Javier Milei coincide con el "plan de paz" de Donald Trump para Ucrania y toma distancia de su "amigo" Volodímir Zelenski
Pese al silencio de Milei, fuentes inobjetables del Gabinete afirman que el líder libertario considera una "buena oportunidad" la propuesta impulsada por la Casa Blanca, que implica que Ucrania pierda cerca del 20% del territorio a manos de Rusia.
Zelensky junto a Javier y Karina Milei
Son horas cruciales para el futuro de Ucrania. Se llevan adelante negociaciones claves en Ginebra con el objetivo de definir si hay acuerdo con Rusia para terminar la guerra que inició Vladimir Putin el 14 de febrero de 2022 cuando quiso invadir todo el país.
Las conversaciones en Suiza ocurren luego del "plan de paz" propuesto por el presidente norteamericano Donald Trump, quien fijó un ultimátum para estos próximos días con la intención de lograr el fin del conflicto y alzarse de otro éxito internacional.
Te Podría Interesar
Si bien crece la expectativa mundial en torno a esos encuentros entre los representantes de ambas nacionales, el propio líder del Kremlin puso paños fríos. Putin sostuvo este jueves que las fuerzas rusas solo detendrán las ofensivas en Ucrania si el Ejército ucraniano se retira de los territorios controlados por Moscú. “Si no se retiran, les expulsaremos por la fuerza”, advirtió el mandatario, quien además afirmó que las tropas rusas mantienen actualmente “un avance favorable en todos los frentes”, según declaraciones difundidas por la agencia de noticias TASS.
A su vez, indicó que el plan negociado entre enviados de Ucrania y Estados Unidos en Ginebra “puede establecer las bases para futuros acuerdos”. Asimismo, reiteró que las autoridades ucranianas no tienen legitimidad en el poder. Según las palabras de Putin citadas por TASS, una vez que se firmen acuerdos de paz debe levantarse de inmediato la ley marcial vigente en Kiev y convocarse elecciones sin dilación.
En este sentido, enfatizó que el reconocimiento de Crimea y la región del Donbás como territorios rusos constituye “uno de los puntos clave” para Rusia.
Ante la posibilidad concreta de que Ucrania deba perder cerca del 20% de su territorio o se extienda la invasión rusa en un conflicto cada vez más hostil para Kiev, el presidente Javier Milei mantiene silencio hace semanas sobre este tema. No hizo comentarios en redes sociales y su posición explícita es un misterio.
Sin embargo, fuentes inobjetables de su mesa chica revelaron a MDZ cuál es la posición del jefe de Estado. El líder libertario vuelve a mostrase espalda con espalda con Trump y acompaña su "plan de paz" para Ucrania.
El apoyo del gobierno libertario al "plan de paz"
"El presidente dijo públicamente que si hay una oportunidad para la paz hay que tomarla y eso creemos", recalcó un funcionario de renombre, con contacto diario con Milei.
En Casa Rosada reiteran que esta propuesta de Estados Unidos "es beneficiosa" para Ucrania y recalcan que la extensión de la guerra "solo terminará favoreciendo a Rusia".
No es una postura sumamente sorpresiva de la gestión de Milei. A diferencia de la mayoría de los países que integran la Organización de Naciones Unidas, en febrero la Argentina se alineó con Trump y se abstuvo de votar una resolución que reclama la salida “de inmediato y sin condiciones” de las tropas del Kremlin de Ucrania, en lo que significó la primera medida diplomática marcando distancia de su "amigo" Volodimir Zelenski.
Al día siguiente, el por entonces vocero Manuel Adorni justificó la decisión al asegurar: "Siempre tuvimos como prioridad en el caso de la invasión la paz sobre cualquier otra cuestión. La mejor manera de intentar la paz era la resolución de Estados Unidos”. De esta manera, el Gobierno ya daba cuenta de su direccionamiento geopolítico con Trump, que llegó a llamarlo "dictador" a su par ucraniano y le restó importancia a la perdida territorial.
“Para terminar con el dolor de un montón de gente que está sufriendo, consideramos que esa era la mejor vía. Eso no implica ningún resentimiento en la relación con Europa u otro país”, subrayó Adorni.
Cómo fue el vínculo de Javier Milei con Volodímir Zelenski
Milei logró una gran relación con Zelenski meses antes de su llegada al poder, a tal punto que el presidente ucraniano, en plena invasión rusa, viajó a Buenos Aires para participar de la ceremonia de asunción del argentino, donde ambos mantuvieron su primer intercambio directo. Se trató de la principal visita de un mandatario a aquel acto, donde escasearon los líderes internacional: estaba el presidente de Estados Unidos, ni líderes del G20 y el G7, por citar simples ejemplos. También hubo marcadas ausencias de mandatarios de la región. Un dato: quién asistió llamativamente fue el húngaro Viktor Orban, el "liberal" fiel aliado de Putin.
Meses después, en junio de 2024, se produjo su primer encuentro bilateral formal durante la Cumbre Global por la Paz en Suiza. Allí dialogaron sobre la situación en Ucrania, la necesidad de apoyo internacional y posibles vías de colaboración económica y comercial. Zelenski incluso condecoró a Milei con la Orden de la Libertad, en reconocimiento al apoyo argentino a la soberanía ucraniana frente a la invasión de Putin. En ese ámbito, el presidente llamó "amigo" a su par ucraniano.
En enero de 2025 volvieron a coincidir en el Foro de Davos. En esa reunión ambos mandatarios reafirmaron su alineamiento político: Milei reiteró su apoyo a Ucrania y Zelenski elogió las reformas económicas impulsadas en Argentina. También destacaron su intención de profundizar los vínculos bilaterales y ampliar la cooperación en diversos sectores.
A lo largo de este año mantuvieron además algunos contactos telefónicos. En esas conversaciones discutieron el desarrollo del conflicto, la posibilidad de avanzar hacia una “paz justa” y nuevas áreas de cooperación en tecnología, economía e industria agrícola. Milei incluso manifestó su interés en visitar Ucrania, algo que nunca realmente se avanzó de parte de la Casa Rosada, y ambos gobiernos evaluaron reactivar consultas políticas entre sus cancillerías.
En su diálogo más reciente, previo a la cumbre en Alaska entre Trump y Putin en agosto, Zelenski subrayó que la relación bilateral había alcanzado “un nivel muy alto”, mientras Milei expresó que Argentina está dispuesta a colaborar con cualquier iniciativa internacional encaminada a lograr la paz.
“Tuve una buena conversación con el presidente de Argentina. Por supuesto, hablamos de la situación diplomáticamente. Le informé sobre los contactos recientes con nuestros socios y recalqué que nuestra postura es absolutamente clara: Ucrania necesita una paz justa y garantías de seguridad fiables. Javier está dispuesto a colaborar personalmente para lograrlo. ¡Gracias!”, escribió Zelenski, tras ese encuentro. Para Milei, esa "paz justa" significa apoyar a Estados Unidos, que, entre otras cosas, le quita el 20% del territorio a Ucrania y saca del poder a su "amigo" ucraniano.
El "plan de paz" de Trump
El plan de paz impulsado por Donald Trump para Ucrania se basa en 28 puntos que, en esencia, proponen un alto el fuego inmediato y un acuerdo de no agresión entre Rusia, Ucrania y países europeos. A cambio de garantías de seguridad internacionales, Ucrania debería aceptar concesiones profundas: reconocer como rusos los territorios ocupados (incluyendo Crimea, Donetsk y Luhansk), congelar la línea de frente actual en otras regiones, limitar el tamaño de sus Fuerzas Armadas, comprometerse constitucionalmente a no ingresar en la OTAN y prohibir la presencia de tropas extranjeras en su territorio. El esquema también incluye elecciones rápidas en Ucrania, intercambio de prisioneros, un plan humanitario y un mecanismo permanente de diálogo con mediación estadounidense.
En la práctica, esto implicaría que Ucrania perdería gran parte del territorio ocupado por Rusia y vería restringida su capacidad militar y su margen de soberanía estratégica. A cambio, obtendría el fin inmediato de los combates, promesas de seguridad, apoyo internacional para la reconstrucción y la liberación de personas detenidas durante la guerra. El acuerdo buscaría “congelar” el conflicto bajo supervisión externa, pero distintos analistas advierten que las garantías ofrecidas son ambiguas y que la amnistía prevista podría dejar sin juzgar posibles crímenes cometidos durante la invasión.


