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Lo que no se vio del búnker libertario: salón semivacío, ministros en silencio e incertidumbre por octubre

El presidente definió a último minuto su discurso. Ante la ausencia de militantes, abrieron todos los accesos para que los periodistas "hagan número" y evitar que Milei hable sin público. Ya no garantizan un triunfo en las elecciones nacionales.

Así estaba el salón donde habló Milei en Gonnet

Así estaba el salón donde habló Milei en Gonnet

Desde hacía días que el Gobierno no confirmaba la presencia del presidente Javier Milei al búnker libertario en La Plata. Los estrategas de la campaña bonaerense vaticinaban una derrota "entre 5 a 8 puntos" y especulaban con la ausencia del mandatario con el objetivo de "cuidarlo" y no hacerlo cargo de una derrota.

Sin embargo, el nivel de nacionalización del debate impulsado por la Casa Rosada obligó a que el líder libertario deba exponerse y piense en la necesidad de repuntar de cara a los comicios del 26 de octubre. Sus propios secretarios no podían precisar si el jefe de Estado iba a hablar al conocerse los resultados. "Lo definió sobre la hora, no era lo que estaba estipulado si perdíamos", señaló una fuente del gabinete.

Tras arribar al lugar 20:15, el presidente subió al escenario junto a sus ministros y Karina Milei, en medio del asedio público por la investigación judicial que busca establecer si participó en hechos de corrupción. Quién sobresalió frente a las cámaras fue el asesor Santiago Caputo, lo que significó un claro mensaje de lo importante que es mostrar la mayor unidad posible, en medio de feroces internas que solo agravaron este momento de la gestión. En contrapartida, sorprendió la ausencia del jefe de Gabinete, Guillermo Francos, quien estuvo en el centro de la polémica durante la última semana a raíz de la polémica con el influencer libertario Daniel Parisini, mejor conocido como “Gordo Dan” tras las críticas contra el senador cordobés Luis Juez.

Desde las 18 había un clima adverso en el salón violeta, ubicado en la localidad de Gonnet, una zona donde abundan los descampados, largos pastizales y algunas fábricas y outlets. Se descontaba que no iba a haber presencia de militantes y se enmarcaba en un inevitable revés, cuya diferencia estaba en discusión. "Ganamos en mesas de La Tablada, no es que perdemos en todos lados", llegaron a decir algunos dirigentes de la Tercera Sección Electoral, que buscaban desmentir una paliza electoral y trataban de vestir una caída "por poco". Duro sólo algunos minutos. Los boca de urna iban llegando y los referentes se refugiaron en los VIP del complejo para esperar el golpazo.

A partir de esa seguridad, los organizadores de la Casa Rosada decidieron recortar a la mitad el amplio espacio donde iban a hablar los protagonistas. El sector que quedaba permitía que, si se llenaba, asistieran, al menos, 2 mil personas. Si bien no existió convocatoria y era previsible un escueto marco de apoyo, los organizadores de LLA, de un momento a otro, permitieron que los periodistas y fotógrafos pudieran entrar, casi sin limitaciones, al salón donde estaba el escenario. Originalmente solo iban a tener un corralito a más de 20 metros de distancia. No obstante, solo había 200 personas en las inmediaciones, resultando un 10% del ya acotado espacio estipulado para los discursos. Se encontraban ministros del Gabinete, los candidatos de las ocho secciones electorales y los integrantes del equipo de campaña. El Gobierno otorgó un acceso inédito para "hacer número" y evitar pasar una situación indeseable, en la cual Milei no le iba a hablar a nadie.

Silencio libertario tras los resultados

Javier Milei (4)

A excepción de la diputada Lilia Lemoine y el primer candidato por la Tercera Sección Electoral, Maximiliano Bondarenko, ningún referente de LLA quiso hablar frente a un micrófono. Algunos lo hicieron "off the record", pero nadie intentó asomar la cabeza y dar una respuesta o, aunque sea, intentar dar un mensaje de esperanza pensando en las elecciones de octubre. "Que hable el presidente, prefiero no hablar", repetían todos los funcionarios.

Fuera de las cámaras, las fuentes partidarias subrayaron que "no se esperaba esta diferencia". "Nosotros hablábamos de empate técnico porque pretendíamos eso. Pero estaba claro que la diferencia sería de al menos cinco puntos. Nadie tenía esta diferencia, es la realidad. Es un golpazo y hay que asimilarlo", sentenció una fuente inobjetable de la mesa chica.

Consultados por los comicios nacionales, sostienen desde el Gobierno "que será una elección distinta". "Acá está clarísimo el aparato de los intendentes, fueron claves. Movieron todo lo que tuvieron a su alcance y no podemos contra esa maquinaría. En octubre no se la van a jugar y tenemos más chances porque aparte en octubre quedará más claro qué estará en juego y aparte no será el mismo votante que hay en PBA", agregaron.

De todas formas, desde el círculo íntimo del presidente reconocen que "el resultado será más positivo, aunque no es fácil aventurar un resultado". "Sabemos que el aparato peronista no será igual y habrá otros tipos de votantes. La batalla será ahí. Pero hoy es difícil vaticinar nada, tenemos que analizar todo", resumieron, entre muecas.