Crisis en salud

Llegó al Hospital Central al borde del ACV, esperó más de ocho horas y la mandaron a su casa sin medicación

Verónica Damato (44) sintió que su cara se adormecía, estaba con la presión muy alta y descompostura generalizada. Cuando acudió en busca de atención médica, se encontró con extensas demoras e incluso asegura que recibió malos tratos. Hasta hoy siente que su salud "pende de un hilo". Su testimonio.

Zulema Usach
Zulema Usach jueves, 25 de agosto de 2022 · 07:03 hs
Llegó al Hospital Central al borde del ACV, esperó más de ocho horas y la mandaron a su casa sin medicación
Foto: ALF PONCE MERCADO / MDZ

Cuando Verónica Damato (44) acudió al Hospital Central el pasado jueves 11 de agosto, su salud estaba al borde del colapso. Sentía su rostro adormecido, su presión arterial estaba extremadamente alta y su cuerpo empezaba a tener síntomas de descompensación. Junto a su esposo acudió de emergencia al nosocomio. Cuenta que eran las 14 cuando llegó y se encontró con una extensa fila en la que las quejas de los pacientes, que habían llegado desde las cinco de la mañana e incluso antes, era permanente.

Las demoras para la atención en el hospital tenían un trasfondo: el personal médico y de enfermería era escaso y la actividad en el nosocomio estuvo marcada por los reclamos por mejoras en las condiciones de trabajo y el salario de los y las trabajadores/as del sector de la salud en la provincia. Un panorama similar al que se vivencia hoy, en el marco de la cuarta jornada de huelga en los hospitales de la provincia.

Lo cierto es que Verónica, al igual que miles de pacientes que fracasan en su intento por acceder a una atención ágil y completa, asegura que esas horas de tensión, malestar y preocupación no han cesado: ella estuvo al borde de padecer un Accidente Cerebro Vascular (ACV), según le confirmaron los médicos. "Cuando llegamos al hospital nos dijeron que había demoras. De hecho, había una sola médica atendiendo y en la lista de espera había más de 35 personas antes de mi esposa, solo para el área en la que tenía que ser atendida", relata al recordar aquellos preocupantes momentos, el esposo de Verónica, Hugo Godoy. Cuenta el hombre que mientras Verónica esperaba ser atendida en el interior del hospital, él tenía que esperar afuera.

"Recién como a las cinco de la tarde vino una enfermera a tomarme la presión y me dijo que me quedara sentada. Yo tenía más de 18.7 de presión y sentía la mitad de la cara adormecida. Me dijeron que tenía que seguir esperando", denuncia Verónica.

Por estos días, la mujer está a la espera de realizarse todos los estudios médicos necesarios para tener un seguimiento de su salud.  Los próximos turnos para sacarse sangre, realizarse estudios de la vista y hacerse un electrocardiograma -entre tantos otros- los tiene recién para el mes que viene. Pero también en este sentido se le presentaron numerosas trabas: asegura que el código QR que le dieron en el hospital para sacar el resto de los turnos necesarios para seguir de cerca su caso en el hospital Luis Lagomaggiore, no funciona. Y por lo tanto, los tiempos se siguen dilatando.

Verónica esperó 8 horas y se fue a casa sin medicación. 

Demoras que agravan la salud

Cuenta Verónica que los episodios vividos ese jueves en el hospital no serán olvidados. Y por eso, decidió hacer público el hecho. "Había mucha gente quejándose; había una pareja de adultos mayores que habían llegado a las cinco de la mañana y como ya era la tarde y no los atendían, tuvieron que irse. Había tanta tensión que inclusive llegó un policía a sacar a unos pacientes que estaban quejando porque las demoras tan extensas y la falta de personal", asegura esta mendocina que es mamá de cinco hijos y que por momentos temió, incluso por su vida como consecuencia de los riesgos a los que estaba expuesta mientras estaba frente a un pico de presión y al borde del ACV. "Recién a las 22 me atendieron y después me hicieron una tomografía. Me habían indicado un diurético para bajar la presión pero no me hacía efecto. Como a las cuatro de la mañana me mandaron de vuelta a mi casa, sin medicación y con la presión de 17.4", asegura Verónica.

El paso siguiente fue solicitar un turno en el centro de salud cercano a su domicilio. La familia vive en Villa Nueva (Guaymallén). Pero lo cierto fue que allí, la atención tampoco fue la adecuada para su caso: estuvo cinco días sin medicación para bajar la presión y dice que fue gracias a que tomó mucho líquido que poco a poco su cuerpo empezó a estabilizarse. Sigue sintiendo miedo de que su salud se complique más aún. "Tuve que esperar hasta el martes porque el lunes había paro. Recién ahí me indicaron qué medicación tenía que tomar", relata y cierra: "es muy grave que pasen estas situaciones porque lo que está en juego aquí es la salud y la vida de las personas". 

 

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