrollo de los países.
EEUU es un ejemplo: a principios del siglo XX los millonarios americanos Morgan, Vanderbilt, Ford, Rockefeller y otros, crearon, con sus donaciones, las universidades de donde salieron los ciudadanos que llevaron a sus países a la cima del mundo tecnológico. Japón, China y los Tigres asiáticos son una nuestra más de esta exitosa estrategia.
Ojo, no le pido al fútbol que salve al país ni que invierta todo su capital en este proyecto, sino que muestren el camino a seguir con su ejemplo invirtiendo una parte de sus ganancias en ciencia-tecnología argentina. Así, sus pasos serán seguidos por el campo y por los demás actores sociales que poseen capital.
De esta forma, la política no se podrá hacer la desentendida, ante semejante media, se verá tentada/obligada a regular normativamente el proceso, de manera favorable y de aportar financiamiento. Todos deben entender que los goles de Rabinovich, valen tanto como los de Messi y deben ser gritados a los cuatro vientos, a toda voz.
El festejo no será sólo porque esos goles son un camino para el desarrollo nacional, sino también porque demostrarán que somos un gran país, que solo ha tenido algunas décadas de errores y desencuentros, nada más.
Que no nos hagan creer que somos un “país de mierda” que se tiene que conformar con exportar materias primas y vivir en un entorno de alta pobreza, con ingresos altamente asimétricos entre nuestros ciudadanos.
El respeto y admiración a la ciencia y al capital, marcan el camino de salida
Para que nunca más un niño se acueste con hambre, sin escuelas ni hospitales. Para que los jóvenes llenen las Universidades, buscando emular a Rabinovich. Para que casarse, tener un hijo y comprar una casa sea un proyecto viable para todos.
Ya lo decía Deng Xiaoping, “la pobreza no es socialismo, ser rico es maravilloso” y agregaría que ser estudioso y trabajador es imprescindible ya que no sirve el dinero, sin sabiduría, solidaridad y disciplina.
Tenemos todo. Armemos juntos la jugada, hay equipo.
* Dr. Román Alberto Uez, Abogado y Socio Fundador de Ratio Consultores, Magíster en Derecho Administrativo y Magíster en Política, Ciencia y Tecnología (cursado finalizado en preparación de tesis final).