El fútbol o el "Chiqui" Tapia: el dilema de empresas, clubes y allegados
El fútbol argentino atraviesa tensiones por el liderazgo de Tapia, el caso del PDF trucho y el rechazo a las SAD, mientras crecen reproches entre dirigentes.
El mandamás del fútbol argentino no esquivó ningún tema y dejó varios textuales potentes sobre el arbitraje y la credibilidad del juego. Foto: captura de video.
El dirigente conduce uno de los clubes más tradicionales del Gran Buenos Aires. Tuvo la espada de Damocles encima de su equipo por mucho tiempo pero, hace algún tiempo, encontró la paz. “Por lo menos pedimos que no nos bombeen para beneficiar a otros… Lo de Barracas nos la bancamos, pero si le das los puntos a otros es porque me estás queriendo cagar directamente”, había dicho oportunamente.
Un par suyo, directamente, defendió en un todo lo hecho por Claudio “Chiqui” Tapia en su gestión. Y acusa directamente a Juan Sebastián Verón, el presidente de Estudiantes de La Plata, de “no hablar nunca en las reuniones de comisión directiva y mandar a un representante que se queda callado. Todos le piden favor a Tapia”.
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Sin embargo, nada pudo explicar por el escándalo del PDF apócrifo que apareció para sancionar al club y jugadores pincharratas. Si bien se podía comprobar con solo observar si a Independiente de Rivadavia de Mendoza le habían hecho el pasillo del campeón en la fecha posterior a ganarle a Argentinos Juniors en la Copa Argentina, después la realidad se impuso con el cotejo del documento inventado con lo publicado en el mes de febrero, oficialmente, por la Asociación del Fútbol Argentino.
Cada representante del fútbol argentino consultado por este periodista se apalanca en una razón para fundamentar su postura. No obstante, hay una línea en común que conecta a la mayoría de los clubes de primera división y el ascenso. No quieren saber nada con las Sociedades Anónimas Deportivas, las SAD, a las que consideran como un negocio que manejará unilateralmente las instituciones, lejos de un rol social que se atribuyen la mayoría de tener como objetivo. Tampoco ayuda para no agrietar la discusión que el presidente Javier Milei pusiera una camiseta de Estudiantes de La Plata en el respaldo del sillón presidencial en la foto tomada con representantes de la comunidad Judía y su embajador en la Argentina.
Otros, directamente, van directo a "los sospechosos de siempre". Los grupos hegemónicos de comunicación y su rechazo por los modos y contratos que traza Tapia con otros actores y medios pero no con ellos. "Nos pegan desde hace tiempo, pero ahora todo es para peor", sostienen desde el fútbol argentino.
La hipocresía está a la orden del día en cada conversación. Porque quienes defienden la postura de la AFA, y en particular la de Chiqui Tapia, reconocen que “algo tenemos que hacer porque sino aparece Verón como el bueno de la película”. “Antes, en la época de Julio Grondona, él mismo te venía y te contenía. “Se que te cagué”, te decía, y te prometía que te debía una. Capaz nunca te pagaba, pero él y vos sabíamos que la deuda estaba”, comentó.
Lejos de esta discusión, en el Club Atlético Independiente recuerdan la discusión que tuvieron, hace tiempo, Néstor Grindetti con un operador directo de Mauricio Macri. Según la historia que se escucha en el más campeón de América, el primer intento de ingreso de Foster Gilllet al fútbol argentino fue en esta institución. Recién asumida la comisión directiva que había llegado con Fabián Doman como presidente, con importantes referentes PRO como Grindetti y Cristian Ritondo, frenaron la iniciativa porque “no nos entra un quilombo más”.
Ellos habían recibido el club de manos de Hugo Moyano, el excuñado de Tapia. En esos momentos las relaciones no eran los mejores entre los viejos parientes que recién en los últimos años mejoraron la relación.
Tapia intentó cuidar la opacidad del manejo del fútbol cambiando la dirección legal de la asociación que preside, que dejó de ser la histórica de la calle Viamonte, que aún subsiste como base operativa diaria, para trasladarse al predio de Ezeiza, históricamente utilizado para el funcionamiento de la Selección nacional.
A pesar de esta maniobra, siempre hay un lugar donde la Justicia, si quiere, se puede meter para investigar. Sur Finanzas, la empresa comercial que parece ser la estrella del momento para el fútbol nacional, fue esa hendija por la que se metieron los que quieren saber cómo maneja el dinero Tapia y sus seguidores.
Sur Finanzas tuvo un crecimiento increíble en cuatro años pero su titular, Ariel Vallejo, es un viejo conocido de la zona sur y, casualmente, vive en el mismo barrio privado que también habita Martín Insaurralde. Nadie tiene certezas. Otros también observan las relaciones que ha trazado Pablo Tovillino con Sergio Massa. El mundo está bajo sospecha, pero nadie tiene ni recibos ni certezas.
Vallejo fue barra brava de Racing Club, participó como parte de su comisión directiva, y en los últimos tiempos, por su cercanía con el expresidente de Banfield, Eduardo Spinoza, también pretendió ser parte de su sucesión. Inclusive el Taladro tiene en su casaca como sponsor principal Sur Finanzas, a la que le adeuda casi mil millones de pesos.
También es el prestamista de última instancia de San Lorenzo y motivo por el cual el complicadísimo presidente Marcelo Moretti puede resistir en el club y no ir preso. Si él cae, el efecto dominó podría ser destructivo para toda la organización.
¿Se puede hablar en las reuniones de AFA? ¿Alguien puede decir abiertamente que hay que parar con lo que se está haciendo?
“No. No hay margen. Terminas raleado y apuntado. Entonces, terminas moviéndote como podes en las condiciones que te imponen. Son malas, pero el miedo a ser sometidos por la SAD es muy grande”, confesó uno de los consultados. “Es igual que cuando Moyano manejaba la CGT. El se apropiaba de los trabajadores de otros sindicatos, el gobierno avalaba esa situación, todo seguía. Cuando se cayó la protección, todo se derrumbó. Bueno, esto puede ser igual”, confirmó.


