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Historia de vida: cuál es el momento más difícil a la hora de emigrar

Emigrar es todo un proceso, pero hay momentos más duros que otros. Virginia es una argentina de 26 años que, junto a su pareja, dejó el país hace dos días. "¿Cómo puedo meter toda mi vida en dos valijas?", se preguntó. En esos momentos se toma conciencia de una decisión tan importante.

Horacio Alonso
Horacio Alonso lunes, 7 de febrero de 2022 · 11:54 hs
Historia de vida: cuál es el momento más difícil a la hora de emigrar
Foto: Télam

“¿Cómo puedo meter toda mi vida en dos valijas?”, se preguntó Virginia, una argentina de 26 años que, como muchos compatriotas, decidió emigrar. Ese es el desafío que se vive en las últimas horas antes de abandonar el país. ¿Qué llevar? ¿Qué dejar? La nueva vida implica un cambio profundo. No sólo por las cosas materiales. Lo que cabe en una valija es simbólico. En ella van sentimientos, afectos, olores, sonidos.

Hace dos días partió hacia Holanda junto a su pareja y compartió con MDZ lo que se siente en esos momentos cruciales. “Siempre fui bastante desprendida porque me mudé varias veces dentro de la Argentina, pero el día de viajar todos los sentimientos afloran. El momento de tomar el remís fue el más duro. Ahí nos despedimos de nuestras familiar porque al Aeropuerto nos vinimos solos. En Ezeiza estábamos nosotros dos. Nadie más”, relató apenas llegada a su nuevo país.

Los días previos fueron de mucho estrés. Realizar trámites, no olvidarse ningún papel o documentación, comprar dólares. Todo lo necesario para comenzar sin sorpresas su nueva etapa. “Estábamos con piloto automático y no pensábamos tanto”, explicó. El camino se les facilitó porque su pareja, de 28 años, consiguió una trabajo como programador y obtuvo una visa laboral.

“Es una pena tener que alejarnos de nuestros seres queridos. No me voy con bronca pero no soportábamos la situación económica y las decisiones políticas que se toman. Creemos que en la Argentina tendríamos que vivir mejor. Mucha gente piensa que por venirte a otro país sos un traidor que odia a la Argentina. Nosotros queremos vivir mejor porque somos jóvenes”, aseguró
Virginia es profesora de Letras y da clases online de español para extranjeros.

La listas de cosas que eligió poner en la valija es larga y diversa. Algunas sólo para no sentir que están tan lejos: “Trajimos fotos de familia, nuestras computadoras, unas tasas de té que usamos mucho. Soy fanática del té y me gusta la vajilla para el té. Me vine con un peluche que me regaló una amiga antes de venir. Algunas golosinas. Nos quedó mucha ropa, los juegos de mesa y mis libros. Montones de libros. Me traje uno sólo que me regaló mi pareja. Esas cosas vendrán en futuros viajes. Comida argentina, como dulce de leche o yerba, no trajimos porque sabemos que en Holanda se consigue”.

No todo pudieron llevar: “Nuestro perro se quedó con mis suegros. Un labrador de 10 años. En Holanda no es fácil alquilar y menos con perros. Hasta que no consigamos algo con patio o que permitan animales, se quedará en la Argentina”.

Desde que llegaron, hace poco más de 48 horas, no paran de hablar con sus familias, mandar fotos y mensajes de audio: los primeros momentos, al llegar a otro país, son difíciles. Es como que todo se vuelve real. Se te activa el modo supervivencia”.

Virginia está viviendo su adaptación al nuevo país a las nuevas reglas de juego: “Lo primero que hicimos fue ir al supermercado y a comprar un chip para el teléfono. Cuesta acostumbrarse a que las cosas valen un dígito. Todo parece barato, pero te das cuenta que algo de 2 euros es barato y que otra cosa de 4 euros ya es cara. Es nuestra primera vez en Europa y tenemos que aprender cómo funciona todo”.

La decisión de emigrar parece definitiva. “Si conseguimos alquiler y logramos establecernos, nos quedaremos acá. Si mi pareja consigue un trabajo mejor en otro lado de Europa o Nueva Zelanda nos iríamos. Ya averiguamos para comprar casas acá. Con un poco de tiempo podemos acceder a una hipoteca. La idea no es volver. Tal vez la Argentina mejore un poco, pero no creemos que sea duradero. Sabemos de personas que se fueron en el 2001 y volvieron y se arrepintieron. La Argentina tiene problemas culturales serios y cada día está peor”. sentenció.

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