Arranca el juicio a "las mujeres del Próvolo"
Son nueve las acusadas que deberán sentarse en el banquillo este lunes cuando arranque el segundo juicio por los abusos en el instituto católico.
Este lunes 3 de mayo comienza el segundo juicio por abusos sexuales cometidos contra chicos sordos en el colegio católico Antonio Próvolo. El debate arranca un año y medio después del primero considerado histórico y en el cual se condenaron a los curas y al jardinero acusados de las vejaciones.
Después de varios retrasos por la pandemia, finalmente se sentarán en el banquillo de los acusados serán dos monjas, la administradora legal y otras seis mujeres que trabajaban en tareas de dirección, docencia y maestranza del instituto. Las imputaciones que recaen sobre ellas van desde el abuso sexual agravado y corrupción de menores a la participación criminal por omisión. De las nueve imputadas, ochos esperan el debate en libertad.
La monja japonesa Kumiko Kosaka está acusada de abuso sexual agravado y corrupción de menores, y es la única que permanece con prisión preventiva. El resto de las acusadas son: Graciela Pascual, licenciada en Trabajo Social y representante legal del instituto, la monja Asunción Martínez, la psicóloga Cecilia Raffo, la cocinera Noemí Paz y las directoras del instituto Gladys Pinacca, Valeska Quintana, Cristina Leguiza y Laura Gaetán.
Se estima que el juicio dure unos 4 meses con la declaración nuevamente de las víctimas. Según trascendió, será semipresencial, y algunos testimonios se realizarán vía streaming.
"Va a ser un proceso largo y difícil para las víctimas que tendrán que volver a declarar y revivir su dolor. Entendemos que las pruebas son suficientes para llegar a una condena al final del debate y nuevamente, como sucedió en el primer juicio, que sea una conen histórica y reparadora", dijo el abogado Lucas Lecour, anogado querellante y presidente de Xumek.
Durante el primer juicio se condenó a los curas Nicola Corradi y Horacio Corbacho a 45 y 42 años de prisión. Mientras que el jardinero Armando Gómez recibió una pena de 18 años.
Mientras tanto, las víctimas y sobrevivientes de los aberrantes abusos siguen esperando una reparación integral del Estado y del Arzobispado,