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Derrame cloacal: el drama de respirar aire fétido por más de 20 días

Sobre el cauce del zanjón Maure, a la altura de calle Anatole France (Godoy Cruz), cientos de familias vivieron por semanas con las puertas de sus casas cerradas por el olor nauseabundo. Un derrame cloacal sin resolver a tiempo generó reclamos y fue subsanado ayer. Más de 2 mil denuncias en enero.

Zulema Usach
Zulema Usach miércoles, 9 de febrero de 2022 · 07:00 hs
Derrame cloacal: el drama de respirar aire fétido por más de 20 días
El derrame cloacal fue subsanado en el zanjón Maure pero aún quedan los restos de materia contaminante Foto: Maximiliano Ríos/MDZ

El martes por la tarde, el sol volvió a motivar las salidas al aire libre en Mendoza. Y lo que para muchos puede ser imposible de pensar, para otros es una gran oportunidad para divertirse. En el interior del zanjón Maure, a la altura de calle Anatole France (Godoy Cruz) -uno de uno de los colectores aluvionales más importantes de la provincia- tres niños juegan a bañarse debajo de la “catarata” que derrama desde lo alto hacia el fondo del cauce.

Su imaginación los aleja por momentos del olor fétido que cada tanto desparrama el viento. A unos pocos metros, el líquido verde y nauseabundo sigue asentado formando charcos. “Lo que pasa es que estamos esperando que venga una nueva tormenta a ver si termina de arrastrar toda esta porquería que quedó”, comenta Raúl Morales (62), un vecino “de toda la vida”, que tiene su negocio muy cerca del zanjón y asegura que hasta ayer -y a lo largo de, al menos, 20 días- tuvo que dormir con todas las ventanas de su casa cerradas “porque no se podía respirar”.

Tres niños se bañaban esta tarde bajo el agua que caía sobre el zanjón Maure

El derrame cloacal en el zanjón había sido provocado por el colapso de un sector de la red. El hecho fue que, durante semanas, el flujo contaminante con sólidos se había diseminado por el colector: a lo largo de más de siete cuadras a la redonda e incluyendo también a buena parte del sector que comprende la calle Beltrán a la altura de Paraná.

El derrame cloacal perduró más de 20 días

El lunes, las cuadrillas de Aysam, tras una seguidilla de reclamos por parte de los vecinos, intervinieron en la zona para poder reparar el colector que había colapsado. “El desborde en el canal Maure, se produjo por el colapso del colector de diámetro 500 mm en calles Palmira y Rio Cuarto. Aysam trabajó en su reparación y la realización de los empalmes al nuevo colector aliviador suroeste para eliminar los desbordes”, explicaron desde el empresa estatal y detallaron que “durante el desborde se realizó cloración de los líquidos”.

Lo cierto es que, para quienes viven desde hace años en el lugar, al igual que para aquellos que disfrutan de salir a correr, pasear o andar en bici por la ciclovía de Godoy Cruz, el nivel de contaminación ambiental que generó el derrame permanente de líquidos cargados de gérmenes no pasó inadvertido. “El olor ha sido tan nauseabundo que teníamos que dormir toda la noche con todo cerrado. No podías abrir una ventana porque era espantoso y muy contaminante. La gente que pasaba se tapaba para evitar respirar ese aire e incluso en varios negocios los dueños comentaron que perdieron muchas ventas porque los clientes no querían acercarse”, comenta Marcelo Colobini, que vive en un complejo de departamentos de calle Beltrán y Paraná.

Un problema de largo arrastre

El colector Maure fue uno de los emblemas a la hora de distribuir el agua para riego en Mendoza y descomprimir la fuerza del agua que baja del Pedemonte cada vez que una tormenta se hace sentir en la cordillera. Su cuenca está regulada por la presa que lleva el mismo nombre y fue construida en 1944. Su capacidad de evacuación durante una tormenta fuerte es de 38 metros cúbicos por segundo.

Lo cierto es que lo ocurrido en este tramo de este colector clave, no es un hecho aislado ni nuevo. Los problemas que presenta la red cloacal de la provincia tienen un arrastre de años en los que la falta de inversión a la hora de reemplazar materiales que con el tiempo quedaron añejos (o bien ampliar la capacidad de respuesta) hizo colapsar el sistema. Se plantea de hecho, como uno de los problemas ambientales que aún Mendoza debe resolver. Sucede que los líquidos cloacales que se derraman en distintos sectores de la red general terminan, nada menos, que contaminando las aguas subterráneas como así también los cauces que trasladan el agua hacia las zonas se siembra.

Alejandro Gallego, presidente de la Aysam, la prestadora estatal a cargo de la administración del agua potable y el saneamiento en la provincia, había reconocido que el deterioro cloacal ha sido creciente. Por eso detalla que entre las obras que se están realizando figura la del colector Boedo- Ponce (entre Luján de Cuyo y Maipú) y el trasvase de la cuenca de Godoy Cruz (que se extiende por calle Belgrano hacia la planta de Paramillos). Otras obras -agrega Gallego- se adjudicarán en el corto plazo para mejorar las condiciones en la zona del bajo de Guaymallén. La actual gestión de Aysam, también ha prometido concretar la ampliación de la planta de Paramillos y realizar mejoras en Campo Espejo.

Más de dos mil reclamos en enero

Sólo en el Área Metropolitana de Mendoza los registros de Aysam, en base a los reclamos recibidos y las intervenciones realizadas para subsanar inconvenientes generados por diferentes causas en la red cloacal, figura que en enero de 2022, la empresa recibió 2.224 reclamos. Las Heras es el departamento que encabeza la lista de intervenciones (761), seguido por Guaymallén (721), Godoy Cruz (483), Capital (236) y Luján de Cuyo (23).

Entre las causas que motivan los reclamos que llegan a la empresa estatal figuran problemas en las bocas de registro, conexiones y colectores tapados y desbordes en conexiones. A esas intervenciones se suman, al menos, 46 limpiezas en casas de todo el Gran Mendoza.

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