Crece la influencia del enigmático brigadier que asesora a Nicolás Posse
El brigadier Jorge Antelo es el misterioso colaborador del jefe de Gabinete, Nicolás Posse, que más relevancia viene adquiriendo. Fiscaliza la gestión de varios ministerios y la AFI.
Cultiva el bajo perfil, pero se muestra muy activo en varias áreas estratégicas de la gestión del presidente Javier Milei y cuenta con la absoluta confianza del poderoso jefe de Gabinete, Nicolás Posse. Jorge Jesús Antelo es el funcionario que más ha crecido en poder dentro de la estructura de la Jefatura de ministros, ya que tiene injerencia en las carteras de Defensa, Seguridad, Relaciones Exteriores y en la Agencia Federal de Inteligencia.
En el mundo político, militar y en las fuerzas de seguridad, cada vez se habla más del enigma que representa el brigadier Antelo como “controlador” de la gestión de otros ministros en nombre de Posse, a quien conoce luego de haberse retirado de la Fuerza Aérea en 2013. Se desempeña actualmente como secretario de Estrategia Nacional, dependiente de la Jefatura de Gabinete, y fue nombrado la semana pasada como director de la Fábrica Argentina de Aviones. Fadea es una de las empresas públicas que la administración libertaria tiene en carpeta para privatizar y que busca desde hace años producir en serie el entrenador básico Malvina, el IA-100, concebido entre 2014 y 2015, un avión de entrenamiento biplaza acrobático.
La intención de Posse y Antelo es implementar un sistema que se asemeje al Consejo Nacional de Seguridad estadounidense, un organismo que depende del jefe de la Casa Blanca y coordina cuestiones estratégicas y de política exterior, conformado además por el vicepresidente y los titulares del Departamento de Estado y el Pentágono. Por eso no llama la atención que en el decreto de creación de la Secretaría de Estrategia Nacional aparezcan competencias que se superponen con otros ministerios. “Intervenimos en la identificación, el análisis y el seguimiento de aquellos asuntos que resulten prioritarios para el desarrollo de la seguridad nacional y deban ser sometidos a consideración del jefe de Gabinete de Ministros”, establece como función esencial.
Además, plantea que “asesoramos al jefe de Gabinete de Ministros en: cuestiones internacionales, de seguridad, defensa y en la identificación de información estratégica relevante en la materia” e incluso se le atribuye injerencia en funciones específicas de la Cancillería. “Intervenimos en cuestiones relativas a las prioridades de la estrategia de inserción internacional del país, en coordinación con el Ministerio de Relaciones Exteriores, Comercio Internacional y Culto y demás áreas de la Administración Pública Nacional competentes”.
Concretamente, el objetivo del silencioso jefe de Gabinete es que su operador en las sombras tenga herramientas para que los ministros de esas carteras se le subordinen. Según fuentes oficiales, Posse tenía definido antes de la asunción presidencial que Antelo controlara directamente el área de Seguridad y Defensa. Incluso participó en dos reuniones con el saliente ministro Aníbal Fernández donde negociaron la composición de las nuevas cúpulas de la Policía, Gendarmería, Prefectura y de Seguridad Aeronáutica. No estaba en los planes el desembarco de Patricia Bullrich. Pero la excandidata a presidente tuvo que aceptar esas designaciones. Sobre todo la del comisario Alfredo Gallardo al frente de la PSA, quien de acuerdo a los trascendidos en el bullrichismo llegó con el aval del brigadier.
En el área de Defensa se comenta con insistencia que Antelo logró la subordinación del ministro Luis Petri y puso a un hombre de su confianza en el Estado Mayor Conjunto como el brigadier Xavier Isaac. Desde la Jefatura de Gabinete se sigue con mucha atención la gestión del Instituto de Obra Social de las Fuerzas Armadas (Iosfa) a cargo del médico mendocino Oscar Sagás. Aún se desconoce si se ha registrado algún tipo de injerencia sobre las decisiones de la ministra de Relaciones Exteriores, Diana Mondino.
La inteligencia merece un capítulo aparte. En algún momento se especuló con la llegada del brigadier a la AFI pero finalmente optaron por poner al frente de ese organismo al abogado administrativista Silvestre Sivori, sin ninguna experiencia en la materia. Fuentes del sector revelan que el “señor 5”, tal como se denomina en la jerga al jefe del edificio de la calle 25 de Mayo, responde al poderoso dúo y recuesta su gestión en dos coroneles de inteligencia que desembarcaron con poder y mucho interés sobre el área de escuchas telefónicas. “Antelo también maneja la AFI”, aseguran voceros de la comunidad de inteligencia. Un esquema diseñado para darle sustento al rol ascendente de misterioso jefe de Gabinete. Cuestiones que hacen ruido hasta en el entorno de Mauricio Macri, quien suele criticar a Posse frente a sus interlocutores.

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