Daniel Bernal: "Me considero solo un obrero obsesivo"
El reconocido plástico que revolucionó la escena artística de Mendoza, de manera multidisciplinaria, con sus sorprendentes transformaciones de espacios charló con MDZ Arte y reveló los pormenores de su proceso creativo.
Daniel Bernal es un artista que sorprende. Él egresó de la facultad de Artes Visuales de la UNCuyo en 1992 y a partir de allí pinta, expone y da clases. Durante algún tiempo se encargó de crear escenografías de diferentes obras teatrales y así se convirtió en un referente. Sus obras tocan profundos temas de la condición humana.
¿Querés conocerlo en profundidad?
¿Te dicen?
Dany.
¿Autodidacta o estudiado?
Me recibí de profesor en la Facultad de Artes Visuales de la UNCuyo. Eso me hizo dar cuenta de que para ser artista no hace falta estudiar una carrera.
¿Qué es el arte para vos?
Me es difícil definir qué es el arte, simplemente lo siento y tengo conciencia de él y trato de hacerlo, pero la mayoría de las veces me considero solo un obrero obsesivo , tratando de hacer bien su trabajo.
¿Qué expresa?
El arte expresa verdaderamente lo que somos, desde la obra de arte más sublime pasando por la mediocridad de la mayoría de las obras que vemos, hasta llegar a la obra de mal gusto , todo se expresa tal como es. El dilema es saber en dónde ubicamos nuestra obra o nosotros como artistas.
¿Cómo nació esta necesidad de expresarte a través del arte?
El arte fue y es un refugio, el único ámbito donde encajaban mis ideas, pensamientos y sentimientos. Me da la libertad de decir las cosas a mi manera y me ayuda a soportar una sociedad que me cuesta entender.
¿Qué sentís cuando pintás?
Que me sumerjo en un estado especial.
¿Cómo te enfrentás a un lienzo en blanco?
La mayoría de las veces ya tengo la idea en mi cabeza. Lo principal en mi obra es lo que quiero decir o transmitir. Analizo bien que figura o elementos van a ser los adecuados para lo que quiero. No me interesa si el espectador va a entender lo que quiero decir, por eso utilizo figuras muy fuertes que puedan detonar varias interpretaciones.
¿Cuándo mirás cuadros viejos tuyos te encontrás o ya no?
Me encuentro perfectamente, esa obra forma parte de lo que soy. Ahora, es el camino recorrido y le doy mucha importancia. Hay diferencias en cuanto a la técnica pero muchas resisten a través del tiempo.
¿Cuándo te propusiste vivir del arte?
Al principio de mi carrera tal vez tenía cierta expectativa de vivir del arte pero a medida que me fui adentrando en ese mundo me di cuenta que es difícil. En Mendoza no existe un mercado que pueda satisfacer a todos los que queremos vivir de él.
¿Se puede?
Tendríamos que abrir nuevos mercados.
¿Cuál es tu sueño?
Vivir en un oasis en medio del desierto rodeado de dunas.
¿Te gusta mostrar lo que hacés?
Me gusta mostrar lo que hago aunque no me gusta mi presencia en mis exposiciones, no me gusta el marketing y lo que tiene que ver con la fotito para los sociales.
¿Qué te inspira?
Todo aquello que provoca algo en mi interior.
Temas como la muerte, la injusticia, la religión, lo social o la política son recurrentes en mis obras a veces con un cierto tono de ironía. Trato también de incorporar nuevos materiales de expresión más allá de la pintura. Considero que un artista tiene que estar comprometido con su tiempo y el momento histórico que le toca vivir.
¿Qué sentís cuando terminás un cuadro y cuando lo empezás?
Cuando empiezo un cuadro tengo la expectativa de como ira a quedar y cuando lo termino siento la necesidad de hacerlo mejor la próxima vez.
¿Cómo le ponés valor a tu obra?
Es difícil ponerle precio a una obra cuando no existe un mercado más o menos fluido, supuestamente la trayectoria tiene peso con respecto a eso. Pero en definitiva si alguien me quiere comprar un cuadro se llega a un acuerdo en base a valores que fijo previamente.
¿Quién valora más tu arte el mendocino o el turista?
El mendocino valora mi obra, pero regatea más el precio y se arrima más por el nombre que por la obra. El extranjero no me conoce pero se arrima más porque le gusta la obra y entiende más del valor de la misma.
¿Dónde soñás con ver un cuadro tuyo?
En el primer museo de arte que se construya en el planeta Marte.
¿Qué pieza o cuadro quisieras tener en tu casa que no sea tuyo?
Me encantaría tener “La civilización occidental y cristiana” de León Ferrari (ese Cristo crucificado sobre un avión de guerra norteamericano).