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Escándalo por los audios: en abril ya habían sonado alarmas en la polémica Andis

No hay explicaciones claras aun sobre el nuevo escándalo que envuelve al gobierno. Extraño vacío en las redes para un gobierno acostumbrado a saturar esos canales. La oposición prepara un nuevo golpe: quieren limitarle a Milei el uso de los DNU.

El extitular de la Agencia Nacional de Discapacidad, Diego Spagnuolo, junto a Javier Milei.

El extitular de la Agencia Nacional de Discapacidad, Diego Spagnuolo, junto a Javier Milei.

X (@dspagnuolo_ok)

Javier Milei podría entrar en una etapa de debilidad no conocida hasta ahora, al menos hasta octubre cuando deberá reforzar número en el Congreso, una necesidad que se vuelve cada día mas acuciante. Mientras el presidente enfrenta un nuevo escándalo tras los audios sobre la distribución de coimas en la compra de medicamentos (una vez mas las droguerías en el centro de la escena) para la Agencia Nacional de Discapacidad (Andis), la oposición se reúne para multiplicar los dolores de cabeza que le viene generando día tras días al Gobierno.

Esta vez el impacto puede ser enorme: con un proyecto que lleva letra de Alejandra Vigo, los bloques de oposición pretenden modificar la reglamentación para el uso de los decretos de necesidad y urgencia. El actual régimen viene del 2006 cuando Cristina Fernández de Kirchner, como presidenta de la Comisión de Asuntos Constitucionales del Senado, hizo una reglamentación a la medida de su marido por la que los DNU no perdían vigencia ante el silencio del Congreso y, además, se exige que ambas cámaras lo rechacen para que este pierda vigencia. Es decir, con bloquear sesiones basta para mantener a los DNU con vida.

El peronismo, al acecho

La pretensión ahora es bien distinta: el kirchnerismo, una vez mas, borra con el codo lo que escribió con la mano, y pretende eliminar la sanción ficta de los DNU (el silencio del Congreso) y establecer que estos pierden vigencia si no son ratificados a los 90 días de la firma presidencia. Además, exige la ratificación positiva en ambas cámaras.

Es decir, le quita a Javier Milei su única herramienta de gobierno real hoy, al menos hasta octubre cuando La Libertad Avanza pretende renovar poder y llegar a sumar en Diputados un número suficiente para frenar andanadas y revoluciones.

El peronismo sabe, mejor que nadie, y porque lo aplica también en su feroz interna, cuando es el momento de atacar. Nadie como el PJ para detectar debilidad y buscar sangre. Y el Gobierno, claramente, está en su peor momento de gestión desde que Javier Milei llegó a la presidencia.

En el medio, la economía

En el sistema financiero, la pelea con los bancos por las idas y vueltas en la estrategia por multiplicar la presión para secar la plaza de pesos, sumó un ruido tan atronador que hasta llegó a Washington donde, además, ya tuvieron noticias de al menos un par de desinteligencias entre el presidente y su ministro de Economía. Al mismo tiempo, el costo de mantener el dólar en línea, la inflación controlada y el equilibrio fiscal empezó a poner nervioso al mercado.

En el mundo de la economía real a la falta de reactivación de algunos sectores y la caida del consumo, se le suma el impacto de la suba de tasas producto de esa estrategia del "apretón monetario". Las PyMEs no pueden pensar en descontar alguno de los cheques con que les pagan a 90 días con tasas que superan el 80 %. Atrás viene la preocupación por la recaudación.

El escándalo tras el revés para Javier Milei en el Congreso

El nuevo intento de la oposición, que nuclea a kirchneristas, peronistas federales de varios colores, algún radical y seguramente a la izquierda, se suma a las dos semanas de pesadilla que el Congreso le propinó a la Casa Rosada con rechazo a vetos, leyes para distribuir fondos a provincias vía ATN, a discapacidad, el hospital Garrahan y, sobre todo, la derogación de los decretos que, con inspiración de Federico Sturzenegger, intentan reformar el INTI, el INTA y organismos que entraron en la reforma del Estado que el propio Congreso había autorizado en la Ley Bases y ahora da marcha atrás.

Es un escenario que nunca se había visto en la era democrática y al que Milei no parece prestarle la atención que merece. Muchos de los diputados que la semana pasada se sentaron en el recinto para votar a favor o abstenerse, se quejaban con bronca ante la negativa del Gobierno a negociar posiciones intermedias que, dicen, hubieran evitaron males mayores.

La falta de política, de la buena, de la necesaria para gestionar la cosa pública, se pone en evidencia en el gobierno nacional cada día mas y hoy solo le juega en su propia contra.

Los audios de la polémica

A las malas noticias para los libertarios que arreciaron durante la semana pasada, debe sumarse el desembarco de un nuevo escándalo con acusaciones de corrupción. Esta vez el escenario parece más complicado aun que el caso $LIBRA y por varias razones. En primer lugar, la acusación aparece de boca de un integrante del Gobierno que en una supuesta grabación clandestina denuncia desde la distribución de coimas, con porcentajes incluidos, hasta la inacción presidencial en haber frenado los hechos.

La gravedad de lo denunciado exige aclaraciones inmediatas. El silencio de los actores de comunicación oficial habituales agrava la intranquilidad de muchos. En el caso $Libra, el impacto del escándalo tras el posteo presidencial impulsando el lanzamiento fue quizás mas acotado a entendidos y la gravedad judicial tuvo un escenario mucho mas caliente en Estados Unidos que en la Argentina. El público de a pie, además, en muchos casos ni entendió de que se trata el tema.

Con el caso de las supuestas coimas en Andis y las compras a la droguería Suizo Argentina, la situación es distinta. Es ampliamente sabido que el negocio de los medicamentos provee enormes flujos de fondos a todos los involucrados. Los "remedios", además, son objeto de necesidad cotidiana y sus precios exitan el ánimo de cualquiera. $Libra esta lejos de muchos argentinos, Andis y Suizo-Argentina están muy cerca en la comprensión y allí esta el peligro.

Para colmo, todo gira alrededor de una denuncia de compras en el área de discapacidad, que va directo a la hermana del presidente y a los Menem (siempre en la mira para alimentar historias sobre el dinero) justo en el momento en que el Gobierno avanza en una batalla con el Congreso y con los familiares de discapacitados por el retaceo de fondos específicos para ese sector. Nadie podría haber pensando una tormenta tan perfecta y de ahí el terror del mercado por el impacto.

El armado del audio de Diego Spagnuolo tiene características que preocupan a muchos. El Gobierno seguía ayer paralizado y en shock sin saber que hará realmente Spagnuolo en el futuro inmediato cuando deba declarar y, al mismo tiempo, sin saber que tienen los dos celulares que ya le secuestró la Justicia. Es una pesadilla de la que nadie en la Casa Rosada aun se ha despertado, más aun cuando la única medida real que se tomó fue despedir a Spagnuolo de su cargo. En síntesis, por ahora solo se mató a un cartero que no sabemos si quiere desembarazarse de culpas propias o esta denunciando realidades.

Hay un dato que complica la situación

Comenzó a saberse ayer que en abril ya se debatía la necesidad de avanzar con cambios en la ANDIS. No son muy claras las razones de la alerta que había en la dependencia ya en ese momento, pero la necesidad de un cambio en la conducción era algo de discusión habitual.

¿Que se sabía en ese momento? Todavía es una incógnita, pero ahora se sabe que, antes de eso, Spagnuolo ya había sido grabado acusando a Karina Milei y Lule Menem de estar en la línea de distribución de comisiones por la compra de medicamentos para el área discapacidad.

Esos audios despiertan algunas sospechas. Hay una creencia en la política que deberá probarse, pero que gana fuerza cada día: se interpreta que Spagnuolo no solo sabía que lo estaban grabando en ese bar del centro porteño donde parece que se desarrolla la escena, sino que fue parte importante en el armado de la estrategia.

Esto no le quita ni le suma nada a las acusaciones que allí se ventilan, pero si abona la teoría de que Spagnuolo podía saber que un escándalo estaba en marcha e intentó deslindar responsabilidades. Los términos en que lo hizo no registran antecedentes en la historia argentina. En primer lugar, apuntó directo al presidente de la Nación a quien se acusa de haber sido informado de la situación y no haber hecho nada.

Al mismo tiempo menciona en el audio que le habló a Milei directamente sobre el accionar de su hermana Karina. Aquí todos los integrantes del oficialismo consultado por MDZ coinciden en un punto: nadie cree que Spagnuolo, por mas cercanía que tuviera con Milei, se hubiera animado a decirle semejante cosa al presidente. O lo que es igual, Milei no le hubiera permitido seguir hablando si intentaba lanzarle semejante acusación.

Por ahora no parece que ninguno de los involucrados ignorara el impacto de lo que venía. Spagnuolo sabía que sus múltiples registros de ingreso a la Casa Rosada y la Quinta de Olivos se harían públicos ni bien estallara el escándalo que provocaron los ya famosos audios.

El Gobierno aún no da explicaciones

La inacción de los últimos días, además, no tiene justificación alguna en el poder y mucho menos a un gobierno que ya lleva unos ocho episodios confusos, algunos con investigación judicial, que pueden terminar en escándalos políticos graves.

De nada sirve apelar, una vez más, a las concepciones pendulares que el kirchnerismo transformó casi en cultura nacional para justificar las dudas sobre los que sucedió con el Andis y sus contratos con la droguería Suizo-Argentina.

Todos los argentinos saben que a Javier Milei se lo elevó a la presidencia precisamente por una reacción provocada por el asco de una importante parte de la ciudadanía de este país la degradación económica-social y política en la que el kirchnerismo en todos sus mandatos sumió a la Nación.

No hay justificativo posible entonces: la motosierra, el esfuerzo, el ajuste, los recortes, los insultos, la ausencia de política, todo fue tolerado por la población esencialmente por dos objetivos a conseguir: terminar con el populismo y la corrupción para comenzar una era de racionalidad económica y crecimiento sostenido, serio y sin mentiras de oportunidad.

El kirchnerismo y sus desastres nunca puede ser un espejo de comparación para justificar algún desvío en el que caiga el actual gobierno. De ahí la necesidad de aclarar todo, rápido y sin dudas.