Primera parte

Cristina Zuccardi rompe el silencio: "Solo con un ADN que diga que no soy hija de mi padre podrían dar vuelta la sentencia"

Cristina Zuccardi habló tras la sentencia que le dio la razón en el litigio con su hermano, José Zuccardi. Considera un "despojo" lo que se había hecho y acusa tráfico de influencias.

Pablo Icardi
Pablo Icardi domingo, 1 de diciembre de 2024 · 07:30 hs
Cristina Zuccardi rompe el silencio: "Solo con un ADN que diga que no soy hija de mi padre podrían dar vuelta la sentencia"
Foto: Captura de video

“MI hermano tiene una sola forma de que esto no se cumpla y no se haga justicia: es llevar un ADN y demostrar que no soy hija de mi padre y que esta no es mi familia”, dice de manera tajante Cristina Zuccardi, que habla tranquila, pero segura. Su hermano es José Antonio Zuccardi, quien es la cara visible de una de las bodegas más importantes de Mendoza y que es parte central del litigio. Con el tiempo transcurrido y la repercusión que tuvo la sentencia de la Suprema Corte que ordenó cambiar la sucesión y la herencia dentro de esa familia para darle la razón, la ex diputada nacional asegura que se hizo justicia, pero sobre todo “se contó la verdadera historia” de lo que ella considera un despojo. Se trata de un litigio que llegó al máximo Tribunal provincia y que por el impacto y los actores en juego también trasciende la intimidad de una familia, pues en la disputa incluye la plusvalía de Zuccardi, que es un apellido y una marca.

Cristina habló por primera vez y además de ratificar lo que considera un hecho justo, dijo qué significó para ella la sentencia. “Yo sentí que por primera vez estaba la verdadera historia escrita. Yo no estoy resolviendo nada con mi hermano, estoy resolviendo un tema con mi padre. De una diferencia que tiene 32 años y se mantuvo durante todo este tiempo.  Lo que él hizo fue un despojo”, asegura.

José Zuccardi, el demandado. 

El conflicto tiene a Cristina como demandante y a José Alberto Zuccardi como demandado y se inició por la sucesión del padre de la familia, quien había intentado dejar la conducción y las acciones de La Agrícola SA (la empresa madre de Zuccardi) a José Alberto. La Corte entendió que esa maniobra violaba la legítima, es decir el derecho de los hijos a heredar una porción del patrimonio de sus padres. “La porción legítima de la actora ha sido significativamente vulnerada, por lo que no encuentro razón alguna para rechazar su reclamo”, había expresado la jueza María Teresa Day en la sentencia en la que condena a José Zuccardi a compensar con más de 12 millones de dólares a Cristina por esa diferencia. En los argumentos encuentran en el hecho de ser mujer la principal razón por lo que consideraron una injusticia. Es decir, el derecho violado no tiene que ver con el género, pero sí la explicación para entender los por qué. “La actora, por el sólo hecho de ser mujer, recibió un trato desigual en la distribución de los bienes familiares. Sus padres no consideraron que tuviera la capacidad, la aptitud, la creatividad y la tenacidad para llevar adelante la empresa familiar con mayor potencial en ese momento, cualidades todas que encontraron sólo en el hijo varón. Lamentablemente, la actora nació mujer, 'inmanejable, incontrolable, rebelde, contestataria', siendo más conveniente para toda la familia alejarla de los asuntos de la empresa"”, analiza la jueza María Teresa Day, quien argumentó la sentencia.

Una familia rota

El conflicto comenzó en el seno familiar, hace más de 3 décadas. Allí se hizo el reparto de bienes, que luego se probaría sería irregular. Es que los padres no pueden disponer arbitrariamente de los bienes, sino solo de una porción y la voluntad no puede, como se explica en la sentencia, vulnerar el derecho de los hijos. “El conflicto empieza hace 32 años en la mesa de mi casa, en la mesa familiar. Trabajábamos juntos. Lo que mi padre impuso por decisión, en ese momento le dije esto es un despojo. Se lo dije a mi padre mirándolo a los ojos delante de mi familia. Por eso hoy lo puedo decir con claridad. Esto nunca fue conocido. Es más, el expediente lo inicio con las iniciales para que no tuviera trascendencia. Está presentado desde el 2018. Lo que resuelvo es eso”, agregó.

Pero el litigio es directo con su hermano, el ex presidente de la COVIAR José Zuccardi, a quien le reclama el cumplimiento de la sentencia. “En un país las sentencias se cumplen, las condenas se cumplen.  Acá hay un tema de cobardía. Mi hermano no tiene que pagarme nada, simplemente tengo que recuperar lo que por derecho me pertenece, por haber nacido en mi familia. Es lo que ha aprovechado todos estos años ha aprovechado en beneficio propio”, remarcó.

Fue hace 32 años que el padre de la familia realizó un reparto de parte de los bienes que heredarían, principalmente las acciones de las empresas: La Agrícola y Cimalco, una constructora. Ese reparto fue desigual y, según la Corte, violó el derecho a la legítima herencia, que no puede ser vulnerado por otras voluntades. José recibió el control de La Agrícola y también una porción de Cimalco. Allí es donde la mujer aclara que no es real la visión de que “le dejaron la bodega al hombre y la constructora a las mujeres. “Eso de que las empresas …que CImalco fue dado a las mujeres y La Agrícola. José Alberto es Socio de las dos Cimalco, actualmente es socio. No se ocupa…tiene acciones solo para chantajearme. Estamos trabajando en Neuquén y me inició 7 juicios solamente para extorsionar. Lo hizo como socio, un socio que no aparece”, aseguró.

Cristina es ingeniera agrónoma, pero hasta en su vocación hay rasgos de lo que considera imposiciones familiares. “A los 15 años, cuando terminé el secundario mi padre me preguntó qué iba a hacer. Le dije que asistencia social….me dijo que quería ser enfermera con título…y terminé recibiéndome de ingeniera, aunque no ejercí”, recuerda. La política fue parte de casi toda su vida. Fue legisladora provincial con el retorno de la democracia y dos veces diputada nacional. Por eso tiene facilidad para decir lo que piensa, sin mayores filtros. En ese contexto, acusa a su hermano de haber usado y tratar de insistir con lo que considera tráfico de influencias. “No todo es márketing o tráfico de influencias. Hay mucho tráfico de influencias, presiones.  Hay algo peligroso que me parece se está embarcando, que es la insolvencia fraudulenta…Y esto ya es Código Penal. Ya hemos visto acciones relativas a su patrimonio realizadas con posterioridad de la sentencia de la Corte. Eso ya es otro ámbito. Justicia penal. No tengo problemas en acompañar las acciones que sean necesarias para que se cumplan las sentencias. Si son las aguas que quiere caminar, las caminaremos”, dijo la mujer.

-¿Qué futuro le ven en la Corte?

-Yo creo que es en vez de llorar en la Corte, es cumplir la condena. Es un acto de cobardía. La corte no es una cuarta instancia. El tráfico de influencias se ha extendido ante la corte nacional. Exhiben como una espada de mucho poder al abogado que han elegido. Tráfico de influencias. También hay influencias de Mendoza, desde el Sur mendocino. Intentan hacer tráfico de influencias…hay muchos Bairoletos por el sur, que no son lo que dicen. Acá hay un Bairoleto que le roba a los ricos para su cuenta personal, no para darle a los pobres.

-¿Quién?

-Dejémoslo ahí…Hay presión, tráfico de influencias. Eso lo vi de entrada.

Al retomar la historia familiar, Cristina Zuccardi vuelve a la idea de despojo, al impacto que tuvo en una familiar rota. “No hubo nunca más una Navidad, un año nuevo”, recuerada. “Tres peritos actuaron y analizaron el momento inicial de ese acuerdo, donde no pudimos ver nada porque fue mano militari. Vieron la desigualdad, la falta de equidad. Ratifica lo que le dije, que era un despojo en favor de José Alberto y en contra de las dos mujeres. Afortunadamente se lo pude decir.  Otra tranquilidad enorme que tengo es que lo pude hablar con mi madre. No lo hago por las cosas que haya, sino porque pertenezco a esta familia y tengo derecho a pertenecer. Violentando el código no creo que sea la manera de resolver”, resaltó.

En la sentencia se cuantifica el patrimonio. En el reparto hubo inequidad, según la Corte. “Tal como lo ponen de manifiesto las pericias conforme los valores de los bienes a la fecha de la muerte del causante, la actora recibió U$S 7.868.143,62 en tanto su hermano recibió U$S 94.767.461,86. Los números hablan por sí solos. La desproporción es notoria y excesiva”, explican los jueces. Por eso ordenaron una compensación de 12 millones de dólares más intereses.

Aunque es un litigio familiar, por la trascendencia de las empresas, los protagonistas y la propia sentencia de la Corte todo tomó estado público. “Hay un relato de que él y sus hijos construyeron todo. Yo no desmerezco el trabajo de nadie, a mí no me tienen que pagar nada. No estoy reclamando nada que no me pertenezca. No está bien quedarse con las cosas de los demás. Eso no está bien. Solamente lo que reclamo es lo que me peretenece por haber nacido en esta familia. Solo con un ADN que demuestre que no soy hijo de mi padre, puede dar vuelta una sentencia como esta”, aseguró Cristina. “Mi hermano trabaja muy bien, además trabajó con capital que no le pertenecía…es como si te prestan gratis…”, ironizó. “Es buen trabajador, no tengo nada que decir. Solamente tiene que cumplir, dejar de manipular, dejar de hacer relaciones y creer que todo es tráfico de influencias. Que no intente caminos reñidos con la ley, porque lo voy a acompañar”, adelantó.

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