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Derrota para Javier Milei: el mercado tiembla y ya exige explicaciones

Las acciones argentinas se derrumbaban en el premarket con caídas de hasta 10%. La economía ya mostraba dudas desde antes de las elecciones, las explicaciones ahora se vuelven impostergables. Las internas estallan tanto en LLA como en el PJ. Kicillof y su nuevo rol conductor.

Javier Milei (4)
EFE

El Gobierno recibió un golpe electoral que superó todas las proyecciones previas, incluso las más adversas. La magnitud de la derrota tomó por sorpresa tanto al oficialismo como al propio peronismo. Ni en los sueños mas húmedos del kirchnerismo o del peronismo clásico se anticipaba una diferencia de 14 puntos como la que se registró en el cierre de la elección del domingo.

El desenlace electoral generó una reacción inmediata y dura en los mercados. Ya durante la noche del domingo, las acciones argentinas comenzaron a caer con fuerza en el pre-market, anticipando una semana que estará marcada por una alta volatilidad. La expectativa apunta ahora a las próximas 48 horas —lunes y martes— en las que se anticipan movimientos significativos en el mercado cambiario, así como en los valores de bonos y acciones.

RUBÉN RABANAL POS ELECCIONES

La atención, de todas formas, estará puesta especialmente en el miércoles, momento en que Economía deberá salir a renovar un vencimiento de deuda. Esa instancia será clave para medir el nivel de confianza que conserva el Gobierno frente al mercado, que volumen de deuda estará dispuesto a renovar, bajo qué condiciones y a qué tasa.

En ese marco, se suma una tensión política interna que podría complejizar aún más el panorama. Mientras el ministro de Economía sostuvo que no habrá cambios en la política económica tras la derrota, el presidente tuvo que aceptar la necesidad de revisar las causas del resultado electoral y eventualmente actuar en consecuencia. No le quedan muchas alternativas a Javier Milei si quiere intentar rectificar el camino a octubre. Esta diferencia de enfoque deja entrever algún ruido evidente dentro del Gobierno que ya había comenzado a tener efectos concretos sobre los rumores en el mercado.

El futuro del Gabinete se presenta como otro de los focos de atención. La posibilidad de cambios se volvió mas evidente tras la derrota y lo que parecía una renovación ya decidida para después de octubre, de hecho hay ministros candidatos como Patricia Bullrich y Luis Petri, puede acelerarse ahora antes de la elección nacional.

El efecto más inmediato de este escenario probablemente se verá en el bolsillo de la población. Las decisiones económicas que se tomen, en especial las vinculadas con tasas de interés, el valor del dólar y la renovación de deuda, podrían tener un impacto directo en la inflación y en el poder del bolsillo. El resultado electoral, por tanto, no sólo genera consecuencias políticas, sino también económicas que afectan la vida cotidiana.

La combinación de un revés electoral de magnitud, una economía en tensión y la cercanía de compromisos financieros importantes configura un cuadro de alta sensibilidad. El miércoles, cuando se concrete la operación de renovación de deuda, se podrá dimensionar con mayor claridad la respuesta del mercado y el margen de maniobra con el que contará el Gobierno en adelante.

Mientras tanto, el escenario financiero permanece en alerta. La evolución del dólar, los movimientos en la Bolsa y la tasa de riesgo país en los próximos días funcionarán como termómetro de la confianza del mercado en la capacidad del Gobierno para reconducir la situación. A corto plazo, las decisiones adoptadas y los gestos políticos podrían marcar la diferencia entre una transición ordenada o una profundización de la crisis.

Parte de la interna libertaria comenzó a liquidarse anoche mientras se calculaba con precisión la nueva puesta en escena en el bunker armado en La Plata. Javier Milei cumplió con su rol de jefe y fue hasta el escenario para hablar, cuando hasta minutos antes se dudaba de su presencia. Fue un guiño a la sensatez que muchos esperaban.

Su ingreso al acto vino acompañado de análisis de todo tipo, de los que gustan los partidarios de La Libertad Avanza, siempre menos acostumbrados a las reglas básicas de la política clásica que a las costumbres del mundo digital. Por eso la primera lectura fue el regreso de Santiago Caputo a los escenarios, junto con Karina Milei.

Segundo punto: la lejanía con Martín Menem a quien se subió al mismo escenario pero que gozó solo de un apretón de manos presidencial casi a la lejanía, en lugar del abrazo que cruzó Milei con cada uno de sus ministros. Allí hubo otro punto: el de año fue le tercer acto en el que Luis "Toto" Caputo no participa. El ministro, que posteó su intención de no modificar el rumbo económico mientras Javier Milei sí reconoció la necesidad de analizar errores, está en el centro de la escena política desde hace tiempo por la supuesta diferencia con el presidente en el desarme de las LEFi.

El ministro de Economía dedicó largos párrafos en los últimos tiempos a criticar a economistas argentinos, algunos de ellos cabeza de las principales consultoras del país, que cuestionaron sus medidas monetarias y cambiarias. Javier Milei lo acompañó con ganas en esas críticas hasta que el debate pareció llegar al límite de enfrentamiento con buena parte del resto de sus colegas economistas. Los cuestionamientos de Miguel Ángel Broda de la semana pasada fueron un hito en ese sentido y las dudas en el mercado comenzaron a multiplicarse.

La derrota de los libertarios en la provincia de Buenos Aires no puede atribuirse a virtud alguna en el kirchnerismo que por ahora no ofrece propuestas económicas alternativas concretas a lo que lleva adelante Javier Milei. El resultado electoral habrá que buscarlo en los errores que cometió el gobierno, las alertas que desoyó, la falta de explicaciones a graves acusaciones de corrupción que pueden o no ser ciertas pero que necesitan de una aclaración y no solo en el caso de las supuestas coimas en Andis.

El gobierno creyó que con sacar a Diego Spagnuolo de escena podría ventilar el aire pesado que se había instalado en la administración desde que se conocieron los audios. La verdad es que hoy nadie sabe si esos audios son el producto de una puesta en escena del propio Spagnuolo o una denuncia real que involucra nada menos que a Karina, la hermana del presidente y principal armadora también del fracaso de esta aventura electoral bonaerense.

Solo la falta de práctica política de los libertarios podía habilitar llegar a una elección en un contexto económico complicado, inclusive para las propias reglas del plan económico, con los bolsillos cansados tras el ajuste en buena parte de la población, sin reglas claras para el mercado en el futuro inmediato, con los bancos en guerra con el BCRA y el ministerio de Economía y sospechas de corrupción sin aclarar en el seno del gobierno. Era un coctel seductor e imposible de no aprovechar por el peronismo ávido de sangre siempre que no ocupa el poder.

Mientras Milei procesa cambios y analiza si habrá reacción para rectificar el camino a octubre, en el peronismo las definiciones también se acelerarán en lo inmediato. Axel Kicillof es el gran ganador, sin dudas, de la elección de ayer. El mismo diseño y decidió el adelantamiento electoral que llevó a este triunfo del PJ y en contra de la voluntad de Cristina Fernández de Kirchner que, aunque ahora lo niegue, se resistió a la estrategia del gobernador.

Como suelen hacer los Kirchner, ni bien aparecieron los resultados Cristina comenzó a intentar apropiárselos. Inclusive anoche, cuando Kicillof subió al escenario del triunfo, la organización del acto le coló un audio de la expresidente llegado directamente desde su cárcel-departamento de San José 1111. Allí le agradeció a Axel, a Sergio Massa y a su hijo Máximo, este último con poca participación real en la jornada de ayer. Fue el inicio de otra batalla interna que quedó ahogada cuando desde la platea comenzaron los canticos proclamando “Axel presidente”, el camino mas obvio que muestra hoy el futuro de la puja dentro del peronismo.