Tribunales

Cómo el caso Julieta afectó a los tres poderes del Estado

La sentencia por el asesinato de Julieta González generó polémica en todos los ámbitos. La sentencia la argumentó un juez formado a la antigua y lo firmó un conjuez que estaba en capilla para ser nombrado por el Senado. Una oficina de la Corte cuestionó los argumentos y pidió la revisión del fallo. Lo que esconde el sollozo de la vicegobernadora. 

miércoles, 2 de octubre de 2019 · 14:40 hs

El asesinato de Julieta González atrapó en un duro debate al Poder Judicial, al Senado y al Gobierno. El tribunal colegiado condenó a 18 años de cárcel a Andrés Di Césare, pero lo relevante de lo decidido por el Tribunal fue lo que “no hizo”. De hecho gran parte de los argumentos de los jueces apuntaron a explicar por qué no consideraban femicidio el asesinato de Julieta.

Los argumentos del tribunal fueron duramente cuestionado por la Oficina de la Mujer de la Suprema Corte de Mendoza. En un texto elevado al Tribunal, piden que se revise la sentencia porque consideran que no respeta el enfoque de los tratados internacionales y la perspectiva de género.

La visión de esa oficina, que es conducida por Stella Spezia, no es vinculante pero sí influyente. Y será incorporado a la casación que deberá decidir el Tribunal. “Se observa que no aplican (en la sentencia) una perspectiva de género por estar impregnada de estereotipos de género los parámetros culturales establecidos para determinar la forma de relacionarse sentimentalmente una mujer y un varón", analizan los especialista en el informe. "Así, en la relación entre Julieta y Di Césare, el reproche es dirigido a Julieta al ser descripta como una mujer decidida, demasiado independiente en el ámbito personal e íntimo, socializadora, no vulnerable, que mantenía una relación sexual circunstancial”, detalla el informe.

Y agudizan más esa visión al aseguran que con la construcción que hizo el tribunal se abona la teoría de las “buenas víctimas” y “malas víctimas”. “Las primeras son dignas de llanto y las segundas aparecen sujetas a soportar una exposición diferenciada a la violencia. “Nos preguntamos, si Julieta no hubiera sido vulnerable en el momento del hecho letal ¿por qué no pudo defenderse de los golpes propinados por Di Césare -incluso con una piedra-, buscar ayuda y evitar que la ahorcara repeliendo la violencia que le ejercía en el interior del vehículo ford Fiesta?”, cuestionan

En el Senado

La sentencia tiene instancia de revisión en la Suprema Corte, que funciona como tribunal de casación. Pero el tema se trasladó al Senado porque uno de los firmantes de la sentencia estaba “en capilla” para ser designado juez.

Primer dato: la sentencia de un caso trascendente fue avalada por un conjuez cuyo futuro estaba en manos de la clase política para ser designado como juez efectivo. Por eso entraron en juego las pujas partidarias. La sentencia se solapó con la audiencia pública y con la votación secreta de los senadores. Como ocurre casi siempre con ese mecanismo, fue parte de especulaciones de todo tipo.

La vicegobernadora Laura Montero habló tras el aval de Mauricio Juan. Ella votó en contra del pliego. "Puede ser que para el Ejecutivo no esté priorizado esto. Yo sí pongo prioridad en la perspectiva de género. Ese fallo realmente que pone en una situación de juzgar a una mujer por el uso de su cuerpo o su libertad es hiriente porque no se lo hacen al hombre. El hombre puede hacer lo que quiera y jamás es evaluado por su libertad y hasta le da crédito. A las mujeres se las juzga", dijo Montero, notablemente sensibilizada.

El sollozo de Montero probablemente tiene detrás una carga emocional que arrastra desde hace más de 3 años. Por lo que siente con los temas relacionados con el género y también por el ninguneo político que vivió desde que está en el cargo.

Un juez "chapado a la antigua" 

En la sentencia quedó expuesto Mauricio Juan porque su pliego debía ser votado por el Senado. Pero en realidad los argumentos fueron plasmados por el presidente del Tribunal. Se trata del juez Jorge Coussirat. No es un magistrado cualquiera. Es uno de los más veteranos de tribunales. Se formó en Tribunales antes del retorno de la democracia y va a cumplir un récord como magistrado.

Es conocido por ser antirreformista y chapado a la antigua. Además de ser uno de los jueces que más gana, se resiste a la jubilación. La perspectiva de género que reclama la Corte es un enfoque nuevo y que en los estrados judiciales está en construcción. El propio Juan introdujo su defensa en la Audiencia Pública con los antecedentes de Coussirat. “Es un fallo de Coussirat. Es juez de instrucción desde antes del año 80. Y desde el año 80 es juez de Cámara. Es decir lleva 40 años como juez de Cámara. Él fue el presidente del Tribunal que dictó sentencia”, recordó Juan.

El ahora juez pasó el filtro, Coussirat no fue cuestionado y la Suprema Corte tendrá la última palabra. Antes, deberán sumar elementos para analizar si aceptan la casación y qué camino tomar. “Se solicita al Segundo Tribunal Penal Colegiado considere elevar esta presentación ante el Tribunal que corresponde, a fin de procederse a la revisión de los fundamentos de la sentencia mencionada, aplicándose una perspectiva de género según los estándares específicos en materia de derechos humanos de las mujeres”, pidió la oficina de la Mujer de la Corte.