Audios, interna feroz y temblor económico: el miedo a no llegar a tiempo a octubre
La brújula oficial ya no funciona como antes. Javier Milei y su hermana Karina ahora pelean con el kirchnerismo pero para rechazar acusaciones de corrupción. Es un escenario nunca pensado. La economía aun no ayuda a salir del pozo.

Javier Milei comenzó la semana pasada con un acto en Junín.
Javier Milei les habló la semana pasada a los principales empresarios de la Argentina reunidos en el CICyP. El presidente conoce de memoria el salón Versalles del Hotel Alvear no solo por haber hablado en varias ocasiones ante ese foro, sino porque también participó de muchas de esas reuniones en su rol de asesor de empresas. En síntesis, allí todos los conocen en serio.
A todos esos empresarios les dijo para explicar la realidad del momento: “Saben que nuestro plan de gobierno está funcionando, y por eso somos testigos de ruidos que se ven amplificados por las elecciones”.
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Hubo aplausos, siempre los hay cuando va a una figura política o económica, y luego abrazos y felicitaciones. El optimismo de los presentes quedó para otro momento y las preocupaciones siguieron en el mismo nivel que antes de escuchar al presidente.
Argentina está hoy detenida en el tiempo y lo va a estar al menos hasta las elecciones de octubre. No se trata de una especulación periodística, ni del análisis de algún consultor, es el propio gobierno el que lo afirma. Toda la estrategia oficial está dirigida a instalar la idea que, cuando en octubre la Libertad Avanza gane las elecciones, el equilibrio político se restablecerá y, como consecuencia, los temblores económicos desaparecerán.
Por lo tanto, la espera durará al menos hasta el 26 de octubre y después veremos. Eso implica que las tasas altísimas, la monstruosa aspiradora de pesos que prendió Luis “Toto” Caputo para que el dólar no se mueva y supere el tope de la banda y el congelamiento de decisiones, se mantendrán hasta que haya certezas. Y eso es lo que falta; se sabe bien que no hay nada peor para el mercado que la ausencia de certezas y de ahí los movimientos erráticos que vemos cada día.
El ímpetu presidencial sirve, pero no alcanza para que los empresarios cambien el panorama que tienen hasta ahora. Eso repiten muchos de ellos a la hora de hacer pronósticos. Todos saben que, hasta hace un par de meses, la economía podía golpear los bolsillos como consecuencia directa del ajuste, pero el camino hacia la salida de la frustración y el fracaso que el país vive desde hace 20 años podía tener luces verdes por delante.
Hoy existen dudas, todo es un mar de incógnitas y, para colmo, aparecieron los audios y la violencia política en campaña se convirtió en una regla. Nada de eso le gusta a alguien que tiene que decidir una inversión en el país.
El temblor económico
A los problemas y sospechas de corrupción, internas violentas y traiciones adentro de un gobierno que hizo carrera utilizando el combate a la casta como principal herramienta y ahora necesita desesperadamente de la política para solucionar su crisis, se suma que la economía no transita exactamente por los caminos esperados.
Como se dijo antes, el mercado se mueve errático y cada alivio que aparece es eminentemente electoral. La semana pasada hubo vencimientos de deuda y Luis Caputo consiguió renovar más del 114 % de la deuda que le vencía. Buen dato, si no fuera porque, para hacerlo, tuvo que volver a subir la tasa, esta vez a niveles reales que pueden superar el 80%.
Con eso consiguió secar el mercado como pocas veces se vio y mantener el dólar a raya, no bajarlo. En plazo fijo ya se llegó a pagar 55 %, de acuerdo a cada banco, con un impacto en tasas de descubierto en cuenta corriente o financiación de tarjetas de crédito que ya es letal.
No solo con tasas altísimas e imposibles de mantener se está financiando la falta de certezas que el mercado ve en el gobierno. Los encajes subieron casi a 54% y Economía, además, lanzó esta semana un esquema de nuevas restricciones a la tenencia y liquidación de dólares para los bancos que siguen casi en guerra con el Gobierno por las políticas erráticas e imprevistas con que se encuentran cada día los banqueros.
En Argentina siempre se sabe que no hay temblor político, si no hay temblor económico y hoy existe bastante ruido en la estrategia cambiaria y financiera que sigue adelante el gobierno. En el mercado pululan las anécdotas sobre supuestas divergencias entre el presidente y su ministro de Economía. Una de ellas fue por la oportunidad y el mecanismo para desarmas las LEFI, medida que fue la madre de alguna de las turbulencias que se vivieron en los tiempos recientes.
El impacto de los audios en campaña
El escándalo por los audios de Diego Spagnuolo, que parece más un bocón protagonista de podcast que un exfuncionario del Estado, no solo golpea la imagen y la confianza del gobierno por las dudas que sembró sobre hechos de corrupción en las máximas alturas del gobierno, sino que puso en jaque a todo el esquema de confianzas cruzadas dentro del gobierno.
Nadie sabe a ciencia cierta si la divulgación de los audios fue un acto de venganza, como sostienen algunos, en el que Spagnuolo se dejó grabar por Franco Bimbi, esposo de Marcela Pagano o si hubo alguna inteligencia más sofisticada de por medio. Lo cierto es que el daño está hecho y las consecuencias ya son imprevisibles.
Hacía seis meses que estaba decidido cambiar a Spagnuolo de la ANDIS. Algunos libertarios afirman que eso era por la ineficiencia de Spagnulo para manejar esa enorme caja de más de US$3500 millones anuales, otros alegan que ya se conocían los problemas con contrataciones y licitaciones que no pasaban por el sistema de compulsa de precios que utilizar todo el resto de la Administración Pública. Spagnulo, afirman en el Gobierno, nunca terminó de realizar la auditoría completa sobre el padrón de discapacitados y el funcionamiento del ANDIS y mucho menos realizar la reestructuración del área.
Como sea, la duda se instaló como sistema y no son pocos los libertarios que hoy creen que lo que dice Spagnulo allí es cierto. Imposible calcular hoy las consecuencias de un terremoto de ese tipo que involucra a Lule y Martín Menem, lo que por estas horas sería lo de menos, pero también a Karina Milei.
La Justicia, mientras tanto, acelera como pocas veces para investigar el caso. Hay que recordar que por estas horas los audios son lo que menos le importa al juez Sebastián Casanello y al fiscal Franco Picardi; para ellos lo importante es la abundante prueba que levantaron de los allanamientos que hicieron en la ANDIS y en la droguería Suizo Argentina, el escándalo de los audios ya es un hecho colateral.
Es algo similar a lo que sucedió con la causa Cuadernos: la prueba inicial de los escritos se volvió irrelevante frente a la propia confesión de empresarios y exfuncionarios de haber pagado y contabilizado coimas.
Así Casanello y Picardi están más preocupados por el resultado del último allanamiento a la Suizo Argentina y a la negativa de abrirles las claves para bajar información de sus servidores. En la Justicia creen que podrán probar el supuesto direccionamiento de compras de la ANDIS y otras áreas del gobierno a favor de Suizo Argentina de la familia Kovalivker. Si eso es así, los problemas para algunos libertarios pueden multiplicarse y los audios de Spagnuolo cobrarán nuevo sentido.
La pelea en el Congreso
Hay otros frentes de batalla igualmente complicados para el oficialismo. Federico Sturzenegger y la secretaria Legal y Técnica, María Ibarzabal, están convencidos que pueden desconocer el rechazo del Congreso a los decretos que dispusieron la reforma de organismos como el INTI, el INTA o Vialidad. Quieren dar como un hecho las reformas y las disoluciones que se hicieron y no hacer caso a la derogación de esos decretos que fueron firmados en uso de facultades delegadas y luego rechazados, todo como producto de la andanada opositora que también avanzó con la ley de emergencia para fondos de discapacidad, el Garrahan y también para Bahía Blanca, por citar solo algunas de las leyes en contra de los intereses de la Casa Rosada.
Esa pelea ya llegó a la Justicia y puede escalar aún más, hasta la Corte Suprema por ejemplo, si el Gobierno hace caso omiso al rechazo del Congreso y avanza en las reformas. De todas formas, no todo el gobierno opina como Sturzenegger: habría que escuchar, por ejemplo, lo que Juan Pazo opina sobre el tema.
El Gobierno avanza y se mete con todo, pero en ese tren aparecen las falencias y ausencias de equipo. En la campaña electoral sucede lo mismo: una cosa es el discurso y otra la acción. En materia económica aún hay cientos de reformas pendientes. Solo por mencionar un caso, el de las privatizaciones, hay cuentas pendientes de sobra. De hecho, solo se llevó adelante una, la de la mendocina IMPSA, y recién ahora se anunció el plan para privatizar AySA.
Los ataques a Javier Milei
La violencia electoral en la calle también aporta a la confusión y el miedo electoral. El Gobierno se desayunó que no en todos los distritos puede caminar por la calle sin tener problemas. Lomas de Zamora y la piedra que pudo convertirse en un magnicidio si impactaba en el presidente fueron la primera prueba. No hubo cuidado, ni inteligencia previa. Un volquete lleno de piedras en el camino de la caravana presidencial sin que nadie lo notara es el ejemplo más claro, pero luego Corrientes también le dio un disgusto al oficialismo. Falta mucho para octubre y al mismo tiempo es poco para poder enderezar lo que hoy esta complicado.
La economía no ayuda y la falta de política tampoco. Hay demasiado ruido para tan pocas nueces.