En las dos caras de la moneda, los bolsos que eran de la obra pública ahora son de los discapacitados
Ahora se comprende por qué la sobredimensionada reacción contra Ian Moche o familiares con capacidades diferentes que reclamaban porque no les corten los servicios estatales que reciben para que sus seres queridos pudieran vivir dignamente. Es que la plata iba para otro lado, pero no para los que debían recibirla.

El silencio oficial sobre el caso de la ANDIS y las consecuencias letales de los audios, editados pero reales, de Diego Spagnuolo, más la captura de empresarios relacionados con esa trama que toca directamente a El Jefe del gobierno, Karina Milei, y a su mano derecha, Eduardo Lule Menem, describe la gravísima situación política de un gobierno que al mínimo roce inicia querellas o busca culpables.
Si bien el presidente Javier Milei prometió no insultar más, porque las encuestas ya notaban un desgaste en ese tipo de mensaje, no es normal que todo un gobierno desaparezca de los medios y de las redes ante semejante escándalo público.
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La sociedad, que fue a buscar a Milei como un remedio ante tanta desidia y corrupción, ¿puede soportar otra nueva frustración? ¿Cuánto falta en comparar a José López tirando bolsos en la puerta del no convento de General Rodríguez con esta nueva situación en la que se ve a gente con máquinas de contar plata o huyendo con dólares y pesos en su poder y “fajitos” prestos para repartir?
Algunos aducen todo lo que se está viendo a una pelea interna del poder, en el que Santiago Caputo le estaría pasando una factura a la hermana presidencial y a su preciado grupo de aplaudidores que la rodean, empezando por los primos Menem y siguiendo por Sebastián Pareja, que aprovecha las libertades que le brinda Karina Milei, además, para colocar a cuanta persona cree conveniente en las listas de candidatos.
Si esto fuera así, el costo es demasiado alto y una vez que se abre una ventana como esta, nadie sabe cuándo o cómo se podrá cerrar. Guillermo Francos es el único vocero autorizado no porque quiera serlo sino porque es el único al que los medios y la política tratarán con respeto. https://www.mdzol.com/cristina-fernandez-kirchner-y-karina-milei-comparten-el-dominio-y-tambien-la-desconfianza-sus-espacios-n1319833
Desde el caso $Libra que el gobierno no puede explicar las relaciones opacas que tiene la familia presidencial ni por qué motivo tuvieron tantas audiencias privadas con Hayden Davis, o a Leonardo Scatturice, el dueño del avión que llegó al país con diez valijas que Laura Arrieta trajo y que consiguió, con solo mostrar su teléfono, que nadie las controle. Ni que hablar de los contratos millonarios que unían a la empresa de seguridad que regenteaba en el pasado Martín Menem con el Banco Nación.
Javier Milei llegó a negarle el ingreso a la Casa Rosada a una periodista, Silvia Mercado, porque se atrevió a preguntar sobre los perros presidenciales y sus caniles. Manuel Adorni humilló a cuanto reportero le preguntase algo que tiene que ver con la actualidad oficial. Se empezó a modificar las acreditaciones para privilegiar a comunicadores en redes cercanos al oficialismo. Ahora se entienden los motivos.
Siempre se asemejó al kirchnerismo con el mileísmo. Las formas son el fondo. En aquel modelo, como en el actual, todo se ordenaba a través del miedo y el escarnio. Y, como en aquel entonces, Elisa Carrió parece dar en el blanco. En su momento, aludió a Julio De Vido como el cajero. Ahora lo hizo con la hermana presidencial.
¿Cómo harán campaña los candidatos que solo tenían como amparo, porque así lo dispuso la campaña, el color violeta? ¿No hablarán de estos temas? ¿Tendrán que refugiarse, como en el video que tuvieron que grabar, en el logo del águila y en Milei?
¿Por qué echaron a quien compró una cafetera de lujo pero aún nadie voló del gobierno después de semejantes novedades? ¿Sandra Pettovello, que se desvivió persiguiendo corruptos pero que nunca pudo comprobar nada, qué pensará ahora? Mínimas preguntas ante un escándalo de esta magnitud, que cambió la trama de la corrupción en la obra pública en otra mucho más hiriente como lo es la plata de los discapacitados.