Historia de solidaridad

Su hijo tuvo un paro cardiorrespiratorio a los 2 meses y los caballos le salvaron la vida

Elena Cataldi es parte de No Candidatos, un proyecto que busca apoyo en las elecciones de este domingo. Su vida quedó marcada cuando su hijo de dos meses tuvo un paro cardiorrespiratorio. Comenzó diversas terapias y, gracias a los caballos, su vida y la de su hijo cambiaron para siempre.

Santiago Sandri lunes, 8 de noviembre de 2021 · 17:43 hs
Su hijo tuvo un paro cardiorrespiratorio a los 2 meses y los caballos le salvaron la vida
Elena Cataldi en "Equinoterapia del Azul"

No Candidatos es un proyecto ideado por Eduardo “Coco” Oderigo (fundador de “Fundación Espartanos”) que juntó una lista de diez fundaciones de distintas partes del país que recibieron el Premio de Abanderados de la Argentina Solidaria de ARTEAR/Canal 13. Elena Cataldi, creadora de la Fundación Equinoterapia del Azul, una de las seleccionadas, comenta: “No competimos entre nosotros en las elecciones. Creemos en una Argentina mejor y trabajamos hace muchos años para tener una Argentina mejor”.

La historia de Elena es un ejemplo de cómo a partir de un caso particular se puede ayudar a mucha gente: “Todo comenzó por Panchi”. En el año 2000, a sólo dos meses de tener a su hijo Francisco, Elena vivió una situación tan dolorosa como impensada para cualquier padre: el pequeño “Panchi” sufrió un paro cardiorrespiratorio que le provocó un gran daño cerebral: “Le diagnosticaron parálisis cerebral. Los médicos nunca creyeron que iba a poder caminar”. 

Elena Cataldi, Abanderada de la Argentina Solidaria 2013

Elena, salteña, no entiende su vida sin caballos: “Yo soy fanática de estos animales. Mi familia se me ríe: trabajo toda la semana arriba de un caballo y llega el fin de semana y me vuelvo a subir a un caballo”. Luego del suceso que cambiaría la vida de su hijo para siempre, decidió acercar su gran pasión a Francisco: “Luego de lo que pasó, empecé a montarlo en caballos. Desde que nació, Panchi está con los caballos”. Ella dice que no hay un antes y un después de su hijo con los caballos, pero sí existe un punto de inflexión gracias a estos animales: “En uno de los controles anuales con los médicos del Instituto Fleni, en 2005, los médicos estaban sorprendidos”.

Los profesionales vieron una evolución inesperada en Francisco, que tenía un pronóstico casi imposible de revertir: “La historia clínica, dado al daño neurológico, no coincidía con lo que Panchi era y es capaz de hacer”. Había una explicación: “Los médicos me dijeron que creían que era por andar a caballo desde tan chiquito”.

Según la Real Academia Española (RAE), la equinoterapia es “un tratamiento que se desarrolla con la intervención de caballos”. Para Elena es mucho más que eso: “Salí del Fleni diciendo ‘wow, qué bárbaro el efecto que tiene montar a caballo, al punto de cambiar el pronóstico médico de una persona’. De ahí surgió la idea de crear esta fundación”.

Fundación Equinoterapia del Azul

La Fundación Equinoterapia del Azul nació en 2005, poco tiempo después de esa visita médica de Francisco y Elena. Ellos habían dejado su Salta natal para vivir en el partido de Azul, provincia de Buenos Aires (de ahí el nombre de la fundación): “Quería ayudar a la mayor cantidad de chicos que se pudiera y dar a conocer la actividad. Una forma de agradecimiento por la mejora de mi hijo y un intento de hacerlo llegar a más personas”, dice Elena. 

Tres años más tarde, Elena y su familia volvieron a Salta, dónde viven desde entonces, y, con ellos, se mudó la fundación: “Desde 2005, primero en Azul y después en Salta, que me dedico a full todos los días y estoy enamorada de la equinoterapia, viendo todos los días como los caballos cambian vidas, mejoran calidad de vida y, sobre todo, generan personas más felices”. 

Los chicos y los caballos, un vínculo especial

Equinoterapia del Azul trabaja actualmente en las instalaciones del Salta Polo Club y  asisten 98 chicos con discapacidad, quienes son seguidos atentamente por un equipo interdisciplinario de 28 terapeutas. Además, Elena cuenta con 50 personas que voluntariamente ofrecen su ayuda a la fundación en distintas áreas como la manutención de las pistas para los caballos o la comunicación.

De los 98 chicos que asisten, el 20% son becados, mientras que el resto financia los procedimientos a través de las obras sociales o de manera particular: “De esta manera los que pueden ayudan a los que no y a mantener a la Fundación y a los profesionales”.

Equipo de Equinoterapia del Azul

En la fundación, todos los días los pacientes alcanzan un logro y esto llena de felicidad a los terapeutas y, lógicamente, a Elena: “El momento del día que más me impacta es cuando el chico se sienta arriba de un caballo y se le transforma la cara, eso es increíble. Cuando hablamos de alguien que tiene una patología o una discapacidad, el caballo pasa a ser las piernas del que no tiene piernas, los ojos del que no puede ver”.

Sobre esto, Elena agrega “he vivido muchos momentos increíbles, como cuando un chico que tenía una dificultad en el lenguaje se subió arriba de un caballo y, con todos los problemas de autoestima que tenía, gritó: ‘Soy el rey del mundo’”.

Así como Francisco fue su inspiración para crear la fundación, Elena ve en "Panchi" a un “gran maestro”. “Veo como le cuesta todo muchísimo más que el resto, pero se esfuerza y lo consigue. A veces, los esfuerzos son chiquitos en nuestros ojos pero para ellos son enormes. Los chicos no se quedan en la dificultad, buscan salir adelante. Te enseñan a medir todo con su vara y, sobre todo, a ver lo realmente importante. Yo al principio pensaba ‘no va a poder leer, estudiar, escribir’, pero me di cuenta que mi objetivo con mi hijo y con todos nuestros pacientes es que avancen todo lo posible porque eso los va a hacer lo más independientes que puedan y tener una vida más cómoda, pero el objetivo es que sean felices. Lo importante es que sea feliz”, reflexiona. 

La fundación es mucho más que un centro de equinoterapia. “Tenemos un Centro de Día, que es como una escuela para chicos con discapacidad de lunes a viernes, con distintos talleres de huerta, deporte, música, entre otras. También tenemos un programa de inclusión laboral, en el que nos ocupamos de articular a los jóvenes con empresas u otros programas para que los chicos tengan su propio trabajo”, explica Cataldi.

 

Para colaborar con el proyecto, se puede hacer mediante una donación de $200 o más ingresando a https://nocandidatos.com/ o en el Instagram @nocandidatos, para intentar cumplir el objetivo de $10.000.000 totales, que serán divididos entre las ONG miembro de No Candidatos.

 

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