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Padre no hay uno sólo

El día del padre también es una buena ocasión para hacer uso de la memoria, individual y colectiva.

General José de San Martín, padre de la patria. Foto: Archivo MDZ

General José de San Martín, padre de la patria. Foto: Archivo MDZ

Genera un poco de incomodidad ser celebrado fuera de término, para algunos, claro. Sabemos que hay muchos que no se demoran en aclarar cuando son felicitados por méritos ajenos. Una cuestión ética. Una exageración -dirá alguien- en los tiempos que corren, pero hoy, hoy no es el día del padre. A veces es necesario ser categórico. La conmemoración de este día del padre es por un hecho muy ajeno y distante. Un tal Smart (inteligente, si lo traducimos) después de participar en la guerra de secesión de los Estados Unidos y enviudar, se hizo cargo de seis criaturas, entre hijas e hijos. Una de ellas hizo lo suficiente para que hoy papás de varias regiones del planeta sean saludados y reciban obsequios.

No tan cristianos

En países cercanos y no tanto, pero de tradición cristiana, eligen el 19 de marzo como día del padre, debido a la liturgia católica que determina esa fecha como el cumpleaños de San José, o sea, el natalicio del padre adoptivo de Jesucristo. Un triple mérito: haber oficiado de padre sin ser el biológico, soportar las persecuciones por su condición y criar a un hijo que cambiaría la historia, para siempre. Bastante meritorios los antecedentes de José, quien según los evangelios de Mateo y de Marcos, era carpintero y le enseñó a su hijo el oficio.

La ley del olvido

Están -entre los que se encuentra quien firma esto- los que prefieren tomar como día para celebrar a los padres el 24 de agosto, reconociendo al “Padre de la Patria” y -perdón la redundancia- fecha de su paternidad física, no simbólica. En 1816 nació Merceditas, la única hija del general San Martín. José Francisco, no Juan como lo bautizó el actual presidente de Argentina. En 1958, durante el amputado gobierno de Arturo Frondizi, el Consejo Nacional de Educación estableció la fecha para festejar el día de los papás. Luego, en Mendoza también hubo una ley al respecto, pero como es cultura en Argentina, las leyes no gozan del necesario respeto como para cumplirlas ni la decisión enfática para hacerlas cumplir.

Imprecisa y conveniente

Como algunas otras fechas, tomar “el tercer domingo” de junio, resulta conveniente, al menos para algunos. No convertirla en otro feriado podría colaborar con la perspectiva productiva. También para evitar confusiones. Por ejemplo, este año, dos días antes, se celebró el Día del Escritor. El día del escritor es en homenaje a Leopoldo Lugones, un genio de la literatura nacional, a pesar de su ocaso moral y su descenso en la consideración intelectual. Lugones, reconocido como el impulsor y primera expresión de la poesía moderna en nuestra lengua, cuenta con sobrados argumentos para que el día del escritor sea recordado por él. Un precursor de la literatura fantástica (muy recomendados cuentos) y además un impulsor de teorías de vanguardia en física, tanto que Einstein visitó Argentina gracias a la relación que mantuvo con Lugones.

Hijo de Lugones

La merecida evocación de Leopoldo Lugones como “escritor símbolo de Argentina” es exactamente inversa, pensándolo como padre. Se le achaca a Lugones su conversión de socialista sereno a fanático militarista. También y justamente se le reprocha ser herramienta intelectual para el golpe de Estado inaugural del Siglo XX contra Yrigoyen en 1930. Su escrito y discurso “La Hora de la Espada” fue casi el guion para la acción posterior de Uriburu en el derrocamiento del presidente radical. Peor -según la historia- fue lo que le transmitió a su hijo, homónimo, conocido como “Polo” Lugones, quien inventó la picana eléctrica, era policía. Invención que -vaya paradoja- permitió la tortura de su propia hija, Susana “Piri” Lugones, durante la dictadura genocida de 1976, por cierto, secuestrada en 1977 y asesinada en 1978.

Que no caiga en 16

Una coincidencia fatídica pudo ser el año pasado, cuando el tercer domingo de junio “día del padre” coincidió con el 16 de junio ¿por qué? porque el 16 de junio, hoy exactamente 70 años atrás, se produjo el acto subversivo más letal en la Argentina. Militares sublevados contra el poder legal y legítimo, apropiándose de las armas pertenecientes a la Nación, secuestraron aviones, se apropiaron de metralletas y bombas, para arrojarlas sobre la Plaza de Mayo, con la excusa de acabar con la vida del entonces presidente Perón, pero le segaron la vida a más de trescientas personas, civiles, niños, obreros, maestras. Sólo pudieron identificarse 308, y hubo más de 1.500 heridos. Perón resultó indemne, pero los militares subversivos luego consiguieron su propósito. Derrocaron al Gobierno y detentaron el poder, anulando la democracia e imponiendo un régimen de censura, persecución y hasta fusilamientos, sin que existiese en Argentina la pena capital.

In memoriam

El día del padre también es una buena ocasión para hacer uso de la memoria. Esa individual que remonta a momentos especiales, cada cual con su papá, y la memoria colectiva, esa que es indispensable para que se pueda construir una sociedad armónica, admitiendo la disidencias y alentando las coincidencias. Sin adulterar la secuencia de los hechos. Sin beatificar a los papás que -como todos- se han equivocado- y sin condenarlos por crímenes que no cometieron. A quienes ya no tiene a sus papás consigo -como quien esto firma- agradecer y celebrar su paso por este Planeta, que hoy atraviesa la crisis de su tiempo y siente la dolorosa orfandad de la necesaria paz.