Peligro de extinción: otro animal autóctono entró en la lista

Hace poco tiempo se conoció que quedan menos de 200 ejemplares de yaguareté en todo el país y ahora otro animal del continente entra en la lista. Según confirmó el Consejo Nacional de Investigaciones Científicas y Técnicas (Conicet), el huemul se convirtió en una especie en peligro de extinción. 

Comúnmente se asume que el huemul pertenece exclusivamente a la alta montaña, con ambientes rocosos y fuertes pendientes, pero los expertos lo niegan. De acuerdo a un estudio realizado por investigadores del Conicet publicado en la revista Conservation, este animal no es exclusivo de esa zona "asegurando que el huemul no es distinto a otros cérvidos. Y que la causa de su disminución extraordinaria se debe a la presión antrópica histórica y prehistórica, que resultó en su expulsión de buena parte de su territorio original en la península patagónica y lo dejó sobrevivir exclusivamente en refugios del bosque andino alto".

Por lo tanto, esta especie perdió sus tradiciones migratorias y como sucedió con el yaguareté, la población de esta especie disminuyó de manera desmesurada. Actualmente, se calcula que quedan entre 350 y 500 huemules en todo el país. Estos animales están distribuidos a lo largo de 1800 kilómetros de la cordillera de los Andes con uno de los grupos poblacionales más destacados en el Parque Protegido Shoonem, Alto Rio Senguer, en la Provincia de Chubut.

“La pérdida de las tradiciones migratorias del huemul a raíz de la sobrecacería en el pasado y el establecimiento de poblaciones humanas en zonas habitadas por estos animales puso a esta especie en peligro de extinción”, indicó Werner Flueck, primer autor del trabajo e investigador del Conicet en el Parque Nacional “Nahuel Huapi”, que depende de la Administración de Parques Nacionales.

¿Cómo confirmaron el hábitat del huemul?

Los investigadores confirmaron su hipótesis por medio de la recolección de evidencia combinando zonas abiertas como praderas y boscosas de la península patagónica. Mediante información arqueológica hallaron huesos o astas que los machos pierden durante el invierno, y "a partir de la recopilación de registros históricos contenidos en relatos de naturalistas y otros testimonios de viajeros desde 1521 en adelante".

Incluso en una zona tan gélida, se cree que se comportaban como residentes anuales y compartieron hábitat con guanacos y choiques. "La pérdida no es sólo de hábitat sino también de un patrón cultural, ya que la migración se educa de las madres, o el grupo, a las crías, no es genética", explicó el investigador del Conicet. La presencia humana los alejó de sus tradiciones migratorias.

“Los pocos casos donde un huemul baja a un valle, generalmente no sobrevive por ataques de perros, caza, o accidentes con vehículos. Por esta razón, la mayoría de las subpoblaciones existentes de huemules habitan en áreas montañosas remotas, poco atractivas para los asentamientos humanos y de poco valor para la agricultura o la silvicultura”, agregó el experto.

Esto también afecta la salud de los animales, ya que la calidad nutricional del forraje donde habitan es menor comparado con el de las zonas de invernadas. Los huemules estudiados presentaron lesiones craneales que involucraban pérdida de dientes y por supuesto, carencias de minerales indispensables para el metabolismo de los huesos.

“Si se extingue el huemul sería un fracaso del sistema humano, y de las naciones de Argentina y Chile, ya que es un endemismo. Perderlo es inexcusable y es prevenible”, remarcó Flueck. Parte de la solución es "la reintroducción de huemul a zonas de invernadas usadas históricamente, en aquellas áreas donde se logren neutralizar las amenazas antrópicas y ambientales (...)", enfatizó el experto.