Derechos

La realidad que desnuda el femicidio de Sonia y que afecta a miles de mujeres en el país

La complejidad de los hechos de violencia contra las mujeres van más allá de una decisión personal de realizar o no la denuncia. Especialistas explican los mecanismos que operan en el marco de una relación desigual de poder. Mendoza cierra el año con 9 femicidios. Lo que falta y cómo revertirlo.

Zulema Usach
Zulema Usach viernes, 30 de diciembre de 2022 · 08:30 hs
La realidad que desnuda el femicidio de Sonia y que afecta a miles de mujeres en el país
Miles de mujeres sufren casi en silencio el maltrato en el interior de su hogar en Argentina. Foto: Imagen ilustrativa

Los hechos ocurrieron en distintos lugares, momentos y circunstancias: solas, con hijos, nietos (o sin ellos), ellas fueron asesinadas, en algunos casos violadas previamente, torturadas y humilladas al extremo por el solo hecho de ser mujeres. La postal del horror que deja el año que cierra, muestra todo aquello que aún queda por avanzar como sociedad en Argentina a la hora de deconstruir conceptos ya vetustos, reproducir estereotipos, prácticas y formas de crianza, pero además de concebir la construcción de los vínculos. El 2022 se despide en Mendoza y el país entre lamentos y situaciones extremas que se podrían haber evitado: según los datos del Poder Judicial, nueve femicidios ocurrieron este año en la provincia. 

En su gran mayoría, los responsables de estas muertes fueron varones con los cuales, en algún momento o por años, ellas compartieron momentos gratos, se animaron a casarse e incluso, formar una familia. Detrás de cada hecho, las historias hablan de sueños truncados, de vidas que se apagaron antes de tiempo; de hijos e hijas que se quedaron sin su madre, de madres que jamás dejarán de drenar su dolor. Serán esas familias, las que sumarán su peregrinar a las marchas que en cada rincón del país se unen para decir "Ni una menos".

Quienes abordan desde hace décadas la problemática de la violencia machista, advierten que los femicidios son el resultado de miles de advertencias no resueltas, de silencios, complicidades y omisiones; de hechos pequeños y cotidianos envueltos en maltrato naturalizado; de desigualdades en todos los ámbitos y manipulación que aparecen invisibilizadas en el entramado social. De falta de políticas y de mecanismos del Estado que aún deben ser aceitados. Los femicidios así, se plantean como la "punta del iceberg" que en lo profundo sigue dejando a miles de mujeres sin herramientas ni posibilidades de tomar decisiones, de denunciar y de alguna forma, lograr un día reconstruirse.

Sonia Carberoglio tenía 51 años cuando su esposo, Juan Carlos Romero (de la misma edad) la asesinó en la vivienda que ambos compartían en Maipú este lunes. En los relatos de los vecinos al referirse a la relación que ambos mantenían, queda expuesta un realidad que es compartida por miles de mujeres en Argentina: Sonia era violentada por Juan Carlos se manera sistemática, en público y también puertas adentro de su hogar. Dicen los vecinos -de acuerdo a los testimonios que se desprenden de la nota publicada por MDZ este 27 de diciembre- que en más de una oportunidad y a raíz de situaciones previas a que el hombre cometiera el aberrante crimen, hubo diferentes intenciones para ayudar a Sonia. Hasta que llegó la instancia en que el entorno optó por "no meterse mas". Sonia se quedó así sola frente a esa realidad que desde hacía ya muchos años, la estaba matando en vida.

Argentina sigue lamentando muertes de mujeres que son asesinadas por el solo hecho de ser mujeres. 

Eva Rodríguez Agüero es doctora en Ciencias Sociales, especializada en Estudios de Género y Feminismos. Pero además es la secretaria General de Instituto de Género y Mujeres de la UNCuyo. Explica que el femicidio de Sonia es la consecuencia más dolorosa y extrema de situaciones cotidianas que aún se viven en todos los planos en los que las mujeres se desarrollan. La vida privada -destaca Rodríguez Agüero- es donde las formas de violencia contra las mujeres aparecen de manera casi naturalizada y por lo tanto invisibilizadas sobre todo, por ellas mismas. Se trata de mecanismos complejos, en los que operan la manipulación, el miedo, las descalificaciones y un proceso de despersonalización en el que predomina la inseguridad, el temor y la incertidumbre. "Cuando hablamos de violencia machista debemos tener en cuenta que se trata de una problemática estructural. La violencia, en sus diferentes formas, se repite por ciclos, en forma espiralada, en la que las agresiones son cada vez más violentas y explícitas", aclara la especialista.

El ciclo "espiralado" de la violencia

Si bien cada situación es única y particular, los hechos de maltrato en la pareja comparten el común denominador de producirse a modo de ciclos, explica Rodríguez Agüero. En la primera fase así, aparecen los primeros actos de hostilidad por parte de la pareja, tales como descalificaciones, actitudes manipulattivas, tensión. "Luego viene la etapa en que las agresiones se hace visibles, con maltratos más explícitos e incluso violencia física y sexual", detalla y aclara que tras estos episodios de explosión de la violencia, aparece la etapa que se conoce como reconciliación o "luna de miel".

Lo cierto es que lejos de concluir, el circuito luego se vuelve a repetir, con hechos cada vez más graves. Por eso, justamente, desde todas las entidades que trabajan para concientizar sobre la complejidad de esta realidad que debe llamar a la reflexión a toda la sociedad, destacan la importancia de comprender, por ejemplo, que cuando una mujer no hace una denuncia no es "porque le gusta estar en ese lugar". En realidad, nada es más alejado de la realidad que abordar tal problemática desde esa lectura, destaca Rodríguez Agüero.

Derechos vulnerados al extremo

En este sentido, hay que destacar en toda relación violenta existe una asimetría de poder en la que existe una vulneración de los derechos de la mujer en todos sus aspectos. Hay violencia psicológica y física, pero también económica y sexual. la sobrecarga en las tareas de hogar, la despersonalización que produce inseguridad y el miedo a las posibles represalias del agresor son los mecanismos más repetidos que operan para perpetuar este "espiral" en el que miles de mujeres se llegan a sentir indefensas frente al sistema y entrampadas, sin posibilidades de tomar decisiones. Se quedan, muchas veces, sin una red de contención y apoyo que colabore a salir de esa situación.

"Por eso desde el instituto siempre destacamos la importancia de mantener las redes, de no quedarse solas, porque uno de los mecanismos que se perpetúan en el tiempo, también tienen que ver con el alejamiento de la familia y los amigos", aclara Rodríguez Agüero y destaca que sí es posible salir de esa situación, pero para ello, destaca, también es fundamental que tras la denuncia, los mecanismos de la Justicia se apliquen con la mayor celeridad posible.

 "Los mecanismos del Estado no siempre están a la altura de las circunstancias. Cada 28 horas muere una mujer en Argentina por la violencia machista que todavía sigue pesando en la sociedad. Esto requiere de una revisión urgente para evitar que las mujeres sean revictimizadas cuando van a poner la denuncia. Las tares de cuidado y crianza de los hijos siguen recayendo sobre todo en las mujeres, la brecha laboral y salarial sigue el motivo que deja a miles de mujeres desprotegidas, sin posibilidades económicas", advierte la especialista al destacar que la violencia contra las mujeres tiene múltiples dimensiones que deben ser abordadas.

Un problema social y político

Laura Chazarreta, es integrante de la Agrupación La Colectiva y desde hace más de viente años viene trabajando las temáticas ligadas a los derechos femeninos desde la militancia. Justamente, asegura en su actual rol como  diputada provincial (Frente de Todos) la prioridad para visibilizar esta problemática siempre está presente. Coincide con Rodríguez Agüero al destacar que frente a la vulneración de los derechos de las mujeres la voluntad y la toma de decisiones quedan bloqueadas, inclusive anuladas.

Desde una mirada más amplia, Chazarreta analiza que en realidad, "el círculo de la violencia es un problema político y social que requiere de mecanismos para repensar y reflexionar sobre el modelo de sociedad. "En una relación desigual, lo primero que ocurre es la manipulación. La mujer deja de ser ella misma, pierde su autonomía", destaca Chazarreta al referirse a las situaciones que hoy obligan a abordar la masculinidad desde otra perspectiva. Se necesita, explica, avanzar en la construcción de modelos diferentes y construir los vínculos, desde una mirada más sana. "Todavía se ve mucha resistencia porque en realidad se trata de renunciar a los propios privilegios", dice Chazarreta y aclara que además es preciso comenzar a abordar la violencia dejando de poner la mirada en la mujer como víctima, sino en realidad como "una ciudadana a la que le fueron arrebatados sus derechos y que necesita reconstruir su vida". 

Datos que hablan, historias que obligan a repensar

Los datos dados a conocer por La Casa del Encuentro a nivel nacional exponen la preocupante lista con la que cierra 2022.  Desde el 1 de enero al 30 de noviembre de este año que culmina, se produjeron 268 femicidios, 7 trans/travesticidios y 17 femicidios vinculados de varones, según un nuevo informe del Observatorio de esa entidad. 

Como consecuencia de estos asesinatos, 312 niños, niñas y adolescentes quedaron sin su madre. De ese total, 66 % son menores de edad. En tanto que entre el total de los hechos, se ha relevado que el 52 % de los agresores eran parejas o exparejas. El lugar más inseguro para una mujer en situación de violencia continúa siendo su vivienda o la vivienda compartida con el agresor (60 % fueron asesinadas en su hogar). En términos absolutos, Buenos Aires sigue siendo la provincia con más casos, seguida por Santa Fe, Córdoba y Salta.

Las mujeres asesinadas en Mendoza 

  • 1. Aida María Oliva (52): Fue asesinada por su exmarido y padre de los hijos, Mario Castro (55) La mujer presentaba golpes en su cuerpo y heridas de arma blanca. Fue encontrada el 7 de abril en un descampado de El Challao, en Capital. 
  • 2. Marcela Gramajo (41): Murió en su casa de San Rafael de manera extraña el 25 de mayo. La Justicia aún investiga si se trató de un femicidio. 
  • 3. Linda Angélica Suárez (78). Fue asesinada en su casa de Guaymallén el miércoles 1 de junio por su esposo, Oscar Antonio Moraga de 78 años. 
  • 4. Angélica Alicia Galetto (68): Su asesinato conmocionó a todo el distrito Los Campamentos, en Rivadavia y el agresor tenía antecedentes de violencia. Su esposo, Daniel Rocamora (60) la asesinó a tiros pese a tener una prohibición de acercamiento.
  • 5. Agostina Trigo (22): Fue asesinada en la noche del domingo 3 de junio. Murió como consecuencia de cuatro puñaladas en la zona del pecho y las costillas. La última vez que sus allegados la vieron con vida fue el primer domingo de julio, cuando la joven salió de su casa alrededor de las 20 horas para asistir a una supuesta entrevista para trabajar como niñera. Horas después, la encontraron asesinada a puñaladas en un galpón abandonado de la localidad de San Martín. 
  • 6. Pía Persia (49): Su asesinato ocurrió en su casa de la Sexta Sección de la Ciudad de Mendoza. las investigaciones apuntan que fue estrangulada por Francisco Pinavaria, de 22 años, un albañil que estaba trabajando en su casa. 
  • 7. Karen Rios (20): El lunes 1 de agosto fue asesinada por la pareja de su hermana, al intentar defenderla de su agresor. El caso es investigado por la Justicia como "homicidio vincular".
  • 8. Valeria Noemi Ramirez (26): Fue asesinada el 25 de noviembre en su casa de Godoy Cruz tras recibir un tiro en la zona del rostro propinado por su esposo., Franco Nicolás Cuello.
  • 9. Sonia Carberoglio (51 años): Fue asesinada por su esposo este lunes por la noche en la casa que ambos compartían en el departamento de Maipú. 
Archivado en