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La astuta trama detrás del contrabando desde Chile

Esta semana detuvieron a dos gendarmes y un gestor aduanero que formarían parte de una enorme banda que ingresaba productos ilegales a la Argentina. Hay cuatro prófugos. Mirá los detalles de cómo operaban.

Facundo García
Facundo García miércoles, 20 de mayo de 2020 · 19:53 hs
La astuta trama detrás del contrabando desde Chile
Millones Los bienes secuestrados suman cientos de millones de pesos.

Esta semana la Policía detuvo a tres personas sospechadas de integrar una banda dedicada al contrabando desde Chile. Dos gendarmes y un gestor aduanero fueron aprehendidos como corolario de una investigación que tiene -por lo menos- a otros 12 sospechosos en la mira.

¿Cómo operaban? Tras más de un año de pesquisa, la Justicia cuenta con información para entender de qué manera esta mafia consiguió meter, quizá durante años, varios camiones por semana, con productos que al día de hoy suman cientos de millones de pesos.

El germen de la investigación está en un contacto que se hizo en agosto de 2019 con las Fuerzas de Seguridad y los fiscales chilenos. Después de intercambiar datos, la división de narcocriminalidad de la Policía de Mendoza (PCN) inició un seguimiento junto al área de Investigaciones de la Dirección General de Aduanas de Mendoza. En la frontera se detectó una delgada traza de movimientos extraños, guiños, comportamientos irregulares.

La organización tendría una pata en Gendarmería, otra en los gestores aduaneros y otra en el mundo empresarial mendocino.

Tirando un poco del hilo, se llegó a la primera hipótesis: existía un grupo de personas organizadas que se dedicaban a traer elementos de forma ilegal. La organización tenía una pata en algunos agentes de Gendarmería Nacional, otra en los gestores aduaneros y -se rumorea- otra en el mundo empresarial, con dinámicos señores que se paseaban sin culpa por los barrios más recoletos de Mendoza

La estrategia

¿Cómo era el modus operandi de esta mafia? Para describirlo hay que comprender el funcionamiento del tráfico de mercadería entre un país y otro.

Cuando un camión ingresa a la Argentina, lo revisan en la frontera, y se chequea que la declaración de bienes que lleva -donde se especifica cuál es la carga- coincida con la mercadería efectivamente cargada. Una vez que se hace ese chequeo, el rodado se precinta y no se abre hasta que llega a destino.

Es decir que, si el vehículo tiene el "ok" de la frontera, no es sencillo que la Policía, ya dentro del país de destino, pueda exigir otra revisión.

Por eso la clave de este crimen está en el entramado que los delincuentes tejen en la misma frontera. Pasados los controles iniciales, más de la mitad del delito ya está hecho. Solo queda descargar la mercadería, que luego se distribuirá ilegalmente en comercios -a precio vil- o se venderá por Internet. 

En el caso de la mafia que cayó recientemente, se sabe que algunos rodados incluso ingresaban, descargaban en el Gran Mendoza y luego volvían a la aduana para regularizar su situación y no correr riesgos.

Ahora bien: esta actividad puede realizarse de manera "silvestre" o a través de una organización estable a lo largo del tiempo. Si hay más de 3 involucrados, la Ley ya habla de Asociación Ilícita. Y se trata de una situación común, porque este tipo de actividades requiere falsificaciones, líneas directas en las Fuerzas de Seguridad, coimas: estructura.

Como recalca el Fiscal Fernando Alcaraz, de la Fiscalía Federal Nº2 de Mendoza, "la actividad aduanera queda documentada en muchos lugares", por lo que para cada una de esas oficinas, los delincuentes deben aplicar una táctica que les permita ser invisibles. Y eso requiere conquistar voluntades. "En otras palabras, estos delitos derivan en otros actos de corrupción", dice el fiscal.

Capturas

A fines de 2019 la causa derivó en escuchas telefónicas, varias detenciones de ciudadanos chilenos y argentinos y unos 20 allanamientos, lo que da la idea del tamaño que tenía la organización. Se sabía, de todos modos, que había miembros de la banda que se habían salvado de los primeros operativos. Las aprehensiones de esta semana vienen a ser, entonces, la continuación de las medidas que se tomaron el año pasado.

En el caso todavía hay cuatro prófugos, entre ellos otro gendarme

A pesar de las limitaciones que implica el aislamiento obligatorio, la pesquisa no se detuvo. "Toda la segunda etapa de la instrucción se hizo en medio de la pandemia", revela Alcaraz.

La hipótesis de la fiscalía es que los gendarmes detenidos esta semana habrían hecho la vista gorda y dejaban pasar camiones sin revisar. A su turno, el gestor completaba el pase con transportistas y quizá algún funcionario

No serían los últimos: en el caso todavía hay cuatro prófugos, entre ellos otro gendarme.

Efectos

El ingreso de mercadería ilegal genera consecuencias en la economía argentina. En primer lugar, representa una pérdida en términos recaudatorios. Son millones de productos que no tributan. Pero también inyecta una oferta enorme de mercancías a un precio artificial, por lo que la práctica termina hundiendo a los fabricantes locales y a las empresas que sí pagan sus impuestos.

Un ejemplo de ello sucedía con celulares de origen chileno, que eran “habilitados” adulterando los números de IMEI por un técnico en reparación de celulares.

Con todo, muchos creen que los delitos de criminalidad económica son inofensivos, fruto de "simples chantas" que trasladan un par de televisores. Nada más lejos de lo real. El fiscal Alcaraz sintetiza: "Son crímenes que parecen inocuos, pero derivan en corrupción, violencia y perjuicios para la economía, lo que al final pone en riesgo a las instituciones de la República".

Elementos secuestrados

Hasta ahora, los operativos han permitido secuestrar una cantidad ingente de elementos, valuados en más de 350 millones de pesos. Entre la colección se cuentan:

  • Sellos apócrifos de la Gendarmería Nacional.
  • Documentación aduanera diversa.
  • Token (claves) para ingresos a sistemas informáticos.
  • Formularios de MIC-DTA. 
  • Siete autos, varios de ellos de alta gama.
  • $4.500.000 (incluyendo dólares, pesos argentinos, euros, reales, pesos chilenos y cheques).
  • Dos camiones con sus acoplados.
  • 300 equipos electrónicos (DVR, tablets, parlantes) y 4 televisores de 32, 43 y 55 pulgadas.
  • 369 teléfonos celulares.
  • Tres patinetas eléctricas.
  • 16 scooter.
  • Cartuchos de armas de fuego.
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