Solidaridad

Pedido urgente para salvar a un comedor que atiende a más de 300 chicos

El comedor comunitario "Yo sí te creo" funciona desde 2020 en el barrio San Martín. Atiende a cientos de niños, niñas y adultos mayores en condiciones de pobreza extrema. Se necesitan alimentos no perecederos, leche, útiles, ropa y calzado.

Zulema Usach
Zulema Usach lunes, 28 de marzo de 2022 · 21:57 hs
Pedido urgente para salvar a un comedor que atiende a más de 300 chicos
El comedor "Yo sí te creo" también realiza iniciativas solidarias para ayudar a las personas con ropa

Ni el sufrimiento que vivió en carne propia al saber que una de sus dos hijas con discapacidad había sido víctima del horror vivido puertas adentro del Instituto Antonio Próvolo, ni las miles de dificultades surgidas en su camino, le impidieron mirar hacia sus costados y tomar la iniciativa de siempre buscar recursos para estar allí, con una palabra de aliento, un consejo amoroso y un plato de comida para las personas que más lo necesitan.

Hablar con Paola González (47) es algo así como animarse a abrir el corazón, atender otras realidades y caer en la cuenta de que un mínimo cambio de actitud puede, en definitiva, mejorar la vida de otras personas. Le bastó saber que durante las peores épocas del aislamiento obligatorio que trajo la pandemia de covid, había muchas más familias que atravesaban situaciones extremas de pobreza. Eran mamás con bebés y niños, personas con discapacidad, adultos mayores y papás que se quedaron sin trabajo, quienes de repente no tuvieron más opciones que salir a pedir casa por casa para llevar algo de comida a sus familias.

Paola notó que la problemática del hambre no era solo una situación pasajera. “Cada vez veía a más personas en esas condiciones, tanto de mi barrio, como de las zonas aledañas”, recuerda de aquellos momentos en que decidió apelar a lo que tenía y abrir un comedor en el fondo de su casa. Un gran corazón, ganas de colaborar, un par de ollas y una larga mesa para recibir a las familias, fueron los elementos básicos con los que condimentó su proyecto.

Así, surgió el comedor y luego el merendero al que denominó “Yo sí te creo”, en honor a las víctimas de los abusos y violaciones cometidas por las autoridades del instituto que dejó una huella imborrable de dolor. Siempre con la ayuda solidaria de personas que desean sumarse a la iniciativa y sacando dinero de su bolsillo, Paola es la hacedora de deliciosas comidas que alimentan a al menos 300 niños y niñas de los barrios San Martín, Aeroparque, Las Rosas, Santa Rita, Olivares y Alto Mendoza.

Siempre que puede, de hecho, en sus preparaciones Paola incorpora combinaciones de legumbres, verduras y carne de pollo o vaca. “Al menos un poquito de carne para que tengan más nutrientes”, dice que le quiere sumar al próximo guiso de lentejas que preparará para sus comensales. Si va a cocinar algo dulce, entonces trata de que la preparación tenga huevo y leche. Un bizcochuelo o unas tortitas para los chicos, siempre es un alivio, asegura con algo de tristeza la mujer. Es que ella desea, en realidad, que todas esas personas a las que ayuda puedan salir adelante, sin tener que asistir a un comedor para comer.

Madres y abuelas se acercan al comedor para buscar raciones de comida

Sin embargo, frente a la urgencia que genera el hambre, su proyecto sigue vigente. Cuenta Paola que en la zona donde vive, las familias quieren salir adelante. Destaca, por ejemplo, que una mamá del barrio con tres hijos con discapacidad, ha hecho todo lo posible por lograr que uno de ellos asista a un taller de carpintería. “Tratamos de acompañar a las personas en esos procesos porque es muy emocionante ver su ímpetu por salir adelante a pesar de todas las dificultades y la pobreza extrema”, dice Paola.

Colecta de alimentos, ropa, calzado y útiles 

Pero las situaciones extremas que genera la indigencia son tan múltiples como particulares. Dice Paola por ejemplo, que en el barrio hay adultos mayores que no tienen un colchón para dormir o una cocina para poder preparar sus alimentos. La necesidad es tanta, que días atrás prefirió resignar el festejo de cumpleaños de una de sus hijas para poder comprar alimentos no perecederos y hacer comidas para entregar a las familias.

Frente a esa situación, sus allegados reunieron algo de dinero para que ella preparara una torta de cumpleaños para su hija. Una vez más, los destinatarios fueron los niños y niñas del barrio que viven con hambre. “Les entregamos una porción y cuando se acabó nos pusimos muy tristes porque seguían apareciendo niños pidiendo torta del cumple”, detalla Paola y aclara que uno de los objetivos para estos días es preparar una gran olla de lentejas para invitar a todos a comer. “He conseguido algo de verduras y un poco de carne. También pensamos entregar algunas frutas a los niños y haremos pan casero”, dice entusiasmada la mujer, que además tiene la idea de sumar al evento un show de música para que los chicos estén alegres.

El pedido para colaborar con el comedor llegó a las redes sociales

Pero hacia más adelante, sus recursos son extremadamente limitados para poder sostener el comedor. Por eso justamente, ha llamado a la solidaridad a través de las redes sociales. Se requieren alimentos no precederos, pero además, desde el comedor quieren ayudar a las familias con ropa, calzado y útiles para que los chicos puedan ir a la escuela. “Todo lo que se pueda reunir va a ser muy bienvenido. Colchones, como así también pañales para adultos, leche y alimentos de refuerzo para la tercera edad son una parte de las necesidades que tienen las familias”, explica Paola y agrega que en el caso de los adultos mayores, hay muchos casos en el barrio que presentan cuadros severos de salud y que necesitan refuerzos alimentarios.

Quienes deseen colaborar con la causa, pueden comunicarse con Paola al 2616714277 o dirigirse en forma personal al Merendero y comedor “Yo sí te creo”, ubicado en el barrio San Martín Manzana M Casa 14, calle El Nevado.

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