Día 26 en la cima del mundo: "Todos fuimos Cachete"

Eran las 14.54 hora argentina, 20.54 en territorio qatarí. Gonzalo “Cachete” Montiel se para en diagonal a la pelota para ejecutar el posible pase a la gloria mundialista. ¿Le pegará al palo izquierdo como hizo contra Países Bajos? De ningún modo, ya que la cruza al palo derecho yendo Lloris, el arquero y capitán de Francia, hacia el izquierdo.

Les confieso que Montiel me generaba tranquilidad. Y quiero hacer memoria agradecida hacia este bonaerense de Virrey del Pino, porque fue aquel que marcó férrea y decididamente a Neymar en aquel triunfo en el Maracaná. Da la impresión de un tipo sereno en su rostro, como sereno fue su festejo tapándose la cara con la camiseta. Gracias Cachete de todos.

 Y a partir de este acontecimiento, nada menos que en un día domingo, día del Señor, me gusta proclamar ¡Argentina campeón del mundo!, más que ¡Somos campeones del mundo! Porque estos jóvenes están recreando un sentido de pertenencia a nuestro querido “pueblo de la nación argentina”, como describe orgulloso el preámbulo de nuestra Constitución Nacional, dejando en ridículo a quienes, muchas veces sin fundamentos, descreen de los talentos con que nos provee Dios “fuente de toda razón y justicia”.

 Más arriba me refería a estos jóvenes campeones del mundo que, además, más que pertenecer a un grupo o equipo profesional de fútbol, nos revelaron con credibilidad que fueron, y ojalá sigan siéndolo, una familia y comunidad de talentos forjados en la cultura del trabajo. Fue maravilloso disfrutar, aunque con una importante cuota de paciencia y sufrimiento, cómo un joven “Cuti” Romero de 24 años potenciaba al gladiador Otamendi, protagonista de tantas batallas desde el Mundial 2010.

Y cómo se retroalimentaban solidariamente los más jóvenes del plantel Alexis Mac Allister con 23, Julián Álvarez con 22 y el desfachatado de Enzo Fernández con sólo 21c, on los que pareciera fuera su última cita mundialista, como en el caso de Leo Messi y Angelito Di María.

“Porque después de todo he comprobado

que no se goza bien de lo gozado

sino después de haberlo padecido”

“Soneto” de Francisco Luis Bernárdez.

* Adalberto Odstrcil, Sacerdote.