Por qué se celebra hoy el Día de Todos los Santos

En el mundo de lo inmediato y donde lo nuevo gana terreno sobre cualquier invitación al recuerdo, el Día de Todos los Santos es una reserva de tradición para la Iglesia Católica. Cada 1 de noviembre desde el 303 se celebra este día con el objetivo de recordar a los santos reconocidos, como también a aquellos que no fueron canonizados.

Santo es, por definición, aquella persona que vivió de forma dedicada a Dios, definición que se profundiza en la Iglesia Católica, siendo canonizados aquellos que la institución considera probada su estadía junto al Padre en el Cielo. En síntesis, los santos son aquellos que alcanzan el reencuentro con Dios una vez muertos, por lo que, además de aquellos canonizados por el Papa, cualquiera que viva atento a las enseñanzas de Cristo puede alcanzar la santidad.

Esta última palabra es uno de los puntos trascendentales de la fe cristiana, ya que, según los dogmas, todos los hombres están llamado a ser santos. Esta premisa es en la que se basan los sacramentos, instituciones de varias vertientes del cristianismo que se enfocan en las distintas etapas de la vida del hombre con el fin de acompañar y animarlo a lo largo de su existencia.

Más allá de la cuestión catequística del Día de Todos los Santos, esta fiesta se originó por la cantidad de mártires que generó para la Iglesia primitiva la persecución de Diocleciano, en tiempos de la tetrarquía romana. Eran tantos los cristianos que morían en el circo romano o por la espada de las legiones, que no alcanzaban los días para recordarlos, por lo que se optó por unificar un día para todos los santos.

Es por esto que puede ser considerada como un retorno a las tradiciones nacidas durante los primeros años de la Iglesia, ya que fue una festividad orientada a recordar a los santos que daban su vida en defensa de la fe. El Día de Todos los Santos es también la razón por la que distintas culturas celebran Halloween, una fiesta tomada como pagana, pero que nació como parte de las vísperas de la festividad religiosa y que también fue adoptada por creencias heréticas o sacrílegas.

En lo que respecta a la Iglesia Católica, la más popular de las corrientes cristianas, el Día de Todos los Santos es un día de precepto. Esto significa que los fieles deben asistir a misa para conmemorar la fiesta, como, por ejemplo, lo son cada domingo, el 1 de enero de cada año, el 8 y el 25 de diciembre.