Juicio

Caso Próvolo: familiares de las víctimas criticaron a la Iglesia y pidieron la pena máxima para los acusados

Con la lectura de las acusaciones comenzó esta mañana el juicio contra los curas Horacio Corbacho (59) y Nicola Corradi (83) por los abusos ocurridos durante años en el Instituto Próvolo de Luján. Mañana comenzarán a declarar testigos y víctimas.

lunes, 5 de agosto de 2019 · 16:11 hs

Más de dos años después del comienzo de la investigación, esta mañana comenzó el histórico juicio por los abusos contra chicos hipoacúsicos ocurridos durante años en el Instituto Próvolo de Luján de Cuyo.

En el banquillo de los acusados se sentaron los sacerdotes Nicola Corradi (83) y Horacio Corbacho (59), y el ex jardinero del establecimiento, Armando Gómez (49). Durante la primera jornada, los acusados fueron identificados y debieron escuchar la lectura de las acusaciones que pesan en su contra luego de que se constituyera el tribunal colegiado, conformado por los jueces Carlos Díaz, María Alejandra Ratto y Mauricio Juan.

Los familiares de los chicos del Próvolo en las afueras de Tribunales.

Al comienzo de la jornada, la abogada defensora de Corbacho, Alicia Arlotta, solicitó la recusación del juez Mauricio Juan, a raíz de que aún no ha recibido el aval del Senado para su designación. La presentación fue rechazada porque se realizó fuera de término.

Son 28 los hechos por los que están imputados los acusados y que fueron leídos durante esta primera jornada. Sobre Corbacho recaen la mayor cantidad de acusaciones y las imputaciones más graves. El sacerdote está acusado de 16 hechos, entre ellos varios abusos con acceso carnal (violaciones) y gravemente ultrajantes, agravados por ser el encargado de la guarda de las víctimas, por ser ministro de culto y por tratarse de menores de 18 años de edad. 

Corradi y Gómez están acusados de 6 hechos cada uno. Entre ellos figuran abusos sexuales simples, abusos gravemente ultrajantes, corrupción de menores y abusos sexuales con acceso carnal, también agravados por ser encargado de guarda y ministro de culto en el caso de Corradi.

Antes de comenzar el debate, uno de los abogados querellantes en representación de cuatro denunciantes, Sergio Salinas, manifestó su esperanza de que "se haga justicia" y de que se constituya en un "caso emblemático para el país".

"Fue muy difícil desenmarañar esto", explicó Salinas, y agregó: "La Iglesia no ayudó en nada durante la investigación y el comunicado que emitieron el viernes fue hipócrita y demagogo. Acá ya hay una persona condenada (Jorge Bordón) que dijo que abusó junto a Corradi y Corbacho".

Salinas también anticipó que solicitará que las víctimas no vuelvan a declarar durante el juicio para "no ser revictimizadas". "Dependerá de ellos si quieren hacerlo. Si desde la defensa quieren volver a ver las declaraciones, que reproduzcan los videos de los testimonios en Cámara Gesell", destacó el letrado.

Los familiares protestan.

La Fiscalía acompañó el pedido de la querella y ambos se opusieron a que las víctimas testifiquen en forma presencial, tal como lo solicitó la defensa. El tribunal deberá resolver este planteo para mañana a las 8.30. Además, la defensa solicitó que se transcriban los testimonios de testigos y víctimas para que Corradi pueda leerlos, a raíz de que sufre una gran disminución auditiva que le impide escuchar lo que ocurre en el juicio.

Vigilia de los familiares

En las escalinatas de tribunales se congregaron los familiares de las víctimas, quienes acompañaron con expectación lo que acontecía en el interior del Palacio Judicial.

Al igual que Salinas, Ariel, padre de una de las víctimas, criticó duramente a la Iglesia y al obispo interventor enviado desde La Plata, Alberto Bochatey, por intentar encubrir lo ocurrido en el instituto lujanino. "(Bochatey) se llevó la documentación, las copias del expediente y no colaboró en nada. Desde la Iglesia buscaron encubrirse entre ellos y barrer la tierra debajo de la alfombra. Sabían que Corradi ya había tenido denuncias en Verona y lo mandaron a La Plata y después para acá", se lamentó el hombre, quien pidió que "se haga justicia" y que los acusados reciban la máxima pena posible: 50 años de prisión.

La Iglesia no fue el único foco de las críticas de los familiares de las víctimas.  Cecilia, cuyo hijo fue abusado en el instituto lujanino, apuntó contra Graciela Pascual, la ex directora y apoderada legal del establecimiento educativo, quien será juzgada por el delito de omisión en otro juicio próximo a iniciarse. "Mis hijos no estaban albergados y fueron abusados igual. Le pedí explicaciones a esta señora porque no deberían haber llegado a manos de los curas y fue bastante violenta. Ellos no estaban en el albergue. Notaba cosas raras y me recomendaban medicarlos. Tenían a los chicos dopados", recordó la mujer.

Con respecto a lo duro que fue el proceso que culminó en el juicio que comenzó hoy, Cecilia señaló que "no les importó la integridad de los chicos", y completó: "Los hicieron declarar tres veces. Tuvieron ataques de pánico y vomitaban después de cada declaración. Los hicieron sentir culpables por lo que vivieron".

Mañana comienzan los testimonios

El martes a las 8.30 se reanudará el juicio y comenzarán a declarar las primeras víctimas y testigos. Se espera que durante la jornada declaren cuatro chicos que sufrieron abusos, una trabajadora social del establecimiento y dos personas que realizaban apoyatura psicológica en el lugar.