Las maravillas del pulpo: tres corazones, millones de neuronas y beneficios para el humano

Sangre azul, ocho tentáculos, tres corazones y más de 500 millones de neuronas. Los pulpos no sólo son unos animales sumamente interesantes, sino que también fueron de los primeros en ocupar el planeta tierra. Conocé las curiosidades de estos seres vivos y los beneficios que nos aportan a los humanos.

Los pulpos pertenecen a la categoría de animales marinos invertebrados que viven aproximadamente solo 3 años, pero que habitan en la tierra desde hace 296 millones de años. Para tener un parámetro de la longevidad de estos cefalópodos en nuestro planeta, se estima que el homo sapiens sapiens la habita hace apenas 200.000 a 300.000 años, por lo que no sería una mala idea considerar que es su planeta más que el nuestro.

Una característica que distingue a los pulpos de otros animales es su inteligencia. Para poder defenderse de sus depredadores desarrollaron una habilidosa capacidad de camuflaje, sumado a un depósito de tinta para distraer a sus atacantes. Incluso, algunas especies cuentan con una mordedura venenosa para poder contraatacar.

Curiosidades del pulpo

• Los pulpos que son venenosos son letales tanto para otros animales como para los humanos.
• Existen hasta 300 tipos de pulpos en los mares.
• Pueden respirar mediante sus tentáculos.
• Las hembras llegan a reproducir hasta 100.000 huevos.
• Hasta el momento es el único animal marino conocido con tres corazones. Utiliza dos para bombear sangre a sus extremidades, y el otro para el resto de los órganos.
• Sus más de 500 millones de neuronas se distribuyen en todo el cuerpo.

¿Qué beneficios trae el pulpo al humano?

El pulpo es uno de los animales más codiciados en la gastronomía. Además de su gran sabor, es una importante fuente de hierro, calcio, magnesio y vitamina B, que son fundamentales para el desarrollo del ser humano. Sin embargo, se recomienda no abusar del consumo del pulpo ya que puede ser perjudicial para la salud por contener metales pesados, los cuales llegan a distintos animales marinos por la contaminación oceánica producida por la actividad humana.