Historias

“Cuchitril con amor”: los amigos solidarios que fueron sorprendidos por Santi Maratea

Un grupo de jóvenes que ayudaban a personas en situación de calle cobró visibilidad mediática gracias a Santi Maratea, el influencer solidario. Instagram les permitió sumar voluntarios, donaciones, un depósito y hasta varias sillas de ruedas

Candelaria Reinoso domingo, 18 de julio de 2021 · 17:27 hs
“Cuchitril con amor”: los amigos solidarios que fueron sorprendidos por Santi Maratea
La necesidad de ayudar crece por la crisis económica.

Victoria Sciurano tiene 21 años, estudia Ciencias Políticas en la UBA y vive en Recoleta, donde, según ella, “hay mucha gente en situación de calle”. Eso la motivó en octubre de 2019 a crear “Cuchitril con amor”.

Cuchitril aglutina a un grupo de amigos con un objetivo solidario: aliviar el hambre o la soledad de la gente en situación de calle al menos un día a la semana. Su historia tuvo un giro inesperado cuando unos meses atrás un pedido de Cuchitril llegó hasta el influencer Santi Maratea y la solidaridad porteña estalló. “Arrancamos con una amiga sin saber si en algún momento esto crecería o se sumarían otros. Nuestra idea nació a partir de una certeza: nosotras somos muy privilegiadas mientras hay un montón de gente que vive en la misma cuadra de mi casa y no tiene ni la mitad de los derechos que tiene cualquier ser humano, ni agua corriente, ni abrigo, ni comida”, afirma Victoria.

Al principio se reunían una vez por semana y salían a repartir comida, después empezaron a juntar donaciones a través de la cuenta de Instagram @cuchitril.conamor. El nombre está inspirado en una escena de la película animada de DreamWorks, Shrek, mientras que la frase “con amor” hace referencia a que, aunque no tuvieran muchos recursos económicos, siempre habría “amor” de por medio a través de un plato de comida o de una charla.

Tiago, Dante y Nati.

“Así estuvimos varios meses, sin ningún objetivo a largo plazo, repartiendo una bandeja de comida, algo para tomar, algún postre, ropa o productos de higiene. Pero cuando apareció la pandemia tuvimos que frenar”, cuenta Victoria.

Cruda realidad

Cuando todo se empezó a flexibilizar se replantearon retomar la actividad, pero se encontraron con que la situación de la gente era mucho más cruda que antes. “Había mucha más gente en la misma cuadra donde antes había una sola. Te encontrabas con algún jubilado que antes tenía una jubilación mínima y le alcanzaba para pagar una pensión, pero ahora ya no y desde hace tres meses que vive en la calle”, explica Victoria. Por otro lado, agrega: “También apareció gente de otras provincias que vino a probar suerte a Buenos Aires y poco tiempo después la pandemia les truncó su proyecto y terminaron en la calle”.

Viendo esa realidad, Victoria y su amiga analizaron la posibilidad de sumar gente. “A través de Instagram empezamos a publicar que necesitábamos voluntarios, gente que nos cocinara desde su casa para evitar contagios. Al principio era toda gente que conocíamos nosotras, amigos nuestros, y todo lo hacíamos desde mi casa”, recuerda. Así llegaron a ser 30 voluntarios que se juntaban todos los jueves.

Día clave

El 6 de mayo fue el día en que “explotó todo”, cuenta. Se juntaban una vez por semana, se dividían en grupos de a 3 o 4 y salían a repartir desde la casa de Victoria en Recoleta. Recorrían las avenidas Santa Fe, Córdoba, Corrientes, Callao, zonas en las que más gente en situación de calle encontraban. “En el grupo donde yo estaba ese jueves, caminando por Avenida Córdoba, nos encontramos con Graciela, una señora grande que además de estar en silla de ruedas tenía diabetes y otras complicaciones. Hablando con ella le preguntamos si necesitaba algo puntual. Nos pidió una silla de ruedas. Dijimos “bueno, subámoslo a Instagram y en una de esas alguien tiene alguna usada para donar”. El posteo llegó hasta Santi Maratea, un influencer muy activo en acciones solidarias en redes y con 1.8 millones de seguidores.

Apenas Santi Maratea reposteó el pedido de Cuchitril con el desafío de conseguir la silla de rueda antes de las 12 horas empezaron a llegar donaciones a través de Mercado Pago, aumentaron sus seguidores y empezaron a ofrecer sillas de ruedas usadas y nuevas para donar. “Nos llegaron tantas donaciones que tuvimos que replantearnos los objetivos, qué es lo que seguía, porque teníamos un montón de donaciones y voluntarios, gente que ponía el auto para buscar donaciones, y todo esto necesitaba una organización mayor para que salga bien”, agrega.

Había que encontrar un depósito para guardar las cosas, porque Vicky se estaba por mudar y ya no tendrían la casa a disposición para calentar la comida o para guardar las donaciones. De repente tenían un montón de gente que quería ayudar pero no tenían un lugar. Uno de los chicos consiguió un lugar en Villa Crespo, un depósito del Frente de Izquierda que lo utilizaban para talleres. “Ahora todos los jueves antes de juntarnos en la plaza -dice- pasamos por ahí. Tuvimos que cambiar toda la modalidad porque ya no teníamos un lugar para calentar la comida. Tenemos una mesa con bandejas y cubiertos, tenemos la ropa y hacemos todo desde ahí”.

El riesgo de crecer tanto era dejar de encontrarse con las mismas personas con las que ya habían construido un vínculo. “Hay gente que está completamente marginada y escuchás frases como 'hace una semana que nadie me mira a los ojos'. Teníamos miedo de que en la plaza no se diera ese mismo tipo de relación, pero nos sorprendió". Todos vuelven la semana siguiente y traen a otros. “No es solamente dar comida y ropa, hay un vínculo, sabés de su vida y ellos saben de la tuya. Además, ahora te podés quedar hablando durante más tiempo y no se les enfría la comida”.

En Cuchitril, el grupo organizador está integrado por 8 jóvenes que desde hace un año están al frente del voluntariado y tiene un alto nivel de compromiso. Antes de la difusión que le dio al grupo Santi Maratea eran además 30 los voluntarios. Hoy, ya son más de 60 los que se suman todos los jueves a la Plaza Lavalle y el objetivo es poder recibir a las personas en situación de calle más días en la semana. “Hay gente que critica a los influencers, yo incluso lo hacía, pero es una locura lo que logró, tenemos más alcance gracias a él”, dice Victoria agradecida.

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