Pandemia: en Guayaquil los muertos se acumulan en las calles

Las noticias de Guayaquil parecen salidas de un cruce entre la literatura distópica y el realismo mágico. Cuerpos en la vereda, abandonados porque nadie cuenta con el tiempo ni los recursos para enterrarlos. Ecuador ya tiene 2748 infectados y casi cien muertos, de los cuales más de la mitad eran habitantes de la provincia de Guaya.

Las funerarias no saben cómo actuar. Los familiares de los enfermos reportan que van a los hospitales y les dicen que no hay camas. "Llamamos al 911 y nos pidieron paciencia. El cuerpo sigue ahí en la cama donde falleció, porque nadie lo puede tocar", contó a la BBC Jésica Castañeda, sobrina del fallecido Segundo Castañeda.

Desde diferentes medios, se denuncia que los cadáveres permanecen hasta 72 horas en el lugar donde se haya producido el deceso. La alcaldesa de Guayaquil, Cyntia Viteri, tiene Covid-19 pero le quedan fuerzas para reclamar ante las autoridades nacionales: "No retiran a los muertos de sus casas. Los dejan en las veredas, caen frente a hospitales. Nadie los quiere ir a recoger. ¿Qué pasa con nuestros enfermos? Las familias deambulan por toda la ciudad tocando puertas para que los reciba un hospital público, donde ya no hay camas".

Jésica Zambrano, una periodista del diario El Telégrafo, describió otras consecuencias del desmadre. "Mi pareja salió a hacer las compras y se encontró una persona muerta en las calles Pedro Carbo y Urdaneta. Más temprano nos dijeron que había otro muerto unos cuantos metros más allá. Las personas desahuciadas mueren en el centro de la ciudad".

En Ecuador -una nación con 16,6 millones de habitantes- la enfermedad avanza al galope, montada sobre la falta de previsión. Y cuando llegan los problemas, las poblaciones recurren a medidas desesperadas. En el caso de Guayaquil, se está evaluando incluso cavar una fosa común para dar sepultura a los que no logran sobrevivir.