MDZ en Cuba

Cuba y el tabaco: la historia de una familia que debe darle el 90% de su producción al Estado comunista

Los detalles de la producción de tabaco en Cuba, la relación con el Estado y la visión de los campesinos que trabajan la tierra

Antonio Riccobene
Antonio Riccobene viernes, 17 de enero de 2025 · 07:00 hs
Cuba y el tabaco: la historia de una familia que debe darle el 90% de su producción al Estado comunista
Foto: Antonio Riccobene/MDZ

Viñales, Cuba

En la Finca Buena Vista, dentro del Valle del Silencio, en Viñales, Cuba, la familia de José Aliesky Torres Núñez se dedica de forma artesanal a la plantación de tabaco, uno de los productos, que junto con el azúcar, marca la insignia de la producción cubana. La historia de su familia con el tabaco comienza en 1964 cuando el Gobierno revolucionario impone una reforma agraria en la que le concede la propiedad de una porción de la tierra a los campesinos que la trabajaban y fija un porcentaje de la producción que debe ser vendido al Estado. Hoy, es del 90%.

"El Estado le compra la hoja al productor de forma obligatoria. Anteriormente se le daba la tierra al productor y, por supuesto, tenía que venderle todo al Gobierno", señaló José en diálogo con MDZ, que además de dirigir la producción es uno de los guías que recibe a los turistas que cada día llegan a ver cómo es la creación de los puros cubanos. Como parte de la visita, realiza uno casero frente a ellos y les da uno para probar. Esos que entrega forman parte del 10% que el Gobierno del Partido Comunista les permite conservar a los productores.

En el tour, el guía sostiene que los puros fabricados allí son los mismos que luego el Estado vende en sus tiendas oficiales con los prestigiosos sellos de Cohiba, Montecristo y Romeo y Julieta, que fumaban figuras como Fidel Castro, Ernesto "Che" Guevara, Diego Armando Maradona y Antonio Banderas. Ellos aseguran que son los mismos, pero sin los conservantes que los hacen durar lo que la producción industrializada requiere, y los venden a menor costo. Esta explicación convenció a un grupo de turistas alemanes que minutos antes de la entrevista gastó 150 euros en una caja de 20 puros.

Foto: Antonio Riccobene/MDZ

Se trata de una finca en la que trabajan 16 familiares durante todo el año. Para la temporada de siembra y de cosecha se contrata a otra quincena de trabajadores rurales, a los que les pagan mil pesos cubanos por jornada de ocho horas, según relató Aliesky Torres Núñez, en la entrevista con este medio. En caso de que el trabajo sea de lunes a viernes da un total 20 mil pesos cubanos por mes, lo que representa unos 66 dólares norteamericanos.

Esta finca produce alrededor de 1.500 kilos de tabaco al año. Sin embargo, el clima suele ser un gran condicionante. "El año pasado fue un poco menos por los huracanes que destrozaron todo", comentó el campesino sentado bajo el techo de una especie de quincho de paja y madera, donde se realiza el secado de la planta, luego de la cosecha.

El Estado le paga a los productores tabacaleros cada 50 kilos de hoja de tabaco, y el monto no se termina de definir hasta el momento de la entrega. Varía entre 9 y 12 mil pesos cubanos cada 50 kilos. Una cuenta rápida, considerando 10 mil pesos cubanos como el monto que pagará el Gobierno por cada 50 kilos del 90% de su producción, indica que el Estado le pagará 270.000. Esto representa 900 dólares que tendrán por el tabaco.

Foto: Antonio Riccobene/MDZ

En la finca también tienen ingresos por la plantación de yuca, plátano, frijoles, boniato, tomate y arroz que le venden a las personas del pueblo de Viñales. "Eso es más fácil porque es venta directa a los vecinos", explicó José Aliesky Torres Núñez.

Además, tienen el ingreso que les genera el turismo, lo que les deja mayor liquidez de dinero. Para esta finca, la llegada de viajeros es algo que "ha facilitado" la economía familiar. "Cuando se planta la yuca se debe que esperar nueve meses a que esté la recolección. El tomate y el maíz requieren de tres meses, mientras que el pepino de 45 días. Pero el turismo es una cosa que es un poco más rápida, viene, nos visita, le enseñamos nuestro producto, café, tabaco, y si le gusta compra. Es un ingreso que nos ayuda", explicó el campesino.

Foto: Antonio Riccobene/MDZ

Sobre las particularidades de trabajar en un sistema de producción socialista, como el que impera en Cuba a partir de la llegada de la Revolución en 1959, pero que se consolida en 1962, José Aliesky Torres Núñez reconoce que ellos están bien. "Las personas del campo trabajamos bien, no necesitamos más nada".

También reconoce que "hay problemas", pero aclara que a su sector "no lo afecta tanto". "Otras personas no sé cómo lo entiendan, pero nosotros nos encontramos bien. Nunca nos ha faltado la comida, un plato de comida, no nos ha faltado nada", dijo para finalizar la conversación.

Foto: Antonio Riccobene/MDZ

 

Archivado en