Caso San Felipe: ¿quién murió primero?
Esa es la principal pregunta que intenta responder la investigación encabezada por la fiscal especial Claudia Ríos y que podría dilucidar si fue un homicidio o un doble suicidio. Todavía no están los resultados de los análisis.
Una de las mayores dudas sobre el caso de los dos presos fallecidos en el complejo San Felipe el lunes pasado y que rondan en la cabeza de los investigadores es quién de ellos perdió la vida primero. Y para poder determinarlo con exactitud falta que terminen de realizarse los últimos estudios de la necropsia.
La fiscal especial Claudia Ríos, quien lleva en sus hombros la investigación del caso, habló con MDZ Online y explicó que "todavía faltan los estudios anatomopatológicos", por lo que "la necropsia todavía no termina". Si bien los investigadores creían que dichos resultados estarían hoy, los médicos del Cuerpo Médico Forense presumen que en 48 o 72 horas podrían estar listos.
Mientras tanto, Ríos indicó que durante toda la jornada de hoy "se tomó declaraciones a trece detenidos y a personal penitenciario y se pidieron más informes". Recordó que el lunes se entrevistó con el director del Servicio Penitenciario, Eduardo Orellana, y que le entregó los primeros informes, mientras que el martes declararon otros nueve internos.
Más allá de todo, la fiscal hizo hincapié en que los resultados faltantes podrían determinar cuál de los dos reclusos falleció primero. Esto podría ser un dato muy importante que encausaría la investigación, sobre todo para estimar si fue un suicidio doble o si hubo un asesinato.
Otro dato relevante que se busca es descubrir el horario exacto de los decesos. Con los análisis de ambos estómagos, Ríos podrá determinar si el hecho ocurrió antes o después de la hora del desayuno, algo no menor.
Ríos se excusó de afirmar o desmentir las versiones periodísticas que sugieren varios detalles de las autopsias practicadas, ya que aseguró que tenía que "esperar a que estén todos los resultados de la necropsia para poder caratular nuevamente la causa". Debido al atraso de los análisis, el caso sigue caratulado como "averiguación de muerte".
Lo único que la fiscal pudo confirmar son las marcas que Luis Sebastián Rosales (26) y Arnaldo Andrés Bastía (25) presentaban el día en que fueron hallados sin vida. Sin especificar más datos, Ríos explicó que los dos cuerpos presentaban surcos en el cuello, que uno de ellos estaba colgado y ambos tenían heridas punzocortantes y hematomas.
Además, destacó que personal de Policía Científica rescató varios elementos en el lugar del hecho para ser analizados y determinar si fueron utilizados para provocar ambas muertes.
Esta cautela para revelar información de parte de Ríos se debe a que la fiscal prefiere esperar los resultados de la necropsia, porque son muy precisos, a diferencia de otros como la observación visual o la temperatura corporal controlada en el momento en que es descubierto el hecho, que son importantes en principio pero no son evidencias de peso para la Justicia.
En cierto sentido, en esta cautela también influyó lo sucedido con el caso de Ángeles Rawson y el manejo de la información.

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